jueves, 13 de septiembre de 2012

El fracaso filial en El orden de las familias [por Aldo Astete Cuadra]

9/13/2012 05:01:00 p. m.

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El fracaso filial en  “El orden de las familias”
Un cuento de Jorge Edwards.
Aldo Astete Cuadra
Universidad Austral de Chile, Magíster en literatura Hispanoamericana Contemporánea.
Este artículo analiza el cuento El orden de las familias de Jorge Edwards, y su vinculación con el fracaso filial. Su intento es identificar actitudes vinculadas a la lealtad y parentalización en las situaciones vividas por los protagonistas. Por lo tanto, lo central de este estudio será reconocer las implicancias psicológicas expuestas en el relato, mediante el comportamiento de los hermanos y el resto de su familia. En este artículo además, se destacan los aportes realizados por los autores Boszormenyi-Nagy e Iván y G. Spark y Roberto Chacana a la psicología sistémica los primeros y a la relación de ésta con la literatura del segundo; aportes que sustentarán teóricamente este estudio.
Palabras clave: Lealtad,  parentalización, familia, fracaso filial, incesto.

0.- INTRODUCCIÓN
A partir de la psicología sistémica, aplicada a la familia y sus problemáticas podemos escudriñar textos literarios en busca de elementos comunes y afines a los que este campo de estudio analiza.
En el contexto de la psicología, el concepto de “Enfoque sistémico” alude a una serie de modelos o escuelas de terapia familiar surgidas a partir de los estudios precursores de investigadores del funcionamiento familiar, quienes, en desacuerdo con el énfasis que el modelo psicoanalítico atribuía a los aspectos intrapsíquicos del individuo, diseñaron nuevos modelos psicológicos capaces de esclarecer las variables interaccionales que podrían hacer posible que, en determinado momento, un individuo desarrollase un trastorno psíquico. (Chacana, 2004: 214)

En literatura es posible observar en ciertas narrativas aspectos relacionados con los problemas de los hijos al interior de su núcleo familiar. Quizás los más conocidos estén en la obra de Franz Kafka, problemas que atormentan a los personajes de novelas y cuentos convirtiendo a la literatura en un campo de estudio propicio para la psicología sistémica familiar, intentando explicar mediante sus postulados comportamientos de los personajes en torno a sus relaciones familiares y no como lo hace el psicoanálisis, centrado en su interioridad o subconsciente.
El orden de las familias es un relato que se presta para este análisis, al encontrar en él una serie de factores relacionados como: una familia que se disgrega, un protagonista que lucha por la lealtad de su hermana hasta el punto de intentar evitar que esta contraiga matrimonio; una madre que, al contrario, alienta las nupcias viendo en éstas la posibilidad de salvar a la familia, y una hija-hermana que se sacrifica para intentar la redención familiar. En este relato la parentalización y las lealtades van emergiendo para conseguir objetivos egoístas y tendientes al beneficio propio mediante el sacrificio de uno de los integrantes, en este caso Cristina.
Los dos principales conceptos que utilizaremos para este análisis literario de la obra El orden de las familias de Jorge Edwards corresponden a la lealtad y parentalización, que nos ayudarán a comprender en parte el comportamiento de los personajes. Estos conceptos actuarán como determinantes en las acciones y decisiones de los protagonistas a lo largo del relato. “La lealtad hace referencia a lo que Buber denominó El orden del universo humano. Su marco de referencia es la confianza, el mérito, el compromiso y la acción, más que las funciones psicológicas del sentir y el conocer” (Boszormenyi-Nagy, Iván y G. Spark, 1983: 54)
En El orden de las familias la lealtad del protagonista hacia su hermana llega a límites insospechados y rayanos con lo incestuoso. Observamos nítidamente como la autodestrucción se hace patente en el discurso conmemorativo o revisionista del hermano. Según los autores citados “las relaciones incestuosas tienen una motivación destructiva, devoradora, más que heterosexual de modo auténtico” (Boszormenyi-Nagy, et al, 1983: 184).
La lealtad del protagonista será incondicional todo el tiempo, sin embargo, la de su hermana sufrirá una serie de complicaciones y confusiones debido a que será parentalizada por su madre, con la clara intención de que ésta se case y desahogue la situación económica en que se encuentra sumida la familia por culpa de un padre incapaz de aprovechar los contactos y posibilidades que tuvo mientras fue joven. Ahora, enfermo y viejo, su situación es delicada tanto en lo económico como en la salud…
La parentalización implica la distorsión subjetiva de una relación, como si en ella la propia pareja o incluso los hijos, cumplieran el papel de padre. Dicha distorsión puede efectuarse en la fantasía, como expresión de deseos, o, de modo más notorio, mediante una conducta de dependencia. (Boszormenyi-Nagy, et al, 1983:182)

