martes, 8 de septiembre de 2009

BOLAÑO ANTES DE BOLAÑO

9/08/2009 04:31:00 p. m.

BOLAÑO ANTES DE BOLAÑO
Crónica personal. Jaime Quezada. Catalonia, 2007. 126 páginas

Retrato del narrador adolescente

Por Artemio Echegoyen
La Nación. Jueves 20 de marzo de 2008

Este libro, "Bolaño antes de Bolaño", se subtitula "Diario de una residencia en México": ¿la de R. B. o la de Jaime Quezada? Lo segundo, pero con alusión constante a los diálogos entre ambos. También entra Octavio Paz, a quien Bolaño no vio, quizás para no quedarse dormido, insinúa.

Muerto Roberto Bolaño (1953-2003) -ante la consternación de quienes, tras leer "Los detectives salvajes", admiraban a un narrador a veces extraordinario y "chileno" de un modo "original"-, proliferaron las publicaciones póstumas, como la prolongada novela "2666". Este libro de Jaime Quezada (1942) es lo contrario, o un rebote de la fama del novelista. Una evocación personal sobre ese Roberto Bolaño que vivió su adolescencia en México mucho antes de conocer el éxito literario. Porque, dice Quezada, "casi dos años (1971-1972) viví en casa de Roberto Bolaño, es decir, en la casa de sus padres, en Ciudad de México. Entonces él era un muchacho de 18 años que se había venido muy niño desde Chile, que abandonaba la enseñanza secundaria, que se estaba día y noche leyendo y releyendo (de Kafka a Eliot, de Proust a Joyce, de Borges a Paz, de Cortázar a García Márquez), y fumando y fumando, enojado siempre contra sí mismo o contra el otro (que era acaso yo) o contra el mundo (...) que no salía de su habitación-sala-comedor sino para ir al retrete o comentar en voz alta, tirándose los pelos de su amplia cabellera, algún pasaje del libro que estaba leyendo".

Este libro, "Bolaño antes de Bolaño", se subtitula "Diario de una residencia en México": ¿la de R. B. o la de Jaime Quezada? Lo segundo, pero con alusión constante a los diálogos entre ambos. También entra Octavio Paz, a quien Bolaño no vio, quizás para no quedarse dormido, insinúa.

Bolaño sufría de vértigo. Bolaño mandó a un concurso en Cuba una obra de teatro titulada "El sombrerero loco" y cuyo original Quezada lamenta no haber conservado. Bolaño temía a los ascensores. Bolaño tenía una tortuga llamada Aquiles, y aseguraba que era macho. Bolaño soñó, antes del golpe del ’73, con una espada en los cielos de Quilpué; luego vino a Chile y acá lo sorprendió el golpe visitando familiares en Los Ángeles y Mulchén. Volvió a México, donde un par de años antes le había dicho al autor: "El salto de Chile a México me ha dejado casi indiferente. En Chile nunca tomé conciencia del país que habitaba. (...) perdí la conciencia de ese Chile. O nunca la tuve, mejor. No la aprendí. (...) Y algo que te puede extrañar o sorprender: de México he aprendido más viendo televisión que visitando bibliotecas y museos. La televisión te muestra todo, a cuero limpio o sucio (...)". Se mexicanizaba también leyendo "La región más transparente" de Carlos Fuentes. Después se fue a Barcelona, y dos décadas más tarde sería un escritor famoso y misterioso.



* * *

Retrato del detective cachorro

A. G. B.
La Tercera Cultura. Sábado 20 de Octubre de 2007

México, DF, 1971. Roberto Bolaño acompaña al poeta chileno Jaime Quezada a una conferencia de Octavio Paz. El tema es el romanticismo en la poesía y Bolaño, de 17 años, comienza a cabecear. La charla de Paz cautiva al público, pero no puede con el futuro autor de Los Detectives Salvajes: se duerme toda la conferencia.

Días después, Ouezada -esta vez solo- visita a Paz en su casa y hablan de literatura. "Roberto, debí haberte invitado", le dice luego a Bolaño. Y este, con la franqueza que lo hizo célebre, retruca: "¿Y si me hubiese quedado dormido?".

