domingo, 28 de marzo de 2010

Poemas de David Santos Arrieta

3/28/2010 03:51:00 p. m.

23-3-2010_16.3.14_1.jpg


Borges en mis poemas.


Sobre el dejar de escribir.


Es nada más que la urgencia de todos los toros de la plaza nunca vista

Después comulgo un epitafio en la tumba del dios inmortal

Ahí veo un espejo

Un ruido

Los cascabeles que anuncian la marcha ciega del veneno


Un relámpago se apura y vuelvo temeroso el rostro

Una diadema se oculta en todas las sombras

En ellas se mueve un hombre inalcanzable


En él

El reflejo

El eco

La ceguera y el buen dormir


Morir en ratos hipnóticos para ya no distinguir


¿estoy despierto?

¿estoy vivo?


Fluir entre las sombras en corridas que son letras

Más aún

Bombear la polvadera y quedarse con el poema adentro

Como quien junta restos para hacer abono.-





Sobre escribir con fecha.


Apaciento ovejas desde una esfera traslucida que me eleva

Miro por el cristal que es mi nuevo mundo

El otro ya lo quebré

Y saltó hecho suicida como una granada madura al suelo


Las sombras colgaron sus teléfonos

Los loros de siempre se posan sobre sus cables

Las almohadas secas ya, respiran ningún sudor

El estuche del tiempo yace con sus mandíbulas enmohecidas


Apaciento ovejas como quien siembra papa

O quien cotiza en la calle

O enciende verdades frente a las palomas presidenciables


Miro fuera del cristal también al volverme hombre

Lobo del hombre soy

También la trampa en el bosque

El arquero

Los disfraces

Y los suicidas sabios que no lo lograron


Las sombras se desploman y me abrazan

Los loros de siempre ya se han ido a ser atalaya de quizás qué poemas

Qué poetas, qué escritores

Las almohadas secas ya, respiran nuestro sudor

El estuche del tiempo guarda lo que en él hemos ahorrado


Todo en una esfera y desde ella y fuera de ella

Como quien se apiada de su propio ángel de la guarda

Como quien se apiada de sí mismo

Un sábado en la mañana

Un marzo cualquiera

Con la literatura llamando desde el bosque

Estoy.-



Sobre un cuento de Borges.


Para olvidar hay que dar vueltas sobre una escalera puesta en la nada

Alcanzar la floración de propios dichos en las quimeras del alcohol

Llorar

Solo

Sin saber por qué


Escribir la memoria en la orilla de una playa nunca visitada

Saber que el mar no borra nada, sólo se lo come, sólo se lo come

Después en cada ola un acierto

Una bofetada en la mirada del destiempo

Arena en la toalla y sin parar, beber los restos del alcohol en la sangre

Así mismito como recuperar el aliento al tragar la mucosidad de las narices arañadas

Escribir la memoria en la orilla de una playa nunca visitada

Divagar como al decir que las playas no tienen orillas

Que las sobredosis nos corrieron el espanto

Que sin bocinas las auroras eran despedidas, porque todo se va


Para olvidar hay que escuchar harta música

Temerle al silencio y no tener vergüenza de decirlo

Buscar perros en la calle como quien busca colillas de cigarro para un tabacazo

Como quien busca amigos que sean libros dispuestos a ser leídos en otras ediciones

No preocuparse ni de las princesas ni de las fianzas


Escribir la memoria en una desdicha similar a la punta de la reja

Escribir sobre los ladridos que jamás soportan rejas

Cincelar los propios callos desdibujando la escritura del dios puesta en aquellos,

Comer calendarios y calendarios y calendarios

Cagar reyes y reyes y reyes

Personas dispuestas a ser ídolos

El ego por sobre todo


Sin razón por aquí por allá andar asombrado

Cansarse de mirar, caminar con los ojos cerrados

Después con los oídos cerrados

Después con el ano cerrado y todos los orificios restantes

Caminar

No dejar de hacerlo

Hasta que se gaste eso que algunos llaman ego


Después sentarse

Olvidar de una

A ratos

Porque somos mares que comemos lo escrito en la orilla de la playa

También el que escribe esa memoria

También olas

También ritmo

También vaivén

También el mareo y todo eso que nos provoca la literatura

También la inexistencia de esa orilla

Que por tal es el dios


Para olvidar hay que entenderse abierto de polo en polo

No irse ni para allá ni para acá

Juntar todas las colas y armar un pito de antología

Rodearse de humo y cachaza


Cachaza y macoña

Cachaza y macoña

Cachaza y macoña

Cachaza y macoña

Cachaza y macoña


Calor en toda esa unión que somos

Los chacras hechos ruinas refrescadas por la brisa del mar que somos

Ruinas refrescadas en la inconciencia


Escribir la memoria en la orilla de una playa inexistente

Volviendo en olas que se distancian de polo a polo

Entre las ruinas y las que se quedan

En esas intenciones, entre extenderse y no morir, olvidar

Al menos en esa ilusión de la orilla

Porque sabemos que la orilla no existe

Que la cachaza después se mea

Que vuelve al mar

Que las escrituras que borramos se calcan en las cicatrices de los que se caen entre las rocas

Que la escritura del dios permanece.-




Sobre lo que contamos y no contamos.