De acuerdo a Boszormenyi-Nagy, lo que es obvio es que los padres parentalizan, sin embargo, para hablar de parentalización es necesario que se produzca una distorsión o manipulación del progenitor con tal de conseguir algún objetivo personal o familiar.
La insistencia materna por comprometer en matrimonio a la hija se convertirá en el conflicto central de este relato. Cristina se verá obligada a dejar de lado los planes de llevar una vida junto a su hermano, a cambio de una vía insospechada para ella hasta ese momento; el matrimonio con José Raimundo y el consiguiente sacrificio que esto conlleva.
Sin embargo, ambos hermanos lucharán por mantener sus lealtades intactas y en esta porfía el protagonista es quien más se esforzará, dejando en evidencia el estar sometido a una parentalización indirecta, que no tiene que ver con los padres, sino que con Cristina. Como es mencionado en Lealtades invisibles[1] “Si un adulto parentaliza a otro, por lo común la distorsión se da mediante una regresión fantaseada y a menudo inconciente del sí-mismo hacia una condición infantil […] Una imaginaria dependencia infantil respecto de la persona del otro puede gratificar las propias necesidades de seguridad” (Boszormenyi-Nagy, et al, 1983:183).
El protagonista recurre una y otra vez a sus recuerdos, que se remontan a cinco años en la adolescencia, recreando imágenes placenteras que saturan y dan sentido a su vida, a sus esperanzas.
Los vaivenes de la micro me ayudaron a olvidar la exasperación, que fue reemplazada por una sensación de vacío, de aridez irremediable. Pensaba, al desvestirme, en nuestro paseo en balsa, en tus chillidos de susto. Abracé la almohada para protegerte. No eras la misma con la que había conversado antes de comer […] La convicción de que te habías ausentado, probablemente para siempre, engendraba ese vacío, esa comezón que trataba, con palabras secretas junto a la cabecera, de apaciguar, de engañar. (192)
Sin embargo, es Cristina quien se verá más complicada con esta situación de lealtad y deslealtad, pues sus decisiones se enfrentarán a valoraciones en torno a su lealtad y a sus sentimientos. Cristina se encuentra ante una triada de decisiones en que la presión personal, fraternal y filial le lleva a actuar de manera ambigua en gran parte de la obra, hasta que, finalmente, su decisión cambiará para siempre el destino de la familia y sus integrantes.
“El miembro leal [en este caso Cristina] lucha por alinear su propio interés con el del grupo. No sólo participa en la consecución de los fines de su grupo y comparte su punto de vista, sino que también adherirá a su código ético de conducta, o al menos lo considerará con sumo cuidado”. (Boszormenyi-Nagy, et al, 1983:59). Esto es lo que sucede a Cristina, pero irá en desmedro de su hermano, ya que éste actuará movido por intenciones egoístas que sólo contemplan su bienestar y no el del grupo.
 Los protagonistas se darán cuenta que intentar cambiar el orden establecido de las familias, es imposible, pese a los anhelos y sueños que puedan albergar en su etapa temprana, en el inicio de la madurez; teniendo que asumir las consecuencias de sus actos y omisiones, lealtades y ambiciones.

1.- COMPOSICIÓN FAMILIAR, LEALTAD Y PARENTALIZACIÓN
El cuento se desarrolla al interior de una familia de clase acomodada que se encuentra venida a menos por los malos negocios realizados por el padre, quien además padece una enfermedad degenerativa mental, que bien podría ser esclerosis o Alzheimer.
Quien narra la historia es el propio protagonista, que en todo momento se refiere a un interlocutor ausente, su hermana. A ella está dirigida la historia, su historia, la que lo tiene en un deplorable estado al sentir la traición y el incumplimiento de las promesas hechas por ambos en la adolescencia, cinco años antes.
Decías que te gustaría vivir en una provincia tranquila; hacer tus clases allá […] Vivir, por ejemplo, en uno de los valles del norte. Hacer las clases y habitar una casa con gallinas, con hortalizas, con perros “¿Y yo? ¿Cómo vamos a estar juntos entonces?” “Tú te vas conmigo” (184)
De este modo nos vamos enterando de la compleja situación familiar, mediante un flashback de unas vacaciones en el campo de Verónica, amiga de la familia, donde asisten los dos hermanos ante la imposibilidad de realizar el viaje en familia, por lo complicado de la situación económica y la enfermedad del padre. No obstante, este viaje  parece ser calculado y planeado por la madre, quien ya presume lo delicado de su situación familiar, pero centrará todas sus apuestas en un matrimonio conveniente para Cristina y que de paso sea beneficioso para todos.
Este viaje al campo marcará una ruptura en la relación familiar, produciéndose una pugna descarnada entre la madre y el protagonista. Las intenciones nupciales sugeridas por la madre detonarán el conflicto entre los hermanos.  Esto se justifica plenamente, pues de acuerdo a la psicología sistémica “Un progenitor proclive al martirio y el autosacrificio (con mayor frecuencia, la madre) posiblemente resulte ser la fuerza de mayor cohesión y la influencia que más control ejerce dentro de la familia” (Boszormenyi-Nagy, et al, 1983:188) y la cohesión, en este caso, no contempla una lealtad de la madre hacia su hijo, sino que una decisión arbitraria y fría que desde la perspectiva del protagonista, es netamente comercial y por conveniencia.
Después supimos que mi madre lo había arreglado todo. Mi madre tenía bastante confianza en la familia de Verónica, desde sus buenos tiempos; además, era experta en arreglar asuntos de esta clase. En esos días mi padre no se sentía nada de bien; estaba pálido, desencajado y se le olvidaban las cosas […] Y tú me dijiste, a parte, en un tono desacostumbradamente serio, que no había que insistir en lo del veraneo en Viña. Asentí con la cabeza y te miré a los ojos, en silencio, mostrando que comprendía que la situación era grave. (174)
Hasta este momento, lo que podemos observar es una completa lealtad y comprensión entre ambos hermanos. Se conocen bien, poseen un lenguaje común, lleno de detalles, que sólo ellos conocen y que les permiten complicidad y aceptación, haciendo de esta lealtad un terreno fértil para crear realidades paralelas futuras en las que decidirán soberanamente sobre el curso de sus vidas. De esta situación anómala entre hermanos se infiere la falta de seguridad que éstos sienten hacia sus padres y en especial hacia su padre, más aún en el último período en que actúa errático producto de su enfermedad, llevándolos a una mutua dependencia que, de acuerdo a lo planteado por Boszormenyi-Nagy,  “puede impedir que sean dañados por la conducta infantil de padres inmaduros. En esas familias, el desarrollo de la confianza básica se afirma en funciones de parentalización recíproca entre los hermanos, más que en el desempeño de los padres” (et al, 1983:187)
 Esta cercanía entre hermanos llega a tal punto que es vislumbrada por Verónica, la anfitriona en el campo: “¿Por qué no pololeas con él?, dijo Verónica; “¡Qué importa! Le pedimos permiso al Papa… Se tendió en la cama, riéndose” (176). Esta insinuación, no está tan alejada de lo que ambos hermanos pretendían hacer con sus vidas. Si bien el detalle del pololeo era un pensamiento más bien dicho a la ligera, en el fondo ambos hermanos pretendían saltarse las convenciones sociales en torno a la supuesta felicidad matrimonial, “felicidad” que ambos ya conocían, teniendo como ejemplo a sus padres. Ellos podrían ser felices apelando a la hermandad y a la renuncia de lo establecido.
Esta situación es similar a la vivida por la pareja de hermanos en Casa Tomada, de Julio Cortázar, hermanos que viven tranquilos, en su propio mundo, bajo sus normas, desafiando con su convivencia el tipo de familia establecido, en que lo único que importa realmente, es que cada quien tenga su espacio para hacer lo que le venga en gana, pero que en definitiva, se traduce en pasar tiempo juntos.
Recluidos al interior de la casa, en donde parecen encontrar la satisfacción de todas sus necesidades, los hermanos viven sumidos en una relación de índole endogámica dejando escapar las posibilidades de formar pareja: ella ha rechazado sin mayor motivo a dos pretendientes, y a él se le murió una novia. Sin embargo, no parece que estén preocupados al respecto, sino todo lo contrario: disfrutan de su vida al interior de la casa familiar, la cual guarda los recuerdos de las generaciones anteriores. (Chacana, 2004: 214)


