martes, 14 de julio de 2009

Obra Completa de Gustavo Ossorio (Santiago: Ed. Beuvedráis, 2009): una buena noticia

7/14/2009 07:48:00 a. m.

Obra Completa de Gustavo Ossorio (Santiago: Ed. Beuvedráis, 2009): una buena noticia


Existe una obvia dimensión espiritual “ascendente” de la que procede muy directa y visiblemente nuestra cultura. Pensar en las divinidades como seres del cielo, en este sentido, es de hecho la gran elección cultural de nuestras sociedades, desde el castigador y terrible Yavé hasta el claro, luminoso y festivo Olimpo: aunque bien pudiera haber sido otro el camino. Los seres celestiales que rigen la vida diaria de los hombres, que obedecen a su razón y a su deseo, siempre tuvieron su opuesto despierto y vigilante en las entidades subterráneas y nocturnas. El Olimpo podía regir la vida diaria e iluminada por el sol, podía dictar las leyes e inspirar la discusión sobre el destino y las decisiones de la polis –al fin y al cabo, su creatura-; sin embargo, ante la muerte y todo aquello que estaba más allá de la razón y los muros de la ciudad otros regían. En vez de ofrendas que se queman hacia el cielo, ofrendas que destilaban suelo abajo; en vez de la elevación del alma hacia Dios, el oscuro y doloroso descenso, la catábasis.

Este contraste entre la búsqueda luminosa y la búsqueda oscura tiene sus ecos en todas las manifestaciones culturales de nuestro mundo: habría que ver, por ejemplo, cómo las poéticas chilenas tienden a asumir posiciones en una forma prácticamente maniquea: poéticas claras (desde el modernismo de Rubén Darío, el obvio y cívico Neruda post-Guerra Española, el larismo desde Juvencio Valle hasta Efraín Barquero y Jorge Teillier, el ansia cívica e hímnica de un Zurita, etc.) y poéticas oscuras (desde la partida chilena del modernismo con Pedro Antonio González, las múltiples vanguardias que deseaban rescatar lo irracionalidad desde Agú hasta la Mandrágora, De Rokha en sus ecos más profundos, Díaz Casanueva y Rosamel del Valle, hasta llegar al asombro radical ante el lenguaje de Enrique Lihn o Juan Luis Martínez). Pertenecer a estas “poéticas oscuras” significó –y aún significa para ciertas comisarías críticas- pertenecer a cierta tradición secundaria, adjunta y subalterna, que alimenta de material y procedimientos a sus gemelas claras que tienen en su poder las misiones finales: la palabra cívica y la dotación de sentido al ser nacional. Si bien este cuadro no se aplica en absoluto a la producción efectiva de la literatura chilena actual, durante largos años fue una convicción permanente.

Es así que la conocida como “segunda vanguardia” por los cronógrafos literarios quedó ensombrecida por una minoridad abismante. Manchada por cierta vaga acusación ética –¿búsquedas poéticas mientras mueren niños en España?-, investigando modos poéticos europeos mientras en esos mismos finales de los 30 la prosa estaba descubriendo el mundo popular chileno, en un momento en que se ve ya armado e inconmovible un canon desde Pezoa Véliz hasta Neruda –falacia en la que aún estamos envueltos nosotros-, canon en el que lo que no corresponde a la línea es ruido de ambiente; en ese momento, los “poetas oscuros” de ese 38, parecen verse condenados a un segundo plano.

Quién pudiera ser, en este sentido, más condenado que Gustavo Ossorio, quien desde ya muestra esa misteriosa coherencia entre vida y poética característica de las figuras épicas del oficio. A su fatal camino vital –en que no faltó ni la enfermedad ni la locura-, a su escasísima figuración pública, se suma quizás el haber vivido en un momento poético absolutamente privilegiado en la historia de la poesía nacional, en el que el desarrollo de escrituras de gran complejidad enfrentaba desafíos profundos. Tan sólo dentro de lo que pudiéramos llamar poéticas de catábasis –descenso espiritual, búsqueda interior, examen poético de la muerte y la fatalidad-, estaban además las figuras señeras de Hernán Díaz Casanueva y Rosamel del Valle, así como la poesía negra del grupo Mandrágora. Quedó entonces, consecuentemente, como uno de los tantos nombres a media voz de la poesía chilena, junto a Hugo Goldsack, Boris Calderón o Julio Tagle: rarezas bibliográficas para el conocedor.