A la larga sabrás de una bruma que somete a mis ojos

De una flor de lis que crece y se alista a saltar cuando logran enceguecerme

De cientos de ritmos anidados en cada latir

De una falta de aire que provocó todo esto

De una lucha incansable entre dos mortales, una lucha a muerte

Una verdadera


La lucha

La muerte


A la larga sabrás de las esquirlas, de los zumbidos, de los surcos

De un año nuevo que pasé en Pirque

De las canciones de protesta que escuchaba en ese entonces

De una marcha

De una peregrinación

De una sorpresa de un azar y de una responsabilidad

De una lucha a muerte entre dos mortales


De la parte del fruto que no se debe comer

De las formas inusuales en que poema se vuelve vida.-




Florecer al fin del verano.


Las notas de un dios con el refrigerador a cuestas
las cajitas azules de las pastillas azules en el piso junto a los escombros
un televisor gigante cayendo para aplastarnos
mis propios huesos trizándose y yo
impávido
desorientado en mi propio silencio

no soy

...sólo los huesos trizados que ahora se abren
y florezco

sin saber como

las imágenes que seré
un mono con chaqueta roja y capucha
las tiritas de un cumpleaños que no se celebró
un montón de aloe veras con sus raíces al aire
el cemento comiéndose el tiempo acumulado sobre él

sus dientes son como los míos
puedo caminar aún en la marea
manchar como si fuese mantel
incendiar como si fuese caída
escupir como si fuese una pregunta
huir como si fuese valiente

en un momento puedo floreciendo caminar manchar incendiar escupir huir como si fuese dios cargando un refrigerador.-




David Santos Arrieta

Monte Patria, IV región

Nacido en Santiago en 1979, actualmente vive en Monte Patria, IV región, con su mujer. Él tiene treinta y usa frenillos. Es Psicopedagogo y escribe. Ha publicado el libro de poemas Mirándome a los Ojos (2005), Mirando el tiempo con ojos de cristal (2006), proyecto FONDART de fotografía patrimonial, y el texto poético Ay, Sí (2006) autoeditado en Lagartija Ediciones, editorial emergente de su creación.-


viernes, 26 de marzo de 2010

A LA MANERA DEL SEÑOR CORALES por Enrique Lihn

3/26/2010 11:19:00 p. m.


A LA MANERA DEL SEÑOR CORALES


Por Enrique Lihn

Dedico estas postales o lo que fueren de NicanorParra -obra de la mala fe y de la inocencia colectivas-, con o sin el beneplácito de su auctor, a quienes las adquieran por razones de curiosidad, sin que el precio subido de las mismas agrave el delito de su lectura. Como es sabido, gracias a la recesión, el dinero en manos del sector privado ha aumentado en forma importante. Pero no se eximen de esta Dedicatoria quienes reciban las postales gratuitamente, en su totalidad o por unidades, como consta en el capítulo de culpas. Mención negativa especial merecen quienes, forzando los términos, invocarían una suerte de Derecho de Gratuidad, leyendo ostentosamente a Parra en las librerías como si éstas fueran bibliotecas. Cabe recordar que el sistema ofrece sólo al comprante el privilegio de abandonar, con las manos vacías, los locales de venta.

Tampoco sería bueno que nos hiciéramos reos de Exceptuación y declináramos la responsabilidad de la presente Dedicatoria quienes nos hemos visto envueltos, por parte de don Parra, en producción y puesta en el mercado de esta Caja de Pandorra: Un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero, como dice el diccionario para no ir más lejos.

Por Decreto de esta Dedicatoria, que se hace extensivo al fabricante de la caja, todo sujeto de la lectura de estas postales debe desactivarlas, cada dos días, en el cuartel de policía más cercano a su domicilio sin que sea válido el argumento de que la desactivación las haría desaparecer.

En cuanto a los receptores clandestinos, por sus estallidos de risa los conoceréis.

Decreto de mandibulosis galopante para los estallados de la risa que preabunda en boca de los capirotes, por inducción magnética. Y un premio, en cambio, a la sonrisa postal menos ofensiva del año: Un beso con lengua de lo Absoluto.