Los anhelos por este tipo de relación endogámica son exacerbados por el protagonista de El orden de las familias, ya que es él quien más ansía que lo acordado en aquellas ensoñaciones adolescentes se transforme en un futuro real, en una vida de lealtad y afecto fraterno que desplace la estructura familiar común. Sin embargo, esta convicción comenzará a debilitarse en Cristina, cediendo ante los requerimientos de la madre y José Raimundo, mientras tanto su hermano se sumerge en una especie de hibernación temporoespacial, rememorando la época en que aún eran felices juntos.
La psicología sistémica se refiere al individuo parentalizado como un “ser ávido por conseguir aceptación, atención, amor y reconocimiento, en vez de un ser que realiza su capacidad para plantearse metas más maduras e independientes en la vida” (Boszormenyi-Nagy, et al, 1983:55). Tan crítica es la situación del protagonista, que se apoderará de él una imposibilidad de crecimiento y madurez, relegando su existencia a observar la vida de su hermana desde la distancia, con recelo y esperanzas de retomar lo planeado entre ellos, y que lo salve de la abulia y el fracaso.
Decías que te cargaban los hombres, que jamás te casarías, que todas las insinuaciones y los desvelos de mi madre te producían un efecto exactamente contrario al que ella buscaba […] Declaré que tampoco deseaba casarme. Quizás podríamos vivir juntos; aunque no ganáramos gran cosa, se juntarían dos sueldos […] Algo fundamental sería la independencia; un pacto riguroso; nadie trataría de imponer reglamentos, fijar horas de llegada, rituales de cualquier especie. Las preguntas se prohibirían. Íbamos a contradecir el orden que procuraba establecer, por lo demás sin éxito, en medio de lamentaciones estériles, mi madre. Llevaríamos la negación de ese orden, hasta las últimas consecuencias. “¿No te parece?” ¿No estabas completamente segura? Decías que sí, que por supuesto. “¡Formidable!”, gritaba yo, levantando los brazos exaltado. (181)