Una de los aportes fundamentales de la Obra Completa (Santiago: 2009) de Gustavo Ossorio, publicada por Editorial Beuvedráis y editada por Javier Abarca y Juan Manuel Silva, es claramente el resaltar la originalidad y enorme intensidad de la poesía del autor. El daño de la permanente canonización de los cronógrafos literarios chilenos es obvio: la escritura de Ossorio reúne características de una poética absolutamente madura, con un rigor y una vivencialidad profunda que sorprenden.

A pesar de su marcado sello oscuro (el “diálogo permanente con la noche y la muerte”, remarcado por Rosamel del Valle), es importante considerar el carácter profundamente iluminador de la poética de Ossorio. En respuesta a la consulta sobre su poética para la Antología13 Poetas Chilenos, realizada por Hugo Zambelli, Ossorio responde:

“La poesía no es para mí ni el anecdotario rimado, ni el romance, ni nada que emita destellos ni signifique una decoración amable ni una música sensual. Ella es para mí el verbo encendido que con tremenda voz clama por el lugar justo del hombre entre sus semejantes; y es el vestido mágico para aparecer y desaparecer a voluntad; y el don de salir de uno mismo o de entrar en uno como un ojo encendido, para visitar la sima profunda” (los destaques son míos)

Llama la atención la repetición del concepto de lo “encendido”, y la aspiración hacia el “lugar justo del hombre entre sus semejantes”: poco o nada hay acá de la defensa de una poesía libérrima o desasida. Se aprecia un sentido muy profundo de la experiencia poética, lejos del alarde vanguardista, lo que lo acerca mucho más a Díaz Casanueva que a la Mandrágora, más a la aún poco conocida conciencia estética rokhiana que a la lúdica poesía automática.

El mismo Ossorio, al explicar su concepción poética en una carta a la poeta argentina María Adela Domínguez, cita una frase de Rokha: “La estética es el conocimiento intuitivo del universo, formulado en esquemas y axiomas conceptuales”. Este acercamiento a la poesía como hermana de la pregunta filosófica debería expresar la apertura de un posible nuevo “campo” en la producción poética chilena, en que autores como Díaz Casanueva, Rosamel del Valle y el mismo Ossorio puedan ser vistos bajo una luz distinta y más consistente que hasta ahora. La sumamente lúcida misión de la poética de Ossorio (“expresar la batalla del ser”) podría ser desde ya el punto de inicio de una “descanonización” y una nueva mirada sobre la producción literaria que rodeaba el año 1938.

Llama la atención la absoluta ausencia de lo anecdótico en la poesía de Ossorio. “Vida es una cosa, poesía otra”, afirma en la carta ya citada: y esta condición de oficio trascendente se confirma claramente en toda la trayectoria de la obra que se nos ha dejado conocer. Acaso el nivel de experiencia asume una dimensión muchísimo más profunda: una dimensión cerrada y personal, que no deja de reconocerse eco de angustias primordiales humanas: la muerte, la posibilidad de trascendencia, la pregunta por el ser. La “subjetividad” de una poética como ésta es, quizás, sólo una palabra vieja de encasillamiento, desde el instante en que las problemáticas esenciales distan mucho de ser reductivamente personales. Estas angustias llaman a una memoria –una palabra clave en la obra de Ossorio y destacada con mayúsculas por Díaz Casanueva en el prólogo a El Sentido Sombrío, de 1948-, reserva en que las imágenes y presencias de una colectividad están presentes: y esa colectividad no es la cerrada conciencia nacional o popular, sino la expresión de una humanidad, que en su viejo sueño de trascendencia propia, naufragaba en esa década de forma casi final.

Esta universalidad es posible porque este “yo” poético no es en absoluto el “yo” romántico. Este “yo” implica la persona de una experiencia límite y mistérica, cuyas rota trascendencia y limitación esencial se plantean en el aparente hermetismo y la intensidad emocional casi religiosa que podríamos leer en un Hölderlin o un Rimbaud. Como poética de “catábasis” cumple con una milenaria tradición de abrevar en las aguas más oscuras en busca de la definición más plena de las posibilidades del ser humano, en lo que es quizás el gesto reflejo y necesariamente complementario de esas otras búsquedas del 38: la literatura nacional, el ser popular.

Esta edición de la obra completa de Ossorio marca una positiva señal en pos de una necesaria relectura de la literatura nacional desde un punto de vista más abarcador y comprometido –comprometido en el sentido de tomar las obras literarias como formas vivas, y no como restos o marcas de la historia social, política, o de una “historia literaria” que cada vez suena más a mito vacío. El prólogo de Juan Manuel Silva, en este sentido, salva el obvio defecto de no tratar directamente en toda su extensión el caso, la vida y la obra de Ossorio, a través de un formidable desafío a los modelos de lectura historiográfica de la poesía chilena.