La mandíbula batiente de aquellos a quienes uno le da la mano y le toman a uno la mano y su labor de zapa atenta contra la seriedad transicional de la sonrisa a la risa, so pretexto de que los tontos graves bloquean la idea misma del proceso y alimentan un clima de indefinición.

No es de extrañar, entonces, que desarticulemos la mandíbula y aplastemos, provisionalmente, la mano de los capirotes, en tanto que la prudencia aconseja desactivar a los tontos graves por centésimas o milésimas de grado, de modo que no reparen en ello.

En suma, una Gran Risotada se impone por sí misma, como asimismo la necesidad de que no estalle parra sí misma. Hay que abstraerla en el Bien Común, pues más vale prevenir que curar.

Propongo que, en virtud de esta Dedicatoria, se invista al humor de personalidad jurídica y se proceda concentrarlo en un solo humorista legalmente responsable de sus ocurrencias. Alguien con quien no me pueda enjuagar la boca, como se dice en el Trópico.

El acápite antedicho de esta Dedicatoria queda sin efecto por estúpido. Que todo el mundo se cague de la risa, fertilizando la Provincia Señalada con sus hilarantes excreciones.

Es más, conmino a los cagados de la risa a que se limpien el trasero con las partículas de esta Dedicatoria que delaten alguna incoherencia, haciendo de las otras partículas un íntimo regocijo y un monumento público a la claridad meridiana.

Dedico, en fin, esta dedicatoria al autor de la caja de parras -tarjetero de exabruptos- de cuya circulación me honro a punto tal por las cualidades que suman y siguen:

Al hombre de pro y de contra, del Yin y el Yan, del Fa y el Fu, de la dialéctica del tercero incluido, patafísico, surreachilista y ecólogo natural. Un abrazo de hierro.

Al señor mecánico racional y premio Nacional de Literatura, poeta de circo y de salón, Nerrudiano, antipoeta y no mago (Los dedicantes vuelan cantando la canción tricolor sobre el techo del dedicado).

Al creyente de Mañana por cuya conversión a largo o eterno plazo apostamos una sotana de buen corte y mejor confección y una carabina para matar pajaritos. Se le excusa, por ahora, el que confunda la cruz con un molino de viento, una bicicleta o una mujer con las piernas abiertas (Los dedicantes siguen cantando tricolormente, esta vez en el ábside).

Al con par don Nicanor, hermano y padre espiritual de Violeta Parra como le consta a cualquiera que esto escriba, por ejemplo yo, que la conocí cuando cantaba en la radio canciones mexicanas, ni violeta aún, ni parra todavía, pero ya a punto de que le cayera la chaucha, Nicanor la ponía donde hay que ponerla para que caiga en sentido figurado.

Al hermano -un poco más a secas- de todo lo que hay en la viña del Señor en materia de Parras. Venga un abrazo de la tribu, empezando por el tío Roberto, el de las Cuecas Choras. Venga un abrazo de la tribu. Al Premio, bueno, Nobel de pasado mañana o de ahora mismo: un coup de des jamais n'abolira l'azar, que nunca se sepa.

Al profesor, otra vez, de mecánica racional o de literatura e iliteratura. De los que enseñan menos con la labia inútil que con el dedo visionario, el punto de intersección de todas las dificultades, más difícil de ver que el ojo de la papa (los dedicantes, piticiegos, se miran sin verse unos a otros. Y luego, helos ahí: ¡Videntes!).

Al único poeta popular chileno hiperculto, como si dijéramos el Góngora de la Cueca Larga pasado por Quevedo y hervido en el caldo del humor negro, sin que se cueza ni se queme: El dedicado goza de una excelente salud un sí es no es verde (Los dedicantes ven pasar lolas y más lolas, por el aire, entre Conchalí, Isla Negra y la Reina, los puntos cardinales del aludido.

Al inventor o reinventor que siempre excede por todos lados a sus inventos. Piénsese, por ejemplo, en la poesía ecológica que enseña Parra en la Escuela de Ingeniería, en verso libre. Los dedicantes se forman en escuadrón. Atención, firrmée. De frente, marr Y parrten en todas dirrecciones.