El suceso que modificará las lealtades entre los hermanos y que la reorientará hacia la madre (en el caso de Cristina), es la aparición de un personaje antagonista como José Raimundo en la casa de campo. La narración, en las primeras líneas, se refiere a cómo la madre coordina todo para que este encuentro se produzca. En una “jugada”, la madre había iniciado el proceso de parentalización en su hija, proceso que no tenía más objetivo que conseguir que Cristina terminara casándose con José Raimundo. Pareciera ser que la intención maternal es que la hija se sacrifique por la familia, sacándolos de la situación compleja en que se encuentran.
José Raimundo aparece en escena sin causar demasiada impresión en Cristina. No tiene muchos atributos que le sean atractivos, a excepción del dinero y su buena educación. Sólo este hecho bastará para que el mundo de lealtades entre hermanos comience a desestabilizarse y a peligrar: Para ti, como para todas las mujeres que conozco, lo que cuenta de verdad es el dinero, el éxito mundano, por cualquier camino que venga.” (195)
Será el protagonista quien dé una dura pelea con tal de que sus sueños familiares alternativos no decaigan y puedan ser llevados a cabo. Pero está muy lejos de conseguirlo,  sus lealtades se perderán irremediablemente a causa del comportamiento dubitativo de su hermana. Él intuirá que los planes de la madre no lo contemplan y que de alguna manera lo excluyen, transformándose en un obstáculo para el aparente sacrificio liberador de su hermana.
La madre está tan segura  de lo que quiere y de que puede obtenerlo que tendrá que posponer al hermano menor en todo sentido, social, económico, familiar y afectivo, con tal de que Cristina se convenza y se convierta en esposa de José Raimundo. La parentalización comienza a dar sus frutos, la alegría de la madre va en aumento en contraposición con los sentimientos del protagonista, pues cada vez se siente más desplazado, traicionado y siente que su vida comienza a perder sentido y esto lo lleva a dudar a tener miedo de lo que se vendrá una vez confirme sus temores, que no son más que la pérdida de su hermana. “Desde el punto de vista psicológico, “vivimos” de relaciones y estamos tan seguros como lo permitan nuestras relaciones con otras personas. La pérdida de una relación significativa implica siempre la desconfirmación óntica de la propia persona”. (Boszormenyi-Nagy, et al,1983:185)
Él intentará enfrentarse al orden de las familias realizando distintas estrategias con tal de que sus sueños no decaigan. Tramará junto a Verónica un plan para evitar que continúen saliendo Cristina y su enamorado, hablará derechamente con su madre e intentará convencer a Cristina de que continúen con lo planeado, que no hay mejor porvenir que ese, en el que ambos sean felices, ya que en un desenlace distinto, él está seguro de su desdicha, tal como lo explica Boszormenyi-Nagy:  La mayor satisfacción del hombre tiene lugar al forjar una relación, y su mayor dolor está vinculado a su falta de relación o a la amenaza de perder una relación importante (et al,1983:184). Esta relación está materializada en Cristina, su obsesión es su hermana, no necesita nada más para ser feliz y la posibilidad de perderla hace que se desespere y busque alianzas donde no las hay.
No se te ocurrirá casarte con José Raimundo, supongo… “Te enderezaste  de golpe, indignada. “Digo, no más; como le ves tanto, ahora, y mi mamá lo cultiva en esa forma…” “¡Se te ocurre! Además, le dije a mi mamá, si quieres saberlo, que no le hiciera tantas zalamerías. Llega a dar vergüenza ajena” “Dile que no tienes la menor intención de casarte, con él ni con nadie. Que no se haga ilusiones” “Le dije” “¿Y qué te respondió?” “Nada, las mismas cosas de siempre”[…] “¿Por qué no lo dejas esperando? ¡Qué te importa!” “No puedo, ya me comprometí” “Yo que tú lo dejaba plantado, sería la mejor manera de librarse de él”. “No puedo”,  repetías e iniciaste la bajada con pasos enérgicos, sin prestar más oído a mis argumentaciones. (185)
En un momento Cristina, presionada por su hermano a hablar de sus sentimientos, se mostrará dubitativa ante lo que siente por su enamorado, otorgándole ilusiones a su hermano, dándole nuevos bríos para recuperarla. También percibirá que está siendo utilizada y que es víctima de de lo que aquí hemos denominado parentalización por parte de su madre. Negará a su hermano toda posibilidad de traición a sus convicciones, negará el amor y el matrimonio e intentará seguir pensando en un porvenir juntos, pero este intento será en vano, ya que la lealtad hacia la madre y hacia su función sacrificial será más fuerte, terminando por ceder y hacer lo que manda el orden establecido de las familias, aunque este sacrificio termine por separar a todos los miembros, frente al evidente fracaso de las filiaciones y el abandono en que queda la madre una vez se consuma el matrimonio de Cristina.
 “José Raimundo me pasa a buscar a las seis y media para ir al concierto” dijiste; “pero no tengo nada de ganas de ir”. “¡No vayas pues!” “No tengo nada de ganas de ir”, repetiste, reflexiva, con la vista fija en un cielo azul desteñido, estacionario [...]
“¡Estás loco!”, dijiste; “¿de dónde se te ha metido esa idea en la cabeza?” “Estoy seguro. Sobre todo ahora que murió mi padre” […] “Mi madre terminará saliendo con la suya. Y más que nunca ahora, que hemos quedado sin un peso”. (184 y 190)

El protagonista se da cuenta de la situación que está viviendo o que vivió durante el proceso en que la parentalización maternal ejerció su dominio y Cristina se encuentra en medio, teniendo que compensar con su lealtad a madre y hermano.
La madre claramente hace lo que puede por dar una buena impresión a José Raimundo y, para lograrlo, vende la ropa que dejara el difunto esposo, obteniendo lo suficiente como para comprarle vestidos a Cristina e invitar al pretendiente a suculentas cenas. Tan seguro está el protagonista de la manipulación materna, que lo expresa con observaciones irónicas y claras, aunque sin perder el respeto por su madre. Se trata de una pugna de fuerzas por conseguir la lealtad de Cristina. Para el protagonista también existe un interés egoísta a pesar de las declaraciones culposas hacia la madre “el capital de mi madre eres tú” no obstante, soslaya que para él también ella es importante como objeto de deseo, que sin ella no podrá ser feliz en ningún momento y lugar, que todo depende de su lealtad. En definitiva, esta pugna parentalizadora y de lealtades obedece a necesidades distintas para concepciones familiares opuestas. “Al terminar ese invierno empezaste a salir más seguido con él. Mi madre sonreía, complacida; Verónica te hacía bromas, y tú no las rechazabas con la convicción de antes. Nuestra comunicación habitual se había interrumpido” (191).
Cristina poco a poco se dejará seducir e irá inclinando su lealtad hacia la madre. El hermano, en cambio, quedará relegado y sin más opción que  observar la evolución de los acontecimientos, sintiendo cómo su felicidad le rehúye.  Él siente que su hermana le oculta la verdad, la increpa a admitir su deslealtad, no logra cambiar su centro. Pensar en la posibilidad de enamorarse de una mujer distinta, fuera de su familia no le resulta, pues es su hermana a quien quiere, es ella la que puede darle todo cuanto necesita y ansía poseer.
Esta conducta es explicada por Boszormenyi-Nagy, (et al,1983) de acuerdo a dos objetivos, uno cuantitativo y otro cualitativo:
“En el aspecto cuantitativo, uno puede comprometerse en exceso a raíz de haber “invertido” menos en otras relaciones, en un momento determinado. En lo cualitativo, uno también puede comprometerse en exceso por carecer de la capacidad o la libertad necesaria para modificar los compromisos, o incluso para convertirse en una persona independiente. La gente con una identidad amorfa tiende a verse atada de manera permanente a relaciones simbióticas e inalterables […]” (195)