Carlos Henrickson
http://henricksonbajofuego.blogspot.com/


lunes, 13 de julio de 2009

Conversaciones de Cinosargo y MAL con el poeta Rodolfo Khan

7/13/2009 02:34:00 p. m.

Imagen del comedor del poeta (Una figura de la mujer araña, vino y anotaciones de su trabajo poético+ciencia+deporte ¿?)

La siguiente es una entrevista al poeta Rodolfo Khan, escritor radicado en Arica desde hace años, en realidad, más que una entrevista, es una conversación en torno a la figura y obra del interesantísimo escritor, hay además lecturas de su poesía y sus perspectivas como creador.

En la charla participaron Daniel Rojas Pachas de Cinosargo, Eduardo Ignacio de MAL y José Martínez Fernández de Palabra escrita.











domingo, 12 de julio de 2009

NERUDA-DE ROKHA: DEBATE INTELIGENTE SOBRE DOS MAESTROS DE LA POESÍA CHILENA

7/12/2009 08:01:00 p. m.

NERUDA-DE ROKHA: DEBATE INTELIGENTE SOBRE DOS MAESTROS DE LA POESÍA CHILENA

por José G. Martínez Fernández

¡Qué lindo!...Reunidos estuvimos en un restaurante playero de Arica algunos poetas-estudiosos…al que concurrieron, como oyentes, diversos artistas de la palabra.

Participaron tres profesores de Literatura: Luis Araya Novoa, José Morales Salazar y Daniel Rojas Pachas, además de Bellamín Silva Carrasco, autodidacta nerudiano; Rodolfo Khan, figura central de la poesía nortina; Erna Aros, Gastón Herrera y el que escribe, bajo la batuta del interrogador Eduardo Ignacio y de Anita Labbé, sabios trabajadores de la cultura nortina- quienes analizaron parte mínima de la vida y obra de Pablo Neruda en el 105 aniversario de su natalicio.

Concordancias y discrepancias se plantearon en dicho encuentro.

Silva, admirador de Neruda, defendió a ultranza las alturas poéticas del autor del CANTO GENERAL.

El poeta Rodolfo Khan planteó su visión advirtiendo la grandeza creativa no sólo de Neruda, sino que de otros valores poéticos.

Daniel Rojas, al igual que Eduardo Ignacio, señalaron una crítica al poeta…dejando entrever, eso sí, ciertos aportes del Premio Nobel.

Rojas fue claro al exponer que la gran poesía existe antes y después de Neruda: explicación muy lógica.

Nosotros planteamos la necesidad de que Pablo de Rokha merecía iguales festejos que el poeta parralino, visión muy compartida por Rojas e Ignacio.

El mismo Daniel Rojas fue muy explícito en su exposición de nombres de otros grandes poetas chilenos, aunque a más de uno de nosotros nos hayan parecido intrascendentes algunos de los citados.

Rojas maneja muy bien la idea de la universalidad e historicidad de la poesía. De allí sus alcances a Ovidio y el Cantar de los Cantares.

El interrogador Eduardo Ignacio posee la facilidad de desplazarse de uno a otro lugar del mundo interrogativo a que todo gran poeta da origen. Y así lo hizo.

Anita Labbé habló de aquella “amistad desconocida” entre Neruda y de Rokha. Alguien dijo hace muchos años que los dos genios se disputaban el territorio de Chile. Válida y certera, por lo tanto, fue la exposición de la profesora.

Pablo Neruda, “endiosado” por muchos poetas y Pablo de Rokha, “admirado” por otros, son cumbres verbales poéticas de Chile que incitan al debate.

La exposición de estos creadores y estudiosos puede dar origen a una polémica.

Bien. No otra cosa se propuso el brillante conductor que es Eduardo Ignacio.

Una mesa que se planteó con alta sabiduría. Rojas, como maestro universitario y creador. Khan, como lúcido poeta. Silva, como autodidacta encandilado por Neruda, fueron grandes aportes.

Todo ello quedó de manifiesto en la mirada de los asistentes que se clavó –una y otra vez- en los expositores.

Y eso es lo importante. Producir el debate.