Se dedican a sí mismos (como que les resbala esta dedicatoria que les dedico con la mayor empatía) las susodichas tarjetas, sus coautores y/o más bien ilustradores -algunos más que otros- los bien pintados artistas chilenos a cuya dedicación débese el parto de esta caja de visiones postales fotografiadas, pintadas, dibujadas, timbradas, rasguñadas o deyectadas en blanco y negro y según las precisas e imperiosas instrucciones de nuestra simpatiquísima amiga y dueña de la Galería Época, Lily Lanz, que tuvo la reidea de la caja. A nuestros artistas, por orden alfabético (el único posible y el que debiera ser Supremo):


febrero, 1983

de Chistes paRRa desorientar a la poesía/poesía (pliego en caja con postales; textos de Nicanor Parra y gráfica de diveros artistas plásticos chilenos), Santiago, Galería Época, 1983.


jueves, 25 de marzo de 2010

TALLER DE CONVERSACIÓN Y CREACIÓN LITERARIO M.A.L

3/25/2010 06:02:00 p. m.

afiche_mal33.jpg


Click en la imagen para agrandar.


TALLER DE CONVERSACIÓN Y CREACIÓN LITERARIO


M.A.L

(Más allá de las letras)


DÍA: TODOS LOS SÁBADOS A PARTIR DE LAS 19:00 HORAS.

LUGAR: SALA 122 DE LA UNIVERSIDAD DE TARAPACÁ - CAMPUS SAUCACHE.

UBICADA EN EL EDIFICIO DE EDUCACIÓN - ENTRANDO POR 18 DE SEPTIEMBRE.

SIN COSTO DE INSCRIPCIÓN SEGUNDA SESIÓN SÁBADO 27 DE MARZO DEL 2010.



martes, 23 de marzo de 2010

Hernán Rivera Letelier gana el Premio Alfaguara de Novela 2010

3/23/2010 09:15:00 a. m.

dddd.jpeg


Hernán Rivera Letelier gana el Premio Alfaguara de Novela 2010


  • Freddy Torres Oviedo


Nuestro escritor Hernán Rivera Letelier se ha hecho con el Premio Alfagura de Novela 2010, uno de los más significativos y mejor dotados de los que existen en nuestro panorama literario actualmente, concretamente está dotado con 175.000 dólares y una escultura de Martín Chirino. La obra con la que lo ha conseguido lleva por título El arte de la resurrección.

El fallo lo ha hecho público el presidente del jurado, Manuel Vicent, en el salón de actos que el grupo Santillana tiene en Madrid. El resto de miembros del jurado han sido: Soledad Puértolas, Gerardo Herrero, Juan Miguel Salvador, Juan Gabriel Vázquez y Juan González, quienes han visto en esta obra el “aliento y la fuerza narrativa”, valorando especialmente “la creación de una geografía personal a través del humor, el surrealismo y la tragedia”.

En cuanto a la obra ganadora en cuestión, ‘El arte de la resurrección’, nos cuenta la historia de Domingo Zárate Vera, más conocido por todos como El Cristo de Elqui, una especie de iluminado que se cree la reencarnación de Cristo. Lleva diez años predicando en las tierras chilenas y se entera de que en unas oficinas salitreras vive una prostituta que él cree que le puede ayudar en su sagrada misión de advertir a la gente de que el fin del mundo es inminente.

La novela está ambientada en el desierto chileno, en las primeras décadas del siglo XX y parece ser que mezcla con gran maestría y habilidad la crónica histórica y social con poderosos elementos del realismo mágico. Ya hay quien dice por ahí que este personajes del Cristo se parece a otros de Garcia Márquez o Vargas Llosa.

En cuanto a Hernán Rivera Letelier, que ha presentado la novela bajo el seudónimo de Manuel Madero, nació en Talca, allá por el año 1950 y es poeta, cuentista y novelista. De joven fue minero y dice que empezó en esto de la escritura por pura necesidad, por hambre, aunque era el único minero que utilizaba la biblioteca de su pueblo. Entre sus novelas caben destacar títulos como La Reina Isabel cantaba rancheras, Canción para caminar sobre las aguas, Romance del duende que me escribe las novelas o La contadora de películas (que se publicó el pasado Noviembre de 2009 en España). También como uno siempre tira para lo mismo, hay que citar Donde mueren los valientes, un libro de relatos del año 1999. Sus obras han sido traducidas a muchísimos idiomas y son reeditadas continuamente en Chile, España o Argentina. Entre sus muchos premios y condecoraciones, destaca por encima del resto el nombramiento de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.

A la XIII edición de este premio se habían presentado un total de 539 obras, de las que la mayoría procedía de España con 194, aunque todos los países de Latinoamérica se encontraban en mayor o menor medida representados. En el caso de Chile, eran tan sólo 14 las obras presentadas a concurso.