Finalmente, la parentalización y, por ende, la lealtad filial hacia la madre se inclinarán hacia esta en detrimento del protagonista. Cristina terminará comprometiéndose con José Raimundo a espaldas de su hermano. Éste sentirá el golpe de la traición aunque jamás dejará a su hermana, se sumirá en un estado depresivo que lo llevará a desentenderse de todo, produciéndose para el protagonista el fracaso filial, principalmente por no ser capaz de contribuir a la felicidad familiar como a la propia, quedando ésta relegada a las sombras de su cuarto y a los recuerdos.
Lo del anillo vino poco después, en una escena impregnada de beatitud hogareña: el ingreso al orden de las familias por la puerta ancha […] Todo debía de haberse conversado a espaldas mías, porque pronto llegó Verónica, enteramente sobre aviso, y hubo una comida muy buena […]
Mi madre había conseguido lo que se proponía, después de un año de espera paciente, astuta, y la euforia no tenía cabida en ella; sólo una satisfacción serena, profunda en apariencia, pero posiblemente asaltada desde entonces quizás por qué fantasma. (192 y 193)
Su vida se transforma en una añoranza permanente de lo vivido. El protagonista no renuncia a su pasado trayéndolo una y otra vez junto a él. Es la ilusión de volver a conseguir algo que no sucedió, que quedó trunco para siempre lo que da fuerzas a su ánimo y mantiene las esperanzas de que algún día lo planeado por ambos se concrete. Sin embargo, esta esperanza lo va destruyendo, pues al llegar la noche espera pacientemente en la oscuridad de su habitación el arribo de su hermana; mientras tanto él se consuela con materializarla en la almohada.
Pienso después en la balsa, en el agua tranquila y engañosa, en tus chillidos. Avanzas en la oscuridad, en el traje de baño de entonces. Tus muslos duros, blancos, en contraste con la tela negra y elástica. La verdad, no voy a salir; prefiero hundirme en la cama y esperar que llegues. Pero no llegas nunca. Te demoras interminablemente en llegar […] En vez de dormir, permanecí con los ojos abiertos en la oscuridad, esperándote. Igual que ahora. A sabiendas que no ibas a llegar, de que la oscuridad permanecería idéntica, deshabitada, sin engendrar milagros. (197)

2.- CONCLUSIÓN
En el relato de Edwards queda en evidencia lo que aquí hemos llamado Fracaso filial, que en definitiva no es más que la imposibilidad de los hijos por emanciparse del todo de sus padres y sus influencias.
En El orden de las familias los sacrificios hechos por Cristina, a causa de la parentalización, no condujeron a una mejora en la situación familiar como lo esperaba la madre. Al casarse Cristina con José Raimundo perdieron todos los integrantes de la familia originaria, pues nadie obtuvo lo esperado, pese a que la parentalización dio los resultados previamente esperados por la madre en relación al matrimonio de Cristina con José Raimundo y que la lealtad finalmente se inclinó hacia la progenitora.
La madre, incapaz de vivir la realidad que le ha tocado junto a su marido ya difunto, se refugia en el alcohol, su hija no la visita y la rehúye aparentando un inmenso rechazo. La madre se encuentra sola, aunque acompañada en cierta forma por el protagonista, que dicho sea de paso es el que más pierde o fracasa en este relato. Él termina viviendo en la casa familiar con su madre, con un trabajo burocrático que no le satisface y una madre ebria la mayor parte del tiempo.
La hermana es descrita en su posición de esposa como pasiva e indolente debido a la tranquilidad de ejecutar un papel en el que no debe realizar mayor esfuerzo, pero por la descripción del protagonista, ella tampoco es feliz, sólo está resignada a llevar la vida que le ha tocado. “Aceptas que José Raimundo es un buen marido, y aceptas que tu vida está bien, que más no puede pedirse […] Y noto, por enésima vez, que a mí no me respetas, que sólo tienes por mí una tolerancia hermanable, vagamente nostálgica.”  (194)
La psicología sistémica, en este punto, nos permite entender las relaciones de lealtad y parentalización que se dan al interior de una familia, ya sea ésta real o ficcionada, pero al ser el cuento un relato que busca verosimilitud y una representatividad de la realidad nos permite entender el funcionamiento al interior del grupo y cuáles serán sus reacciones y acciones ante el desarrollo de los acontecimientos.
El fracaso filial se ve representado en todo su esplendor por el protagonista que es incapaz de salir del alero de la madre, pues ha perdido lo que le motivaba para buscar la independencia. Ya no puede formar una vida junto a Cristina. Ese proyecto ideado y visualizado no se pudo concretar. Todos sus sueños han quedado sepultados en el matrimonio de Cristina y las posibilidades de ser feliz no están más que en sus recuerdos y fantasías. Ha perdido tanto, que hasta se le hace imposible retornar a la realidad y desarrollarse social y afectivamente. Vive en el recuerdo.
Pareciera ser que lo que el protagonista desarrolla es una fantasía incestuosa, sin embargo, se trata de otro tipo de parentalización que se da entre estos dos hermanos. Es él parentalizado por su hermana, el que sucumbe en este relato y quien terminará haciendo el mayor sacrificio por la familia; terminará guardando silencio, ocultando sus sentimientos. Es Cristina quien representa para el protagonista lo filial, lo que necesita; seguridad, conducción y lealtad. “Pese a que la conoces tan bien como yo, prefiero no repetirte estas cosas. Para qué. A veces pienso que reaccionas con una rabia sorda, como si no midieras  de quién viene la ofensa. Sueles revelar, de pronto, una suerte de porfiada dignidad, un sentido matriarcal intocable y extraño”. (Pág. 177)
No se puede ser enfático en relación a la presunta deslealtad de Cristina, pues queda la sensación de que siguió el camino más obvio, el orden establecido para la conformación de una familia, renunció a sus sueños, pues tal vez, se dio cuenta de que ir en contra de lo establecido no los llevaría a ningún lado. Actuó creyendo hacer lo mejor para todos. En cierto modo esa es también la intención de la madre con los planes de matrimonio, pero no resultó, el fracaso terminó manchando a todos los integrantes. En definitiva,  El orden de las familias, ha sido un fracaso filial completo.


