miércoles, 23 de febrero de 2011

Análisis Pretendidamente Derridiano de En la Noche y con los Ojos Abiertos [Cecilia Castillo]

2/23/2011 09:08:00 p. m.

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Cecilia Castillo

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Análisis Pretendidamente Derridiano de En la

Noche y con los Ojos Abiertos

Abstract

En el cuento, En la Noche y con los Ojos Abiertos, el segundo del libro de Mario Bahamonde De Cuan Lejos Viene el Tiempo, se analiza la presencia del paisaje que podríamos llamar propia o impropiamente "nortino" y que se perfila con una fuerza tal que obliga a considerarlo personaje literario.

Pretendo subvertir el componente central o privilegiado del análisis literario esperable de un cuento. No estoy interesada en el relato, la anécdota, lo contado. Abordaré la lectura en cambio interrogando a las palabras para descubrir lo que muestran y más aun lo que no manifiestan de manera explícita pero que está presente y quiero develar para mi y para ustedes. Este podría ser un análisis deconstruccionista. Pero, prefiero llamarlo derridiano para no olvidar que Derrida me advierte del peligro de convertir este nuevo componente (el que considero en mi análisis) en central o privilegiado en desmedro de los componentes de otros análisis, y que me conlleva entonces a aceptar que tanto mi lectura como las anteriores y las futuras son igualmente posibles y es necesario que existan "en juego libre". Ninguna privilegiada, ninguna marginada.





Lo que me motivó a revisar este cuento, el segundo en De Cuan Lejos Viene el Tiempo, es la presencia del paisaje que podríamos llamar propia o impropiamente "nortino" y que se perfila con una fuerza tal que obliga a considerarlo personaje literario.


Estudiosos de la literatura nortina insisten en mencionar el paisaje como elemento necesario o inevitable en la producción de sus escritores más representativos.


Leo por ejemplo:


A Sergio Gaytán:

"Bahamonde, entonces, se incorpora con un texto de homenaje a la tierra que lo vio nacer y morir: el desierto del norte de Chile"


"Canta a la pampa, al desierto; lo explica, lo describe y enuncia la gesta de los hombres que deberán enfrentar esta hosca geografía".


A Bernardo Guerrero:

"...ha sido Lautaro Núñez, entre otros, quien más ha insistido en el carácter epopéyico de la ocupación en el desierto más árido del mundo. De hecho, la domesticación del desierto -tanto por los primeros hombres y mujeres que lo habitaron hace más de diez mil años, pasando por los aymaras, para llegar a las ocupaciones más tardías- señalan la existencia de una conciencia de hallarse en un medio especial. Basta leer la literatura nortina y, en especial, la obra de Mario Bahamonde, Nicolás Ferraro o Andrés Sabella, para confirmar lo ya dicho. En el lenguaje nortino se habla de la pampa y no de desierto. La pampa es el territorio humanizado."


Acerca de su propia relación con este paisaje dice Hernán Rivera:

"El desierto es fuente de inspiración por antonomasia. Es una zona que nos obliga a encontrarnos con nosotros mismos. A escucharnos. Recuerda que Cristo antes de evangelizar a su pueblo, se internó en el desierto por varios días. Tengo una teoría. Las personas que se deprimen, que no les gusta el desierto, temen a encontrarse consigo mismas. Prefieren la algarabía. Desentenderse de sus sentimientos".


Interrogo entonces al texto, para ver en qué palabras específicas se me revela el paisaje. Encuentro: pampa, tierra, desierto.


La palabra pampa está utilizada en más de un sentido o connotación.


El primero, y que expresan estas oraciones extraídas del cuento, podría entenderse como: oficina salitrera específica y su entorno.


Desde que iniciamos los cateos de esta nueva pampa

Soy jefe en esta pampa y sé que no debo amedrentarme

Tenía en la cabeza el mapa completo de esa pampa

Y ahora vivía en esta nueva pampa como en una cárcel sin rejas


El segundo parece ser la acepción que encontramos en el diccionario del mismo autor y el uso que los nortinos damos a la palabra hoy.

