viernes, 13 de febrero de 2009

Hacia una interpretación Lihn-güística de Disparan en la noche

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DISPARAN EN LA NOCHE

Los anónimos de siempre disparan en la noche
a la que no se puede entrar de la que no se puede salir
coto de caza y placer de las hienas
Los leones mismos se pervertirían si tuvieran como ellas la exclusividad de la selva.

Suenan esos disparos como algodón en los oídos
empapados de nuestra sordera son el éter que nos trae la noche
y henos aquí tendidos en nuestros lechos de operaciones
Mañana habrá muertos, eso es todo
Mejor que se guarden la noticia
Por sus prontuarios no los conoceréis.

Un coto de caza del tamaño del país
Para que no haya que darle explicaciones a nadie.

Se descansa en la prohibición de entrar en la zona de peligro
El corazón, órgano del miedo, funciona bien bajo las balas del éter
Dormir en paz, ya que no lo hacen los muertos.

Estas líneas fueron escritas
Con el canto de la goma de borrar.

Autor: Enrique Lihn

Disparan en la noche es un poema que encontramos en el libro Pena de extrañamiento, poemario que dentro del grueso de la obra de Lihn abarca 10 tumultuosos años en la política y orden social de Chile. Esta obra nace además en un periodo en que el autor -a sus 50 años- goza de una extensa experiencia como viajero, hombre y habitante del mundo, creador capaz de desplegar una voz dueña de códigos y visiones que desde su particularidad, dialécticamente alteran y cuestionan su entorno local y global

Como poema “Disparan en la noche” podemos ubicarlo en la línea más descarnada y social de la poética de Lihn, pues el texto, limpio en apariencia de juegos retóricos y hermetismos tanto conceptuales como en su diseño –más no por ello carente de humor negro, descreimiento y una ironía auto reflexiva que alcanza su cenit en el remate del poema: Estas líneas fueron escritas / Con el canto de la goma de borrar. -nos evoca y conecta directamente con un referente extratextual, las sociedades latinoamericanas de la segunda mitad del siglo veinte: Se ha montado aquí una gran maquinaria. / La Maquinaria del Ocultamiento de la Verdad en el Perú. (Estación de los desamparados) y en específico, se pasa revista a los años 70 en Chile con su peculiar estructura de poder, orden social edificado bajo una jerarquía logo céntrica y discurso vertical que ampara la violencia y anonimato como herramientas de control y sumisión. Toques de queda, tortura, exilio y escuadrones como fuerzas públicas de represión en un estado de emergencia generalizado.

El modelo de poder se nos hace accesible de manera crítica -gracias a la poesía- más allá de la memoria individual (recuerdos de los que vivieron esos años) y colectiva (la historia con sus grandes discursos y testimonios presentes en los libros y medios de comunicación) La obra de Lihn –y la poesía en general- pretende y consigue, incluso por encima de los deseos explícitos del autor, constituir gracias a su mensaje una situación comunicativa especial que trasciende tiempo y espacio, confrontado la visión creativa de quien da uso y nueva forma a la palabra ante la percepción de todos sus hipotéticos receptores; los que al entrar en contacto con el texto, pueden, dados sus prejuicios, condicionamientos, mayor o menor criterio y apertura de mente y asertividad, coincidir o discrepar en distintos grados con lo que se busca transmitir.

En el caso particular del poema “Disparan en la noche” , su mensaje; fuera de lo literal con su tema y motivos ligados a un cronotopo familiar para los chilenos y aquellos continentales que han vivido, siguen viviendo o sufren las consecuencias de sistemas de represión y su mutación a favor de la economía y las relaciones internacionales demuestra ser altamente connotativo pues nos informa además de aquella situación puntual de un periodo y sus avatares, con respecto a las corrientes estéticas imperantes, toda la tradición cultural y la ruptura que con su quehacer literario el creador promueve al instaurar una proyección de carácter progresista, visionaria o en su defecto una mirada retaguardista, conservadora e intertextual -se citan o se contravienen verdades en un mundo verosímil que el hablante integra- . Esto por lo demás afecta tanto a una recepción entre contemporáneos que pueden gozar de lecturas afines como a la interacción con aquellos destinatarios que reciben la obra años, incluso siglos después, revisitando la gran gama de voces y sentidos que surgen desde lo explícito para llegar a lo polisémico, desde lo referencial directo a lo imaginativo y ficcional.