BIBLIOGRAFÍA

BOSZORMENYI-NAGY, Iván y G. Spark (1983). Lealtades invisibles. Buenos Aires: Amorrortu.
CHACANA ARANCIBIA, Roberto (2005)Emancipación de la familia de origen: Lealtad, traición y sacrificio filial en Franz Kafka y Julio Cortázar. Madrid: Tesis doctoral
EDWARDS, Jorge (1969). Temas y variaciones; antología de relatos. Santiago: Universitaria.


[1] Boszormenyi-Nagy, Iván y G. Spark (1983). Lealtades invisibles. Buenos Aires: Amorrortu.

martes, 21 de agosto de 2012

José Donoso – Irracionalista prodigioso [por Magda Lago Russo]

8/21/2012 03:04:00 p. m.
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José Donoso – “Irracionalista prodigioso”

                                                                     Magda Lago Russo.

Nació en Santiago, el 25 de septiembre de 1925. Al contrario de la experiencia de muchos literatos, su vocación recibió tempranamente el estímulo paterno, al que luego se sumó el de su profesora de literatura inglesa, Mrs. Ethel M. Balfour. Realiza sus primeros estudios sistemáticos en "The Grange School", donde adquirió un dominio del idioma inglés que le permitió conocer de primera fuente a muchos de sus autores preferidos.
En 1947 inicia sus estudios de inglés en el Pedagógico de la Universidad de Chile. Dos años más tarde viaja, becado, a Estados Unidos para realizar estudios de literatura inglesa, en la Universidad de Princeton, allí escribió y publicó sus primeros cuentos en inglés. Posteriormente viaja por algunos países centroamericanos y México. De regreso al país, ejerce una cátedra en el Instituto Pedagógico de la Universidad Católica, pero pronto emprende un nuevo viaje, esta vez a Europa, en donde reside algunos años en España. En 1954 aparece su primer cuento escrito en castellano, "China".
En 1955 se publica "Coronación". A partir de esta fecha se publican diferentes obras suyas. Desempeña por algunos años la función de redactor y crítico literario en la revista "Ercilla". Ha traducido del inglés varias obras de destacados escritores norteamericanos. Una narrativa en ascenso contempla las siguientes obras: -"Este domingo". -"Lugar sin limite". -"El obsceno pájaro de la noche". -"Tres novelitas burguesas". -"Casa de campo". -"La misteriosa muerte de la marquesita de Loria". -"El jardín de al lado". Varias de éstas han sido traducidas a diversos idiomas.
En 1990 se le otorga el Premio Nacional de Literatura; premio que se suma a las numerosas distinciones de que fue objeto, como: el Premio de la Crítica en España, el Premio Mondello en Italia y el Premio Roger Caillois en Francia. En 1995 fue condecorado con la Gan Cruz del Mérito Civil, otorgada por el Consejo de Ministros de España. Tras su regreso a Chile en 1981, dirigió por varios años un taller literario que jugó un rol fundamental en la gestación de la "nueva narrativa chilena". José Donoso murió en Santiago de Chile, en diciembre de 1996.

"China" (Frag.)

“Por un lado el muro gris de la Universidad. Enfrente, la agitación maloliente de las cocinerías alterna con la tranquilidad de las tiendas de libros de segunda mano y con el bullicio de los establecimientos donde hombres sudorosos horman y planchan, entre estallidos de vapor. Más allá, hacia el fin de la primera cuadra, las casas retroceden y la acera se ensancha. Al caer la noche, es la parte más agitada de la calle. Todo un mundo se arremolina en torno a los puestos de fruta. Las naranjas de tez áspera y las verdes manzanas, pulidas y duras como el esmalte, cambian de color bajo los letreros de neón, rojos y azules. Abismos de oscuridad o de luz caen entre los rostros que se aglomeran alrededor del charlatán vociferante, engalanado con una serpiente viva.”

“Coronación” (Comentario)