Ese es acaso uno de los momentos más bolañianos de Bolaño antes de Bolaño, un testimonio de Jaime Ouezada sobre el año que vivió en casa de los padres del autor de 2666.

El clan Bolaño Avalos -León y Victoria, los padres, y sus hijos Salomé y Roberto­llegó a México en 1968 y tres años después Ouezada recaló en su hogar. Aquí aparece el detective cachorro: inquieto, lector insomne, humorista revoltoso, que escribe sus primeros poemas mientras fuma un cigarrillo tras otro.

Sin embargo, el libro es sobre todo un diario de la estadía de Quezada en México. Así, en el texto hay referencias a la Mistral, Neruda, Jodorowsky, Gonzalo Rojas y una larga galería en la que llega a perderse Bolaño.

Con todo, y pese al lenguaje a menudo relamido, hay postales notables: Bolaño bailando con The Who, leyendo a Borges y Cortázar o relatando un sueño que parece uno de sus cuentos: "Anoche, Jaime, vi en un sueño a mi padre poniéndose los guantes antes de su última pelea".


lunes, 7 de septiembre de 2009

Cigarrillos “Marca Chancho”

9/07/2009 06:44:00 a. m.

Cigarrillos “Marca Chancho”


El Arte y la Cultura a Través de la Cajetillas de Tabacos

La referencia de la cajetilla de cigarrillos “Marca Chancho”, pertenece al “Catalogo de Cajetillas de Cigarrillos de la Republica de Chile y su Cultura en la Sociedad”. Autor y escritor de la obra, Reinaldo Riveros Pizarro, registrado en la “Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, Departamento de Derechos Intelectuales” año 1999.

La singular cajetilla de cigarrillo “Marca Chancho”, tiene una característica muy especial, a pesar que esta marca circuló a comienzos del siglo XX., existiendo las variadas cajetillas con otros nombres de animales, que por cierto, para su época llamaron mucho la atención como ser las: “Tres Ratas” (salen tres mujeres), “El Burro” “El Zorro”, “El Gallito”, “El Gallo” , “El Águila”, “El Gavilán”, “El Cóndor”, “El Toro”, “El Toruno”, Etc.
La “Marca Chancho”, fue propiedad de la “Manufactura de Tabacos Carrera y Cia.”, ciudad de Valparaíso; el año de iniciación de circulación de este tipo de cajetilla 1904; la capacidad de cigarrillos 18, las medidas del envase estirado con dimensiones 17,5 x 10,5 Cmts. El consumo de la “Marca Chancho” en su época llegó a valer el precio de $0,04 centavos, estaba casi igual que el precio de otras marcas, por nombrar de la “Compañía General de Tabacos” que vendía como ser la “Yolanda”.


”La buena calidad de los cigarrillos “Marca Chancho”, queda evidenciado que por el consumo de esta marca, la excepción no fue muy común de encontrarlas en las diferentes salitreras de Tarapacá y Antofagasta, porque solo algunas “Compañías Salitreras” traían para el consumo de sus oficinas, son estas demasiadas escasas, existiendo también cajetillas de otros colores, tamaños de la misma “Marca Chancho” desapareciendo durante el primer cuarto del siglo XX. Hoy en día existe la escasa cantidad de cajetillas de la mencionada marca entre los coleccionistas, se debe también en parte, que para su época éstas cajetillas fueron canjeables, se compraba entonces una estampilla de cinco centavos ($0,05) más la entrega de una cantidad de cajetillas para el canje, para alcanzar un premio como por ejemplo: El mínimo era de 10 cajetillas, más 5 centavos, se recibía “Un lápiz fino”, y por 200 cajetillas más los 5 centavos, para el premio máximo, recibía “Una cartera de cuero holandés”. (Otros canjes de cajetillas por otros artículos, 20 – 30 – 40 – 50 – 60 – 70 – 80 – 90 – 100 – 120 – 140 – 160 – 180)
Este tipo de cajetilla fue encontrada el año 1987, en el antiguo sector denominado “Departamento de Pisagua” “Cantón Negreiros”