La poesía constituye en este caso otra forma de acceder a los hechos. Una vía abierta y rizomática; definida por los filosofos Deleuze y Guattari como: un método para ejercer la resistencia contra un modelo jerárquico, que traduce en términos epistemológicos una estructura social opresiva, y que el poeta, de paso por este mundo, como actor y comunicador pone en manos de sus eventuales lectores sin intervenir su juicio y discreción. La poesía, dada su ambigüedad y subversión del lenguaje, (una de las mayores certezas a la cual está sujeto el hombre) en lugar de imponer una verdad a modo de conceptos fuertes que sustentan una cultura, cosmovisión y superestructura social, propone una multiplicidad de lecturas, que validas o no y más o menos directas en su decir; se actualizan y descubren en el diálogo que confronta pragmáticamente visiones posibles. En este caso las de Lihn y todos los que acceden a su poesía.

Aclarado esto, lo que a continuación se plantea como análisis semántico de los versos que componen la obra, es una de tantas posibles lecturas. Para este redactor, Lihn nos muestra a través de “Disparan en la noche” un mundo de terror, una sociedad en donde sólo una verdad importa, la del más fuerte y su legitimado derecho a actuar con violencia y sin necesidad de exponer un rostro, nombre o argumento: Los anónimos de siempre disparan en la noche

Gracias a este verso inicial, nos queda claro el panorama que impera dentro del espacio del hablante. La condición apócrifa y subrepticia que rige el actuar de los tiradores, está modificada por el adverbio “siempre” lo cual deja en evidencia una seña de identidad dentro su peculiar condición y proceder. Ellos siempre ocuparan ese rol de verdugos. Se remarca una idea de constancia pues son los mismos, aún cuando no sepamos a ciencia cierta quienes son y cual es su nombre y rostro. Por tanto están legitimados en su anonimato y el único argumento que necesitan es el de sus balas que cruzan la noche cerrada a la que no se puede entrar de la que no se puede salir

El toque de queda, el dominio de las fronteras, el silenciamiento y autoritarismo en los medios de comunicación además de la imposibilidad de reunión así como el control de los espacios públicos, son parte de sus prerrogativas. Ellos ponen los candados y peajes en este espacio demarcado que es su territorio de caza, allí se alimentan, allí reinan y gozan de privilegios coto de caza y placer de las hienas / Los leones mismos se pervertirían si tuvieran como ellas la exclusividad de la selva. El poema con este verso que clausura la primera estrofa; destaca la exclusividad excluyente de seres carroñeros que actúan impunes y de forma unilateral, a lo largo de todo el país en un coto, un espacio en el cual se erigen como el depredador supremo. Un coto de caza del tamaño del país / Para que no haya que darle explicaciones a nadie.

Lihn en este poema, a diferencia de lo que serán sus textos de Por fuerza mayor (1975) va de cara al conflicto y es extremadamente explícito para plantear la barbarie de la civilización y su proceder decadente; no trafica ideas sino que las arroja de cuajo al rostro de los vigilantes; es una diferencia con lo que el mismo haría después como descentramiento y forma de combatir la censura. Hay que destacar si, que muchos autores durante ese periodo y en los años que vendrían también se valieron del hermetismo y subversión del lenguaje para exponer por un lado, la completa disociación que se sentía frente a la legitimidad del contexto, su valor como realidad a la par que encubrían sus mensajes, me refiero específicamente a parte de la obra de Giaconi, Maqueira, Cociña y Zurita, creadores de gran riqueza estética que optaron por bordear desde la periferia la situación productiva y receptiva del país; asumiendo un juego de máscaras deformes y grotescas, maquillaje esperpéntico y complejidad formal que hacen reflejo del sistema, al ocultar, gracias a la limitación que tiene la mirada imperante para acceder a códigos más complejos y semióticos

De cualquier modo la abstracción no es la opción Lihneana en “Disparan en la noche”, el autor opta más bien por hacer del cien por ciento de la obra un mecanismo de denuncia que en su contenido y diseño, está afectado por el mundo en que se vive. Desde el título nos descubre la llaga y cada verso y sema remite al acto vil de atacar desde el anonimato, desaparecer y borrar a otros como objetos o frases que se pueden tachar en un palimpsesto demencial que reescribe desde el presente el pasado para así dominar el futuro: y henos aquí tendidos en nuestros lechos de operaciones / Mañana habrá muertos, eso es todo / Mejor que se guarden la noticia / Por sus prontuarios no los conoceréis.

