martes, 25 de agosto de 2009

El desorden de los sentidos


JUAN LUIS MARTINEZ
El desorden de los sentidos




Cada cuadradito equivale a 2 km.2

por Jaime Quezada

.....Casas que se derrumban por efecto de un terremoto, como tema de portada, y un perro guardián atado a la última página configuran uno de los más interesantes libros de poesía publicados recientemente en Chile. Juan Luis Martínez (Valparaíso, 1942) se pasó nueve años escribiendo y estructurando esta Nueva Novela que desconcierta por su título y maravilla por su contenido. Trabajo lento y paciente que recoge ahora el fruto de una edición o autoedición que deslumbra por su significancia artesanal y literaria.

... Juan Luis Martínez (le habría gustado haberse llamado Juan de Dios) no surge por azar a la poesía chilena joven de esta hora. Ha preferido el silencio a la publicidad, el quehacer solitario. Radicado en Viña del Mar, llega a ser un erudito -sin dejar de ser un autodidacta- leyendo los cuatro mil y tantos libros de su biblioteca. El tiempo y el espacio pasan por su memoria y por las páginas casi mágicas de su obra única y primera. A sus treinta y cinco años de edad no había editado libro alguno, tan sólo textos poéticos en revistas y antologías.
... La nueva novela rompe toda costumbre y tratamiento usual del lenguaje. Ninguna editorial se atrevió a la audacia de editarla. La encontraban original y novedosa pero sin ir más allá de asesores y escritorios gerenciales. Hasta un país europeo, a traves de su embajada en Santiago, quiso hacer su aporte. Pero Juan Luis Martínez prefirió algo así como el anonimato y se fue a la imprenta de un amigo. El resultado no puede ser más noble y elogioso para un libro armónico de caracteres nada frecuentes en nuestro medio. Una nueva forma de comunicación con el projimo (o tal vez tan antigua que parece hoy recién inventada o creada). La palabra identificada mas con el objeto que con el sujeto: Los pájaros cantan en pajarístico, pero los escuchamos en español. No basta hablar del canto de un pájaro, sino graficar el canto de ese pájaro.

Libro visual y anónimo

....No se trata de una obra narrativa, aunque su título puede llamar a equívoco. Estructurada a manera de una novela -personajes y circunstancias relacionados entre sí- con muchos libros y autores a la vez. Juan Luis Martínez pareciera ser tan sólo un nombre-autor pretexto. El mismo escribe su nombre pero luego lo tacha, lo elimina, lo borra: el sujeto desaparece, el ego no tiene cabida posible. Una obra plural escrita por muchos como en tiempos medievales. Lo perdurable pertenece al anonimato. Importa la consciencia de un oficio poético en la exigencia de un Ezra Pound, de un T. S. Elliot, de un André Breton.

.... Un neosurrealismo sale aquí a flote. La nueva novela debe entenderse como libro poético por donde se la lea y se la mire. Escrita con el apoyo de textos sobre textos y referencias culturales y literarias, se configura un libro-imagen, un libro-objeto, un libro-visual que se lee al reves y al derecho, en un anverso y su reverso, lo que está en la página y fuera de ella. Libro para que el lector pasivo se exaspere y el activo sienta el goce de su aliento. No se puede permanecer indiferente frente a un libro de esta naturaleza. La lógica y el pensamiento puestos a prueba. Hay que sumar y dividir, resolver teoremas y problemas algebraicos, ordenar silogismos y figuras geométricas, dibujar en la página en blanco:

.......... ¿Cómo se representa usted la falta de pescado? Dibújelo

.. La inteligencia del juego en todo su esplendor.

... Nada pareciera ajeno a la poesía. Todo viene aquí a inquietar, más que a resolver, a inducir, más que a dar soluciones concretas. Las preguntas y las respuestas abundan a semejanza de un texto didáctico, de un libro-alfabeto o un libro-silabario: dibujos, objetos, instrucciones, en fin, tareas de poesía. ¿Qué tiene que ver todo esto en un libro de poemas? La respuesta está en el libro mismo, en el papel secante que no logra empapar las lágrimas del rostro de una muchacha que llora su dolor o su soledad o su abandono.

... La nueva novela es la modificación del lenguaje mismo a través de una escritura graficada: figuras geométricas, cuadros composicionales, fotocopias al negativo -reiteradas fotografías de Alicia Liddell, una niña real por la que Lewis Carroll sintió una extraña devoción- que no ocultan su sombra-luz iluminadora. El uso, también, de todos los signos del alfabeto, aún el alfabeto de sordomudos. Además el recurso del ideograma, la analogía, el anagrama. Todo debe ser nombrado, signado, cifrado. Instrucciones para observar las burbujas en una taza de café, famas y cronopios de un cercano Cortázar. La nueva novela altera toda convencionalidad, toda dialéctica tradicional, es el desorden de los sentidos, sin perder el sentido.
.. Llama la atención la textura gráfica de este libro y el resuelto despliegue de imaginación en el uso de papeles de empaste y objetos visuales; se incluyen recortes auténticos de periódicos chinos, una bandera chilena como símbolo de amor patrio, un par de anzuelos metálicos adheridos a una página ictiológica:

Porque en los primeros siglos
Jessus fue Cetus, la Ballena,
y los cristianos eran los pececillos.

.... Fotografías, dibujos y recortes cumplen una adecuada integración al texto y otorgan categoría artística a un libro nada de común.
.... El libro de Juan Luis Martínez es una de las obras más notables publicadas en Chile en este último tiempo, no digamos este año. Lenguaje cosmogónico objetivo revecado. Libro para jugar a cambiar las cosas, escrito por un "inquietante y joven poeta chileno, que renuncia incluso a la propiedad de su nombre, para mostrarse como un ser a la vez tímido y agresivo, borroso y anónimo", según las exactas palabras finales de su propia obra. Vale.


en Revista Ercilla
23 Noviembre de 1977

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