¿Qué encierra Coronación? La historia de una vieja, muy vieja señora, medio moribunda, la de su nieto, un abúlico, mezclada a la de varias sirvientes, viejas como ella, aunque no tanto, o jóvenes. Nada más.
Como si quisiera, justamente desafiar el concepto de "novelesco" unido al de acciones extraordinarias y personajes poco verosímiles, José Donoso plantea su relato de la manera siguiente:
"Rosario mantuvo la puerta de par en par, mientras el muchacho apoyaba la bicicleta en los peldaños que subían desde el jardín hasta la cocina, y lo dejó entrar con el canasto repleto de tarros, paquetes de tallarines, verduras y botellas".
Parece verdaderamente difícil que el drama penetre en una mansión junto con esos modestísimos objetos de necesidad culinaria, por la puerta de servicio, un día entre los días, sin la menor solemnidad.
José Donoso ha recibido y posee ese don, escaso entre los escasos, pues, sin proponérselo aparentemente, sin dar la cara ni descubrir intenciones, sabe realzar de modo imperceptible los más ordinarios menesteres e infundir su alma a las cosas materiales.
Su novela comienza por la cocina y con la cocinera.  La verdad es que empieza así, porque así debía empezar. Y no hay más razones. La mujer, la señora de sociedad, la madre de un hogar opulento, fecundo, o no, constituye entre nosotros algo como un fetiche y ha sido un acierto de José Donoso el colocarla al centro de su obra, imagen representativa y eje superior en torno al cual gira el resto
Frente a frente de la señora, un poco más abajo, figura Andrés, su nieto.
Si la abuela encarna la decrepitud de una clase anquilosada, el nieto significa su decadencia por el ocio, por la falta de necesidad de trabajar, por la frivolidad dentro de la cultura y aun del refinamiento, que todo eso se junta en Andrés, pero sin nervio, sin ilusiones, sin vocación ni fe. Le teme a la muerte, porque ama desesperadamente la vida. Puro esqueleto, puro cementerio y muertos o ánimas en pena serían los personajes de Coronación si no existieran dos sirvientes antiguas, la sobrina de una de ellas, una muchacha, el amante de ésta, un muchacho, y el hermano y la mujer del hermano del muchacho.
Ahí está la vida: es el pueblo. También están la tragedia y la muerte. En el fondo de la obra hay una actitud ante los misterios del mundo, el alma, el más allá, la creación, el inexplicable cosmos de dónde venimos y adónde nos encaminamos. Añádase el hallazgo constante, habitual, de expresiones creadas, pintorescas, fáciles y raras, sin rastro de búsqueda, que saltan espontáneamente en el relato. Por ejemplo, el gesto de la criada: "sonriendo hasta que sus ojillos quedaron convertidos en dos puntitos de satisfacción detrás de los lentes, que resbalaban por su exigua nariz".
¿Obra de muerte, montón de ceniza, apología o réquiem de un cadáver? Tal vez.
Donoso prueba con poderoso argumento- que somos irracionales, que la locura nos lleva, que no entendemos de palabras y en vez de tomar la resolución de morir nos parece que vale la pena haber nacido y existir.

Las obras de Donoso comprenden en cuanto a  su publicación varias etapas, así como su narrativa: una primera etapa, "chilena" de 1955, año de la publicación de Veraneo, a 1964, cuando sale de Chile y se instala, primero, en México y luego, en Europa—. Una segunda etapa, cosmopolita, europea —que incluye tanto las Tres novelitas burguesas, como Casa de campo y La misteriosa desaparición de la marquesita de Lori. Y una tercera etapa "chilena”, tras su vuelta al país en 1980 y cuyos textos centrales son las novelas La desesperanzaDonde van a morir los elefantes y las memorias Conjeturas sobre la memoria de mi tribu. Entre estas etapas hay obras importantísimas, que juegan un papel de bisagra, de preparación y de consagración. Entre la primera y la segunda están El lugar sin límites y El obsceno pájaro de la noche. Entre la segunda y la tercera, El jardín de al lado  Coronación en la primera etapa; El obsceno pájaro de la noche en la primera ínter-etapa; Casa de campo en la segunda etapa; El jardín de al lado en la segunda ínter-etapa, y La desesperanza y Donde van a morir los elefantes en la tercera etapa.

“El obsceno pájaro de la noche”.  (frag.)

“MISIA RAQUEL RUIZ lloró muchísimo cuando la Madre Benita la llamó por teléfono para contarle que la Brígida había amanecido muerta. Después se consoló un poco y pidió más detalles:
 -La Amalia, esa mujercita tuerta que medio la servía, no se si se acuerda de ella...
 -Cómo no, la Amalia...
 -Bueno, como le digo, la Amalia le hizo su tacita de té bien cargado, como a ella le gustaba de noche, y dice la Amalia que la Brígida se quedó dormida al tiro, tranquilita como siempre. Parece que antes de acostarse había estado zurciendo una camisa de dormir preciosa de raso color crema...”
José Donoso fue uno de los narradores de más fuerte personalidad dentro de las últimas generaciones chilenas. Pocos como él han interiorizado en la psicología decadente de ciertos estratos sociales. La compleja trama de pasiones corrosivas de la persona y de los grupos está diestramente expuesta por José Donoso y sobre todo en "El obsceno pájaro de la noche" bucea en profundidades antropológicas con audacia y precisión y con este material elabora una obra de indudable fuerza y proyecciones universales. Ello justifica que se lo considere dentro del "boom" hispanoamericano como uno de sus valores representativos.


Bibliografía
Proyecto Patrimonio: Enrique Lafourcade
Alone – El Mercurio: 9/1/58.
Etapas de su obra: Mauricio Wacquez.

                                                                 Magda Lago Russo

martes, 14 de agosto de 2012

Historia del diseño gráfico en la editorial chilena. El aporte de Mauricio Amster.

8/14/2012 02:08:00 p. m.
Encuentro chileno de editoriales independientes


COMUNICADO DE PRENSA

Seminario



Historia del diseño gráfico en la editorial chilena. El aporte de Mauricio Amster.


El viernes 17 de agosto a las 19:00 hrs. siguen las actividades gratuitas del Encuentro chileno de editoriales independientes latinoamericanas en Valparaíso bajo la modalidad de seminarios.  

El segundo seminario será dictado por Joaquín Contreras, diseñador de Estudio Navaja, y moderará la mesa el poeta y artista visual Rodrigo Arroyo, durante la ronda de preguntas del público.

Durante la presentación se analizarán importantes temas como:
  • Historia del diseño en Chile.
  • La relación del movimiento o agitación social, y el aporte de Amster.
  • El desarrollo del trabajo tipográfico, de corte artesanal.
  • Los vínculos hoy con respecto al aporte de Amster.
  