En la interesante obra titulada: “Catalogo de Cajetillas de Cigarrillos de la República de Chile y su Cultura en la Sociedad”, del autor, escritor, e investigador de la Cultura Pampina, RERIPI, bautizó y dio por nombre de una “ciencia”. (Basados en pruebas y evidencias) “El estudio y colección de las cajetillas de tabacos” con el nombre de “MARQUILLALOGIA”.
Además al haber el estudio profundo en su contexto sobre la historia del tabaco universal, como el “Estanco del tabaco en Chile” y de las industrias tabacaleras nacionales e internacionales; también de la época precolombina y el uso de las sustancias psicoactivas. (Fármacos o drogas)

A la vez por medio de las cajetillas (ó marquillas) transportarse al mundo del “Arte Litográfico”, aplicado la impresión desde su invento, hasta el sistema Offsset, agregando las publicidades de los cigarrillos de la época, también se unen a ellos documentos relacionados con las compañías tabacaleras; quedan dentro los registros, lugares de hallazgos por la pampa salitrera y las variedades de cajetillas cubanas, peruanas, bolivianas, inglesas, norteamericanas, y españolas, Etc.
Se destaca también la evolución de los concursos y premios, cupones, láminas con imágenes de artistas, monedas, banderas, buques, cuentos; otros recursos como mini cuentos de un formato de ancho 4,5 x 6,5 centímetros alto, el que contenía 10 páginas.

Lo más importante son las imágenes capturadas de las cajetillas, las que denotan la historia por medio de ellas, se descubren como ser: poesías, sonetos, acertijos, música, adivinanzas, letras Góticas, Duré; héroes, poetas, escritores, y parte de la historia de su época en imágenes Etc.


Todos los registros de los hallazgos de cada cajetillas (1600) circuladas en las oficinas salitreras de las Regiones de Tarapacá y Antofagasta, alcanzó para realizar un trabajo de investigación como la información rescatada en bibliotecas del país, para lograr el “Catalogo de Cajetillas de Cigarros de la República de Chile y su Cultura en la Sociedad”, con un tiempo transcurrido de 15 años, el cual dio como resultado la columna vertebral de toda la información de las características técnicas e históricas, de cada una de las imágenes de ellas.


Autor: RERIPI

Marquillalogi23@hotmail.com


Fotografías:
1.- Cajetilla de cigarrillo “Marca Chancho”
FOTOGRAFIAS
1.- Cajetilla de cigarrillos Marca Chancho”
2.- Cupón de canje en la Caja Nacional de Ahorros
3.- Hallazgo de cajetilla “Marca Chancho”
4.- Mini cuento titulado “¡Pobres Mujeres!” De los cigarrillos “La Africana”
5.- Cupón de sorteo de muñecas, por la “Sociedad Internacional de Tabacos”
6.- Cupón de premio en dinero de los cigarrillos “Yolanda”
7.- Lamina de la “Sociedad Manufacturera de Tabacos” de Iquique
8.- Lámina de colección de cigarrillo “Cycle”

www.biblioredes.cl/lavozdelapampa.cl



domingo, 6 de septiembre de 2009

ALTO HOSPICIO: LA NOVELA DEL ATREVIMIENTO.

9/06/2009 10:24:00 p. m.