Como chileno me siento orgulloso que Rivera se haya adjudicado este premio porque ha sido el único escritor que pasó el tema pampino y salitrero a conceptos universales, es decir la pampa por lo menos en el mundo de la literatura, ya no nos pertenece solamente a los chilenos, sino que a toda la humanidad.


lunes, 22 de marzo de 2010

La Literatura y el lado oscuro de la luna

3/22/2010 07:30:00 a. m.

n385389279080_8502.jpg


La Literatura y el lado oscuro de la luna

COMENTARIO AL LIBRO EL TERCER ESCALÓN DE NANCY MENDOZA‏

Abordar la escritura de cuentos es una tarea de difícil consecución y se sabe que el intento es de mayor esfuerzo que el que requiere la construcción de una novela, porque además de la condensación y unidad temática, el cuento exige mantener el interés irreductible del lector por cada uno y hasta el final del libro. En cambio, la novela permite a su autor entrelazar variadas historias, anécdotas, permitirse digresiones y dispersión en sus páginas, lo que no permite el cuento.

Si bien, la mayoría de los cuentos de Nancy Mendoza son de corte trágico, (tratan de un crimen, accidente, sucesos paranormales, mujeres abusadas e impotentes de defenderse, etc.) los acontecimientos limítrofes con lo que se puede soportar, es notable la capacidad narrativa que nos ubica claramente en un contexto dado, definición de personajes, lugares y ambientes que nos llevan al desierto y norte chileno o bien, nos traslada a tiempos ancestrales desaparecidos (Los Molles) y la bien hilada trama que nos lleva con rapidez a un desenlace que no nos permite despegarnos de ella.

Nancy Mendoza posee oficio, por eso es capaz de mantenernos unidos a su narración y no lo desperdicia relatando cualquier acontecimiento, tal vez sin proponérselo ella aborda temas que conmocionan al lector, lo conmueven e intimidan profundamente (El Espejo) y de pronto se piensa en el suspenso de Edgar Allan Poe o bien en Borges con sus paseos y devaneos que realiza a través del tiempo, del Dios Tiempo, que permanece inconmovible ante el desfile de nuestras vidas, generalmente llenas de vicisitudes y misterios que no tendrán explicación más que como pasos hacia otras dimensiones o fantasmas que rodean nuestra existencia y que no vemos.

El mundo que ha construido Nancy Mendoza, en su libro de cuentos, es la catarsis, tal vez, que ella construye para resarcirse del padecimiento que le provoca este mundo que como artista percibe con agudeza hasta la conmoción profunda y demuele sus esperanzas en un género humano más benigno. De esta forma, N. Mendoza se yergue a través de su pluma y nos encara y enrostra estos seres malignos, oscuros para que no olvidemos lo crueles que podemos llegar a ser.

En cuanto a los temas que se abordan: crimen, terror y suspenso o sucesos paranormales, no es común en las letras chilenas, especialmente en nuestro género femenino. Si bien, las mujeres hemos ido ganando espacios largamente acallados, se han ido planteando nuevos desafíos, además de los ya conocidos acercamientos al erotismo y caída de tabúes, como Marta Brunet, María Luisa Bombal, Pía Barros y Ana María del Río, Andrea Maturana y propuestas renovadoras y rupturistas como la de Diamela Eltit, son en consecuencia un abanico de posibilidades que actualmente las mujeres se atreven a encarar.

En el cuento Alas Rotas, cuento trágico de una niña pequeña que sufre deformación física, pese a ello se vislumbra una fórmula esperanzadora que escapa a la comprensión que tenemos o atisbamos de la realidad. De tal forma, la Literatura se transforma en acción salvífica ante el absurdo, el dolor sin límites, el escritor a través de su imaginación levanta salidas, capta revelaciones que respaldan este escape de la realidad y a la vez “destapan” esta misma, dado que nos agrede constantemente y nos desagrada al punto que solamente la imaginación “la gran buceadora” como dijo Einstein, es la que verdaderamente nos acerca a la verdad, y puede transmutar en algo maravilloso y distinto que nos salva de todo dolor o absurdo. Al mismo tiempo, que nos trae reminiscencias del escritor Pedro Prado, con su novela Alsino, similar personaje en algunos aspectos.

El libro de N. Mendoza, es fruto de un trabajo constante y serio a través de mucho tiempo y que me aventuro en precisar que no es de las autoras que se precipitan en publicar, sino hasta que están muy seguras del trabajo literario que entregarán. En este oficio, se requiere lo que ella demuestra ampliamente y se requiere, valentía, riesgo, oficio, libertad imaginativa, sensibilidad y ruptura con los viejos moldes que nos han deparado, para escribir desde su genuina inventiva.


Aída Esther Mora

Escritora

Directora Rev. de Arte y Literatura

Artemisa


Concepción, Noviembre 17 de 2009.