Este seminario, y el siguiente a realizar durante el viernes 24 de agosto, se desarrollarán en el centro cultural Balmaceda Arte Joven, sede Valparaíso, ubicado en Santa Isabel nº 739, Cerro Alegre.
 Para más información sobre esta y otras actividades visitar el sitio: http://encuentroeditorialesindependientes.blogspot.com/


martes, 7 de agosto de 2012

COMUNICADO DE PRENSA: Seminario sobre Propiedad Intelectual

8/07/2012 02:24:00 p. m.
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COMUNICADO DE PRENSA

Seminario sobre Propiedad Intelectual dictado por jefe de Departamento de Derechos Intelectuales


El viernes 10 de agosto a las 19:00 hrs. comienzan las actividades gratuitas del Encuentro chileno de editoriales independientes latinoamericanas en Valparaíso bajo la modalidad de seminarios.  

El primer seminario será dictado por Claudio Ossa, Jefe del Departamento de Derechos Intelectuales (DDI) de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), y moderará la socióloga Valentina Osses durante la ronda de preguntas del público.

Durante la presentación se analizarán importantes temas como:
·        Aspectos legales de la industria del libro.
·        ISBN.
·        Propiedad Intelectual.
·        Creative Commons.
·        Derechos de Autor y contratos editoriales.
·        Los derechos, deberes, resguardo y democratización de la obra del escritor.


Este seminario, y los siguientes a realizar durante el viernes 17 y 24 de agosto, se desarrollarán en el centro cultural Balmaceda Arte Joven, sede Valparaíso, ubicado en Santa Isabel nº 739, Cerro Alegre.

Para más información sobre esta y otras actividades visitar el sitio: http://encuentroeditorialesindependientes.blogspot.com/

viernes, 3 de agosto de 2012

Participar de la feria del libro en Copiapó para un escritorsh de provincia

8/03/2012 11:06:00 a. m.
 
 
Participar de la feria del libro en Copiapó para un escritorsh de provincia; es como que te inviten a cocinar, almorzar, ir al baño, dormir en una cama, te regulen los horarios que te levantas y duermes, las salidas y las entradas en tu propia casa…Incluso te traigan invitados pagados con el dinero de quien te tira ácido a los cimientos de tus propios muros.

Siento que pasamos a ser meros monitos del descuento de impuesto de las empresas y la ganancia de los pescadores. No sé, con dudas, un poco de tristeza que generan las personas en que uno confía, tanto escritores como gestores; si bien, nunca he manifestado públicamente sobre el apoyo cultural de las empresas mineras que es mucho lo que entregan, pero poco en relación a lo que se llevan, siento que son escasos los escritores y poetas que se niegan a presentar su trabajo en una feria que financia la minera más cuestionada de los últimos tiempos (bueno también sucede en la Feria de Santiago)…Si hasta los curitas y las monjas rechazaron 800 millones de pesos porque se les iluminó la conciencia.

Siento un poco de vergüenza, ya que uno se entusiasma con “eventos” como esto ya que casi nunca pasa nada en regiones ¡qué abandono!, pero lo peor es que nos comenzamos a abandonar a nosotros mismos con esta falta de claridad, zancadillas por quien tiene el mejor horario en la feria y luego muchos andan manifestando su odio por la minería irresponsable en las calles y nunca se atreverán a leer el poemita contestatario que a la luz de la garrafa siempre será el caballo de batalla, están pensando en el auspicio posible y que nunca llegará... Bueno, bueno, no digo todos y todas los poetas y escritores.

A mi no me molesta que las empresas financien el Arte y la Cultura, eso siempre ha pasado y pasará, pero si que las hagan indirectamente con los recursos que no pagan en impuesto por las famosas leyes de financiamiento; me molesta tanto chanta que manifiesta una cosa y luego corre por los pasillos de la plaza de armas con el pantalón bajo las rodillas manteniendo reuniones privadas con empresarios y políticos con cara de “me estoy haciendo el huevón”, pero alma rosada y no roja como antaño, que no tiene nada de izquierda y solo piensan en “¿cómo voy ahí?

Me parece bien que vengan otros escritores y poetas pagados a la feria, es lo que tienen que hacer si o si, pagar por el trabajo que realizamos. Incluso me imagino, que no saben algunos que lo paga la empresa más cuestionada de los últimos años en Atacama con todo el % de ahorro de impuestos que hacen al año y que son claramente más casas, educación y tantos otros componentes que nos hacen falta como sociedad.

Veo a los poetas del Huasco, de Vallenar y algunos de Copiapó en varias actividades, poetas de una izquierda rara en la feria, veo a poetas como yo en la feria, que más…Estoy repleto de dudas por la importancia que tienen las ferias para las provincias, pero también tengo la duda de estar relacionado con tanta gente doble standard bajo la subvención de la empresa más cuestionada de los últimos tiempos. Creo importante no dar la opinión ahí en el mismo evento, lo importante es no estar en esta feria como expositor, pero insisto que es grande la duda entre participar y no por lo que digo antes, la importancia de las ferias en una ciudad y región como esta y a la vez quien paga la carpa, los autores locales pequeños vichitos que seguimos la ampolleta y con alto costo en tiempo e imagen.

Yo no sé que pensará Alejandro Zambra, el historiador Gabriel Salazar, Chinoy, Rafael Gumuccio, yo creo que no tienen idea de quien auspicia y quizá incluso de lo mismo, no todo los días vienen a dar CÁTEDRA a la provincia.

En Atacama, este tema es importante, son los valores tocados ¿dónde están todos los regionalistas y chovinistas defensores de Atacama? Insisto, tengo grandes dudas de esta feria en forma y sobre todo en su fondo.

Por Víctor Munita Fritis