PAMPA. Geo. Zona desértica del norte del país. Se refiere especialmente a la antigua región salitrera (pampa salitrera)

¿Qué me importaba a mí que el marido de esta mujer estuviera botado en la pampa?


Y seguro que algún percance lo tiene botado en la pampa.

Parece que fuera una pampa maldita donde a los hombres les hierve la sangre de repente


Pero, encuentro aun un tercero, que es el que despierta mi interés. Veamos:


Quizá sea la tierra o la fiebre sedienta del sol, pero a los hombres les ocurre algo raro cuando la pampa abrasa mucho tiempo sus rastros aburridos.

Repentinamente la pampa se había apoderado de nosotros para aplastarnos con su dormida actitud agazapada

¿En tal forma la estéril pampa secaba los más elementales sentimientos humanos?


La pampa dormía en un profundo reposo de cansancio.

Una mujer entre doce hombres en medio de esta pampa rabiosa y amarga.



Hay aquí claramente una personificación en la que pampa resulta alguien que abrasa, rabia, seca, duerme, se agazapa, se apodera, y el sentido o connotación de la palabra en este caso se asemeja o iguala con el de la palabra tierra en su uso en este cuento.



La tierra le había mostrado sus durezas rebeldes


Y por un rato las tres caras de los hombres rompieron la oscuridad para mirarse con un duro gesto rencoroso. Cuando la tierra se revuelca rabiosa, conmovida hasta sus raíces por el ronco gemido de la dinamita también debe tener esta cara. Pero la tierra se abre para mostrar las colpas deshechas de caliche y ellos, en cambio, solo mostraban las vetas amargas del odio.

Cuando Sofanor se muera, esa tierra va a pedir que lo tiren lejos: no vaya a ser cosa que le toque soportarlo de nuevo.

Pero la verdad es que esta tierra tuerce el corazón de los hombres

La tierra agazapada carecía de realidad en su profundo silencio.


Tierra que también rabia, se agazapa, se revuelca, soporta, tuerce el corazón de los hombres.


Tierra que no se corresponde con ninguna de las diez acepciones del diccionario:


tierra. (Del lat. terra). 1. f. Planeta que habitamos. ORTOGR. Escr. con may. inicial . La órbita de la Tierra está situada entre la de Venus y la de Marte. 2. f. Parte superficial del planeta Tierra no ocupada por el mar. 3. f. Material desmenuzable de que principalmente se compone el suelo natural. 4. f. Suelo o piso. Cayó a tierra. 5. f. Terreno dedicado a cultivo o propio para ello. 6. f. Nación, región o lugar en que se ha nacido. 7. f. País, región. 8. f. Territorio o distrito constituido por intereses presentes o históricos. 9. f. Conjunto de los pobladores de un territorio. Apaciguar, sujetar la tierra de Granada. 10. f. Electr. Masa conductora de la tierra, o todo conductor unido a ella por una impedancia despreciable.*[1]


Curiosamente, la palabra desierto tiene escasa presencia en el cuento. (Recordemos que estos son "cuentos del desierto")


Aquí aprende uno a endurecer el cuero y a dejarlo insensible como la costra del desierto.



Se valida la afirmación de Bernardo Guerrero: "En el lenguaje nortino se habla de la pampa y no de desierto. La pampa es el territorio humanizado."


En el texto que reviso, pampa y tierra son un mismo personaje. La pampa/tierra es un personaje femenino, comparable tal vez con "la mar" de pescadores y marinos. Este personaje permea y llena un espacio masculino. No se puede prescindir de ella. La pampa/tierra es la madrastra cruel que cobra caro por el alimento que proporciona y al mismo tiempo la hembra forzada que a regañadientes se abre para entregar su fruto:


Cuando la tierra se revuelca rabiosa, conmovida hasta sus raíces por el ronco gemido de la dinamita también debe tener esta cara. Pero la tierra se abre para mostrar las colpas deshechas de caliche y ellos, en cambio, sólo mostraban las vetas amargas del odio.

