EL SUEÑO MÁS GRANDE
SOÑADO POR UN ATACAMEÑO
REFERIDO A
Por Arturo Volantines
No hay duda que el sueño más soñado por Atacama ha sido ganar la Batalla de Cerro Grande. Por el sureste de La Serena, en torno al Cerro Grande, formó el Ejército Constituyente. De izquierda a derecha, en las murallas de las tierras de Aguirre, el Regimiento n°1 de Copiapó, Los Zuavos de Chañarcillo,
Ese memorable día, al amanecer del
Fue nuestro Waterloo. En el entusiasmo de ganar se les cedió los faldeos del Cerro Grande a las tropas de Gobierno. Pareciera ser que las ventajas de tan afiatada revolución llevaron a la confianza destructiva. Más que perder; no se supo ganar. Así, como la cultura de las batallas fue esencial en los triunfos de Alejandro, pareciera que el Estado Mayor revolucionario no conocía Waterloo.
Tampoco se pensó en el factor de la traición, que siempre ha estado presente en la historia de Atacama hasta el día de hoy. Siempre el traidor aparece desde mismo intestino, como ayer y como hoy. Como en Cerro Grande, al traidor lo condena el pasado. Quiero decir, que si el traidor perteneció dedicadamente a un sector, tiende éste a regresar a esa trinchera. Pasa, por ejemplo, con los que estuvieron a favor o en contra del Gobierno de Allende. No podemos culpar sólo a la traición de la derrota de Cerro Grande. Pero, claro, la batalla tuvo un sólo y fatal pestañeo de parte del Ejército Constituyente, y eso fue cuando fallaron las armas. Esto lo reconoce, el General de División e Inspector General del Ejército de Chile, Don Francisco Javier Díaz(
Otro factor, fue la actitud de Pedro León Gallo de no repetir el ataque con corvos de
La actitud de Pedro León Gallo de evitar muertes se sostuvo hasta el final de
Tal vez, también gravitó en él, la negación de plegarse de los revolucionarios capitalinos.
Durante 5 horas de combate, el Ejército Constituyente mantuvo fuerte ventaja. Las tropas de Gobierno no tenían capacidad de movimiento y eran envueltos por los revolucionarios. Así, se mantuvo el combate, con notoria ventaja para los revolucionarios. Los distintos asaltos, tantos del Buin como del Séptimo de Línea fueron rechazados. Varias veces el ejército de Gobierno estuvo a punto del desbande. Sólo que en algún momento, Vidaurre vio que el centro revolucionario se debilitaba por la falta de fuego, y aprovechó, en pocos minutos, de fusilar la oficialidad revolucionaria. Allí, cayeron los oficiales constituyentes: Manuel María Aldunate, Samuel Claro, Guillermo Parker y varios más. Quirico Romero, uno de los más cercano a Gallo cayó fusilado de pié.
Tal vez, como Napoleón, el General Gallo, confió que la batalla de todas maneras se iba a ganar, y que no le era necesario usar el corvo. La ventaja que mantuvo durante toda la batalla, la perdió en un pequeño momento. Ahí, Vidaurre se alzó con el triunfo, sino la historia de Atacama indudablemente sería otra.
A pesar de la derrota, se quebró para siempre en Chile,
A partir de esta revolución, el norte atacameño se reconoce a sí mismo, con características propias; toma una primera conciencia de su distinción en el mundo.
Y, el sueño más grande soñado por un atacameño —el sueño de Pedro León Gallo— quedó como una semilla.
Estimado señor:
ResponderEliminarPuesto que a ambos nos mueve el amor a la cultura, (he visto en su perfil que su profesión es la docencia de la literatura) deseo invitarle a leer el último artículo: “María Jesús Almendro Sánchez; una escritora en ciernes”, que he colgado en mi blog. En el comento de forma breve y concisa lo difícil que es para un escritor novel abrirse camino en el mundo de la cultura nacional española.
¿Qué implica escribir?
¿Existen precios inaceptables, peajes infames a la hora de acceder el escritor, aún desconocido al escenario del reconocimiento y rechazo públicos?
Espero que mis letras sean de su agrado.
Un fuerte abrazo desde tierras canarias.