Hay una vieja frase que dice que el que no se arriesga, no cruza el río. este río, vamos a suponer, puede estar lleno de pirañas, y ademas de eso sus aguas son de color rojo, por el intento de otros por cruzar, y que finalmente han caído. o fracasado. vaya una cerveza por los caidos, un brindis nada más. Sin embargo, el señor rodrigo ramos bañados,(antofagasta, 1973) autor de la novela ALTO HOSPICIO (editorial quimantú), aun digamos esta cruzando ese rio que ha propuesto pasar, pero por lo menos esta avanzando, la orilla es lejana como las tetas de una puta parada en esa orilla. La tematica de este libro es un atrevimiento a 100%, ademas de la estructura formulada en el texto, de las variantes que presenta el narrador testigo o protagonista, y yunta del sicopata Ceballos. la historia en sí, es atrevida, con lenguaje de personas de poblacion, como debe ser, con autenticidad en el perfil de los personajes y en los hechos narrados, es mas, el espacio de desierto, de pampa, de marginilidad y pobreza que presenta alto hospicio, es un sitio ideal para seres que escondidos en el silencio, observadores, simples hombres, aparentemente inofensivos y con zapatitos de charol, suelen tramar el mayor de los crimenes, violaciones y asesinatos que en primera instancia quedan en la impunidad. Los sicopatas son seres que no se excluyen de la necesidad de ser anónimos, casi siempre cometen sus actos para aparecer en diarios sensacionalistas o difusores de la cronica roja, en noticiaros de la televisión, radios, foros de internet, etc. y en ese transcurso el placer de matar les provoca un extasis rimbaudiano o baudelariano, pero al final siempre caen las ratas en sus desagues de mierda. Asi son los sicopatas , estos weones que quizas uno los vea tan lejos de nuestro entorno (esta wea es terriblemente falsa), están mas cerca de lo que uno cree, ese vecino que se hace el buena tela, el que con cueva sale a comprar el pan, el gueon que está todo el dia viendo porno por internet, ese quizás cuando se le presente el momento, desahoge sus instintos con alguna cabra chica, o quiera meter tu cadáver al refri. no sé. Nunca hay que creerse los cuentos, la maldad esta en todos, y solo la revelaremos cuando se nos presente la oportunidad, la novela ALTO HOSPICIO, nos muestra esa idea, y mas encima esa idea es pavimentada con todo lo que vemos en las noticias y diarios, femicidios, violaciones, crimenes por encargo, secuestros, no se, muchas weas. Alto hospicio no es una novela lineal, no, a la cresta esas weas, la narracion muestra desafios de lenguaje, un contenido mayor trabajado con de voces que podamos situarlas en distintos contextos y ademas que todo eso se pueda leer de un tirón. Esta novela lo consigue, primero te situa en un espacio de diferencia entre el pasado y presente de los hechos, haciendo que la duda, y el juego de tiempos, se establezca de manera definitiva. El narrador testigo escribe todos los hechos en un blog, y en la historia relata descriptivamente los ciber que visita, lugares malolientes, con personas muy particulares que atienden , etc. ademas el libro abre parentesis de personas que comentan en el blog dándole otro perfil al texto que sabemos que no es lineal. el autor incluye habilmente historias de otros sicopatas con mayor prestigio, como el ruso "CHIKATILO EL CARNICERO DE ROSTOV" O "PEDRO LOPEZ, EL MONSTRUO DE LOS ANDES", QUE SON PASAJES INFLADOS DE CRIMENES e historias que revitalizan su propia historia central del sicopata pop CEBALLOS. Las huellas de este atrevimiento de rodrigo ramos bañados en su novela, son notorias, ya que el ha confesado que la novela aún no se ha presentado en el sitio del suceso, quizas por temor, de cómo la tomaran las familias de las victimas, no se, en ningun caso, esto puede provocar algun rechazo en ese sentido, la novela es buena, se cambian los nombres, no se burla de la realidad de esa sector, si no que lo retrata, y las víctimas son un factor secundario dentro de la historia. Vaya los buenos augurios de esta novela que acá en arica ha tenido buena acogida, tanto por los lectores que buscarán el libro. A las viejas que les tirita el culo cuando tienen esta novela negra en sus manos que se vayan a la mierda, la novela es para gente valiente, y los weones cómo disfrutan cuando ven DONDE ESTA ELISA? O ALGUIEN TE MIRA?, a la mierda carajo. EN literatura hay etica pero no es recomendable efectuarla, solo hay etica en el tratamiento de las buenas historias y esta novela es el caso. El autor ramos bañados ha marcado un camino en el sentido de darnos cuenta de como, de eso oscuro que sucede y se esconde puede salir una historia casi ficticia casi realidad, un juego de llamados en el tiempo y en el espacio en que encontramos algo que contar, ahora, el cómo contarlo sera el desafio, sobre todo el riesgo de cruzar el rio con aguas rojas.