La psicopatía y terror social generan el contexto idóneo para que torturadores y verdugos como cirujanos de un sistema y sus fines se explayen de manera que cada disparo y desaparición se torna algo habitual, asumido como parte de una atmósfera en que la falta de luz, (siempre oscura, de noche) umbría condición que también podemos entender como falta de información y conocimiento, es un anuncio del pavor; el arribo del telón en que teatralmente se monta una caravana de muerte y masacre. El hablante al exponer la situación comparando al país con una mesa de operaciones, y henos aquí tendidos en nuestros lechos de operaciones implica el mecanismo en que se realiza la disección del orden social que extirpa sin mayor cuestionamiento vidas como carcinomas. Más allá del duelo y la aflicción, que la voz poética pudiese tener, señala, Mañana habrá muertos, eso es todo, a manera de desazón e indiferencia, remarca con “eso es todo” la habituación al modelo que con sus bisturís opera los cuerpos, las mentes y la memoria, pues todo esta destinado al imperecedero olvido, a la resignada edición que se hace de la historia, pues los testimonios, las actas, los vestigios de la existencia de cada ser y de la vida en sociedad, también serán operados para volver todo una ilusión Por sus prontuarios no los conoceréis, en este mismo sentido, el remate del poema es perentorio Estas líneas fueron escritas / Con el canto de la goma de borrar.

Todo lo que Lihn no oculta en su invectiva al mundo que le toco vivir como intelectual latinoamericano y Chileno, paradójicamente cierra la pieza con un toque de ironía magistral que echa por los suelos las expectativas del lector, algo similar a los finales ambiguos en los cuentos de Borges, de modo que el poema por entero, se torna una digresión anfibológica que esta sometida a las leyes del sistema; la maquinaria de manipulación de la verdad que el mismo autor menciona en su poemario estación de los desamparados al pensar en el Perú. El texto “Disparan en la noche” como producto cultural inserto en el sistema; resabio del pasado, al igual que el resto de creaciones del hombre, literatura, historia, prensa, ciencia y tratados; pasará por el filtro de quienes redactan los grandes hitos de nuestro tiempo, de modo que su manifiesto de subversión pese a estar escrito de forma directa y explicita está redactado con el canto de la goma de borrar, la postal enviada desde el infierno en tal caso puede no llegar a destino y si arriba, cuánto de lo que nos llega puede haber variado en el camino, el poeta siembra la duda frente a la veracidad de los dichos de su hablante, todo testimonio en tal caso está indefectiblemente viciado e intervenido, siempre se dirá más o menos de lo que se pretende y se leerá incluso más o menos de lo que se anhela, el descreimiento como pesimismo crítico y autoconsciente no resta de cualquier modo valor a la pieza, por el contrario, eleva su pertinencia y le da urgencia y dramática prestancia, pues refuerza como idea central todo lo que el poema ya expusiera frente a la libertad en todos sus sentidos. El mismo hablante está sometido a ese juego de operaciones y extirpamientos, y la cicatriz queda expuesta, la pregunta es entonces: De todas las cicatrices que tenemos o que percibimos en nuestra historia como grietas de la llamada verdad, cuántas de ellas han sido maquilladas u operadas, por tanto el poema al estar intervenido deja no sólo un estigma material, sino que penetra como una duda recalcitrante en nuestras mentes, quizá el único espacio en que las máquinas de tortura y la goma de borrar no pueden entrar sino queremos. Allí germina la riqueza metafísica del autor.

El sentir contrario a esta resistencia voluntaria que promueve un pensamiento crítico capaz de repeler la concientización y acatamiento reverencial de cualquier sistema y sus mecanismos; conlleva al conformismo y evasión: Se descansa en la prohibición de entrar en la zona de peligro / El corazón, órgano del miedo, funciona bien bajo las balas del éter / Dormir en paz, ya que no lo hacen los muertos. Se asumen los roles dispuestos en el tablero, y el único consuelo es la muerte o la ignorancia, desconocimiento y falta de opinión, de voz y representatividad, ser un ente servil; condicionado como los perros de Pavlov a dormir ante la fusta y el disparo hecho esencia natural de la noche. Dormir en la falta de memoria y represión colectiva que se autoflagela y agradece como al padre nuestro el no morder del árbol de la ciencia y ser un cordero dispuesto al asado.

La lectura en conclusión, demuestra la imposibilidad de eliminar del todo la carga ideológica implícita y explicita sin embargo la poesía como mecanismo especial de gatillar los recuerdos y comunicar un mundo que puede ser ajeno o remoto para los vendrán, o familiar para los del presente en cuanto a ciertas actitudes de dominación que subyacen frente a la aplicación de mecanismos más sutiles (un simple cambio de contexto actores y mecanismos pero no cierre de los fines absolutos), se presenta por medio de la palabra libre para ser interpretado, dialogado y discutido, fragmentos fugaces del devenir que Lihn en el transito desarraigado que es la vida, escribió robando algunos secretos a la muerte y al canto de la goma de borrar; podríamos añadir.

Autor: Daniel Rojas Pachas.

Publicado en: La Santísima Trinidad de las cuatro esquinas.



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