Hay en el cuento otra presencia femenina que (a)parece ajena al mundo masculino o forzosamente agregada a este : "Y no es que se me ocurra pensar que las mujeres son un estorbo pero la verdad es que preferiría ver a los hombres solos". Esta única mujer presente en el cuento es apenas descrita y adjetivada sin aprecio: tiene "voz hueca", "ojos huecos". "chilla", "este alambre", "viejo esqueleto ambulante". Sin embargo se le atribuyen poderes que los hombres no tienen:


"Nunca he podido entender qué maravilloso instinto tienen las mujeres para adivinar las cosas de los hombres".


Pareciera entonces que Rubi, la mujer del cuento, está allí para reforzar (¿tal vez como el CORO de la tragedia?) la existencia del personaje principal que domina el cuento: la pampa. La mujer es como ella: flaca, seca, hueca, pero también es "la que sabe", la que salva, la que mantiene la vida. ¿Es entonces la pampa una/la mujer? ¿Es la moira o una fata ?


Me quedo con más preguntas, pero con el placer de haber, con mirada propia, desde mi ser y experiencia de mujer nortina, disfrutado de una prosa de riqueza y belleza tal que sólo podía ser obra de un poeta. Poeta que me ha vencido y obligado a rechazar cualquier tentación de realizar un análisis feminista, para permitir que la palabra escrita me hablara desde sí misma.


Sin embargo, me seguirá atrayendo preguntar ¿Qué es la pampa? Qué es para quienes hemos sido y estado con ella, en su geografía y su historia. Qué es para otros, que vinieron hasta ella brevemente y sintieron su embrujo. Como lo expresa un cuentista estadounidense que escribiera en 1929:


"También le gustaba la pampa, aunque no había resultado ser lo que él esperaba. Los libros la definían como vastas praderas cubiertas por la exótica vegetación alta y alargada que se conoce como "pampas grass" en los Estados Unidos. En la pampa salitrera, en cambio, no había ni una brizna de pasto. No había ni un cactus o arbusto para levantar el ánimo, sólo la interminable arena de tonos variados con un delgado horizonte de montañas azules."*[2]

Para mí la pampa podría ser la historia viva, la historia familiar. Mi relación con el paisaje. Es mi abuelo saliendo a los doce años de su pequeño valle donde está protegido, abrigado, flanqueado por dos cerros enormes, y llegando, luego del eterno viaje en "vapor", a la inmensidad grisácea del desierto, donde se siente atrapado e indefenso pero donde también va a obtener el sustento para los suyos.


Son mis abuelos y mis padres convirtiendo ese desierto en pampa - "territorio humanizado"- pero sin cortar jamás el vínculo con los pequeños y empobrecidos espacios del Limarí, tierra madre, mágica e inolvidada. "Quiero ir a Carén", dirá cada uno de ellos antes de morir.


Porque dicen mis amigos que el norte es uno sólo, que qué es eso de "grande" y "chico". En realidad no lo sé. Pero qué bueno poder conversarlo y discutirlo. Qué bueno recorrer con Mario Bahamonde la Ruta Panamericana (Viajar en avión no es viajar, es ir). Ojalá sí, subirse en Arica y llegar hasta Ovalle, o quizá un poco más allá por ambos extremos, total, por esos lados también vive gente de greda...



Presentada en Antofagasta el 19 de abril de 2004 en el “Segundo Encuentro Mario Bahamonde y la Literatura del Norte”, organizado por la Corporación Mario Bahamonde




[1] Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. Vigésimo Segunda Edición.

[2] "He liked the pampa, too, although it was not what he had expected. Books had led him to believe that "pampa" signified vast prairies covered with tall exotic plumy vegetation known by the name of "pampas grass" back home in the United States. The nitrate pampa was guiltless of grass of any sort. There was not so much as a cactus or a bush to gladden the eye- only an endless rolling waste of varicolored sand edged with thin blue mountain silhouettes".