Autor: rodrigo rojas teran , poeta ariqueño.


sábado, 5 de septiembre de 2009

Oye, Nicanor está de cumpleaños

9/05/2009 08:59:00 a. m.

Oye, Nicanor está de cumpleaños





Oye, Nicanor está de cumpleaños,
95 velitas en Las Cruces frente al mar
meciendo la luna el antipoeta victoriano,
barroco, naif, hippy, chileno de pura parra,
está naciendo esta madrugada
mañana pasado pasando por el alba
en la risa de la primavera.
Ser o no ser le dicen del otro lado
y el responde: será de otro
como antes de mis besos.


Rolando Gabrielli©2009


http://rolandogabrielli.blogspot.com/


jueves, 3 de septiembre de 2009

Raso: en torno a un ritual de paso fallido

9/03/2009 05:38:00 a. m.

Raso: en torno a un ritual de paso fallido


Hay un problema fundamental en las sociedades laicas, modernas y racionales: su ausencia de rituales de paso. Existe una razón obvia: estos rituales surgían por la evidencia de una pluralidad de mundos, que estaban presentes en el nuestro. El niño vivía en el mundo de las mujeres, hasta que una ritualidad particular lo hacía renacer en un mundo distinto, y podía ser llamado hombre, dar la entrada al mundo del padre, a través de los rituales de la caza o la guerra. Desde la visible ritualidad de los kaweshkar a la republicana y guerrera Roma, esto se mantuvo indemne, hasta que el mundo quiso ser uno solo, evitarse complejos dibujos metafísicos, producir pasos graduales y ojalá insensibles hacia una madurez cada vez más vaga e imprecisa.
Este paso de una realidad a otra alcanzó a ser en nuestras armadas naciones republicanas el llamado “servicio militar”. En el insultante patrioterismo chileno, la figura de los muchachos, uniformados (es decir, disueltos sus rasgos particulares para ser todos una sola “arma”, cada uno la partícula indivisible de un solo útil de agresión) y con rictus insensible, implicaba el paso a la adultez, a la existencia dentro de la fallida, incompleta y mentirosa religión civil de nuestras jóvenes copias de repúblicas. Inclusive cuando se trató de muertes accidentales (Alpatacal y Antuco), toda la autoridad civil y militar les dio el ridículo trato de héroes, aumentando –si se pudiera- la parodia de ritual que aún significan para algunos estas instituciones. Algunos, por supuesto. Ya que el aprendizaje de obediencia y desindividuación que implica tan sólo es dirigido en Chile a aquellos a los que les conviene aprender a obedecer y sumirse en una colectividad. Para otros, el aprendizaje será otro: para mandar y especializarse, destacarse, ser alguien. Dentro de esta copia infeliz de metafísica, el servicio militar es un ritual de paso incompleto, fallido e inútil: su finalidad es entrar a una adultez obediente y “civilizada”.
El sentido profundo de este error en el alma perturbada de un conscripto es el blanco de Carlos Cardani (Santiago, 1985) en Raso (Santiago: Ed. Balmaceda Arte Joven, 2009), un blanco alcanzado con una singular efectividad emotiva. Y digo emotiva, no en el sentido de una superficie en la cual destaquen procedimientos literarios que provoquen emoción, sino en el hábil trabajo de la forma poética, que logra dejar de decir lo que no se puede decir, y conservar ese conocido monstruo de nuestro Oficio: la profunda inefabilidad de la experiencia. Me explico: antes de intentar hacer sentir al lector la completa irracionalidad de la vida de cuartel, Raso logra presentar los hechos en su honda imposibilidad de comprensión. Y precisamente esto es esencial en la experiencia posible de un raso.
El carácter ritual de la experiencia se fundamenta en su absoluto hermetismo ante la razón. Si paso desde un mundo a un mundo b, es obvio que toda norma y perspectiva debe ser profundamente trastocada, carecer de lo que en nuestra civilidad se entendería como racionalidad. El deber militar toma el lugar de lo sagrado, dejando a la religiosidad en un margen ridículo y absolutamente carente de trascendencia (esa misa llevada a la cama, con los remedios sin bendición), cuando no en la significativa paradoja del Cristo de la Paz, una suerte de testigo y símbolo del absurdo, que da el tope a las pasadas proezas de guerra y las imitaciones de proezas de los ejercicios actuales.
Se trata de algo más significativamente propio, un carácter distinto de trascendencia. El raso, en la soledad más extrema, tendrá que reconocer una nueva familia, una nueva “camada”, y adaptar toda visión a esta nueva luz. La alternativa es ese otro mundo, marcado por la maternidad y el cuidado, señalado a una distancia casi cósmica. Es decir, la patria no es el Chile que se habita, sino un abstracto imposible, para quien el mediador está claro:

Usted sirve a la patria
Cuando sólo me sirve a mí.


Por cierto, nada de esto es en sí extraño para los que algo conocemos del mundo. Pero el gesto de Cardani es, en su simpleza, una absoluta revelación: el llevar a la existencia literaria esta realidad con la cual llevamos la convivencia más cotidiana posible en los tiempos de tranquilidad, y que posiblemente alguna vez nos toque en nuestra vida aquella otra violenta convivencia: el mundo más allá del cuartel, que parece esperar a despertar cuando alguna invocación horrorosa lo saque más acá de esos muros. Cardani es capaz de repetirnos lo que sabemos, pero quizá no nos guste saber: que convivimos con este mundo de puro e irrazonable deber.
Este mundo de puro e irrazonable deber... Creo que este camino es necesariamente aquel a través del cual recién se puede empezar a hacer una lectura política clara y precisa de Raso. El mundo que muestra Raso es un interesante cristal en que se ve el aprendizaje de la obediencia, de la gris mediocridad (absolutamente opuesta a cualquier posible tono dorado), de la debida callada aceptación, que deben pasar todos y cada uno de los hijos de la clase trabajadora de este país. El mundo de la conscripción invade las obras de construcción a través de todo el territorio (verdaderos ejércitos, con sus desplazamientos, sus alegrías y sacrificios análogos a los de la guerra), todos los restos de nuestro mundo industrial, el “servicio público” en la administración estatal, e incluso nuestra moderna estructura de empleos de servicios. La estructura de esa gris mediocridad es, en algún sentido, el alma del país, sobre el que la piel y el vestuario de la civilidad se sostienen –y la razón de la diferencia que esa racionalidad desea representar.
Raso es, como el estado mental de conscripción que logra representar en su plena sequedad emocional, un índice de cómo funciona en verdad la vida en el bárbaro país que habitamos. La limpia intención descriptiva logra presentar una diferencia suficiente marcada con el lector, que de seguro se va a ver una y otra vez en esa denominación, tan precisada que se convierte en el espacio o lugar desde el cual se puede efectivamente leer el libro: el cinco por ciento: la vergüenza del Ejército / Los que no merecen llevar el uniforme / Por pobres calambrientos pollerudos, que no merecen ni orden ni castigo.
Este trabajo de representación de un ritual de paso incompleto –incompleto precisamente desde el momento en que se ve desde el cinco por ciento- resulta así un objeto tan inquietante como debe serlo un buen libro de poesía. La realidad se nos vuelve una elástica entelequia, tan sólida en su calidad de simulacro (la instrucción de tiro en que el blanco debe ser un peruano), como ilusoria en lo que parecía más sólido: el sitio donde se habita (una imagen que se desvanece) o la historia, que debería ser el fundamento de esta supuesta épica (esas últimas guarniciones peruanas, los últimos pasos de Bolognesi...).
Sin pretender ser manifiesto político, testimonio esencial o epifanía estetizante, el libro de Cardani resulta una de las más notorias y precisas de las muestras de poesía de su generación, precisamente por el conocimiento claro que muestra de la esencia del Oficio y su compleja relación con ese mundo externo del que, se supone, debe dar cuenta. En la valentía, además, que implica la verdadera incitación a lecturas erradas que constituye este libro, Raso se convierte en acierto efectivo en un campo poético que llama a una verdadera crisis del modelo literario bien pensante que ha impuesto un aparato estatal de oscura y venenosa influencia en la escena poética nacional.


miércoles, 2 de septiembre de 2009

EL MIEDO A LA MISTRAL

9/02/2009 06:50:00 a. m.


EL MIEDO A LA MISTRAL


Por Úrsula Starke

Agosto 31/ 2009

http://ursulastarke.blogspot.com/

Ayer leí con el pecho comprimido, en los instantes desocupados que encontraba en mi trabajo, los fragmentos de las cartas que la Gabriela le escribió a Doris y que publicó El Mercurio, como adelanto del libro “Niña errante”.

Más allá de la belleza literaria de las cartas, lo que me conmovía -y conmueve- profundamente, era que estaba siendo testigo de una belleza humana. Ahí estaba la Mistral única y llana, la Mistral sin luces mediáticas que se revelaba a sí misma, como nunca han querido los señorones y señoronas decimonónicos, que se cubrieron sus rostros sonrojados al darse cuenta que su leyenda se les venía abajo.

Es que aparte del contenido evidente y maravilloso de las íntimas cartas, lo impresionante es la reacción beata de muchos intelectuales y críticos chilenos, quienes aún se niegan a aceptar que la Mistral fue una mujer real y apasionada, que tuvo una relación con Doris Dana, tan caótica como intensa, que la llenó de vida y esperanza en los últimos años de su vida. Y que también pudo tener relaciones con otras mujeres -lo más seguro que así haya sido- que figuran en la historia oficial solo como sus "grandes amigas", restándole toda posibilidad erótica a su persona, como si la poeta solo se hubiera rodeado de grandes amigas toda su vida.

Lo que ocurre es que se ha edificado a la Mistral como un emblema patrio de alcance internacional, como a una matrona asexuada, como a la “madre de América” echada en su poltrona con rostro duro, acariciando en su falda a los niños descalzos, pues con este fetiche han lucrado y lo siguen haciendo los religiosos caballeros y señoras del status quo literatoso y de otras índoles de corte capitalistas.

En Chile se le tiene miedo a gozar a la Mistral tal como se presenta, pues es ella misma quien se encarga de destruir las fábulas que se han creado en su nombre.

Entiendo que Pedro Pablo Zegers, el editor del libro, se mantenga al margen del asunto explícito de la sexualidad mistraliana, ya que actúa como conducto objetivo. Sin embargo, si su intención hubiera sido completamente alba, ¿porqué publicar un libro únicamente con las cartas de Mistral-Dana?

En el diario de hoy vienen las infladas “reacciones” post publicación del Artes y Letras. El único sensato es Armando Uribe, quien afirma “Lo importante es que se aclaran dudas de una relación que fue más que una amistad. No hay que escandalizarse”. Y listo. Ni siquiera Jaime Quezada, presidente de la Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral, se atreve a hablar más allá y solo argumenta una “Amistad con A mayúscula”. (Bien, la verdad es que yo no le escribo cartas así a mis amigas). Sonia Montecino se escuda en la protección a la intimidad en un país farandulero como el nuestro. Pero si hubiera querido realmente, el albacea de Mistral, resguardar esta intimidad, no se mantendrían intactas hasta hoy estas cartas. Las hubiera eliminado, como se supone hizo con las propias. Cedomil Goic prefiere no ahondar demasiado en el contenido de las cartas.

Miedo a la Mistral. Un miedo bien chileno, conservador, clasista y machista. Miedo a que la "indiecita" haya sido lesbiana, miedo a decir que fue lesbiana. Miedo a leer sus poemas de amor como textos promovidos por la real pasión por un otro, por una otra, que existió y tuvo nombre. Miedo a sacarla de su nicho maternal, miedo a ver sus pechos como un objeto distinto que grandes fuentes dadoras de leche. Miedo a reconocerla, a amarla.

Es de esperar que las nuevas generaciones no carguen con tanto lastre prejuicioso