Este acto no fue sólo para alabar al poeta de los VEINTE POEMAS DE AMOR, sino que sirvió para saber que Pablo de Rokha también merece un espacio importante en nuestra lírica…

La convocatoria del Consejo de la Cultura y las Artes de la Región de Arica y Parinacota, tienen ese mérito.


sábado, 11 de julio de 2009

Algunas luces sobre El Paseo Ahumada y su autor Enrique Lihn

7/11/2009 07:53:00 a. m.

Algunas luces sobre El Paseo Ahumada y su autor Enrique Lihn

Artículo publicado originalmente en "Asimetría", n° 1, enero de 1986, Barcelona, España, pp. 73-77, revista dirigida por Javier Lentini (1929-1995), fundador y Director de esta publicación y anteriormente de "Hora de poesía" (1979-1995), cuyas páginas acogieron amplia y regularmente a autores latinoamericanos. Lentini fue poeta, traductor, editor y médico. En su obra, traducida al francés y al italiano, destacan los títulos "Poesía espacial", "Trilogía prohibida" y "Museo de exorcismos", "La sal y otros poemas" (Antología poética 1973-1975). De reciente edición por Ediciones Ígitur, "Poemas en homenaje". Amigo y admirador confeso de Enrique Lihn, Lentini solicitó expresamente a Waldo Rojas el presente artículo de presentación de la edición facsimilar de "El Paseo Ahumada", publicada en tirada aparte en el número inaugural de su revista.

Creador de una corriente profundamente renovadora de las tradiciones de lengua poética en Chile y bastante más allá de las fronteras de la América latina, corriente sin embargo ajena a las vehemencias prosélitas y a los aspavientos del vanguardismo, Enrique Lihn es hoy día una figura indiscutible de la literatura contemporánea en lengua española. Nació en Santiago de Chile en 1929; ligado por formación y convicciones a la universidad, ese puente espiritual con el mundo tendido en ese "arrinconado núcleo del mundo hispanoamericano", la escritura literaria de Lihn ha sido vertida desde su primer poemario, en 1949, en una serie de volúmenes de aparición discontinua y de circulación estrecha, poco o nada difundidos en España. Dos muestras de módica entidad, Algunos poemas, 1972, y Por fuerza mayor, 1974, debidas al ya desaparecido sello Ocnos, han precedido la reedición de La Pieza Oscura (Madrid, LAR, 1984), obra considerada desde su aparición en 1963 como el momento de madurez y de mayor acuidad de su cometido estético, a la vez que jalón inaugural en el desarrollo de la poesía chilena moderna.

Desde entonces y hasta sus últimos poemas publicados, la escritura de Lihn manifiesta en su carácter orgánico la sostenida arquitectura de una postulación original indiscutible dirigida a las formas tanto como al sentido radical de esas formas, en la situación particular, espacio-temporal, del acto mismo de escribir: "trabajar con la muerte / codo a codo, robarle unos cuantos secretos".

Su poesía, que se prolonga inevitablemente en la prosa de sus tres novelas de peculiar factura, es a menudo indisociable de la producción crítica y teórica de este autor aguijado por la búsqueda de lucidez en las fronteras encubiertas de la relación del individuo con el mundo. En los poemas de Lihn toma cuerpo implícitamente, como una estructura más de la coherencia poemática, una constante reflexión sobre el acto de escribir considerado como zona de irrupción en la historia de una conciencia subjetiva. Relación de la escritura con la existencia, su poesía aspira a fundarse como el lenguaje de aquella tensión, y toma pie en el terreno inestable de todos los cuestionamientos, animado de todas las indocilidades, vórtice o punto vertiginoso en donde se revela la inanidad de los discursos que pretenden sostener la realidad.

El Paseo Ahumada cabe, en la tipología de los poemas de Lihn, dentro de la categoría de sus textos de alto grado referencial, apegados, si no entretejidos, a la trama del acontecimiento y la circunstancia. No se trata, sin embargo, de una "poesía de circunstancia" en el sentido restringido de apertura "poética" del texto hacia la actualidad y los acontecimientos señeros, o sea, de una simple glosa edificante o emocional con apoyo en la experiencia compartida con un cierto contexto comunitario. El correlato textual de El Paseo Ahumada es ya una alegoría. Él existe con independencia de todo poema en tanto que espacio real en la toponimia urbana; pero existe también como sinécdoque o contenido simbólico en la conciencia de los santiaguinos que a diario lo frecuentan en tanto que usuarios y en tanto que ingredientes de su realidad. Algo similar ocurre con el poema de Lihn sobre las Ramblas de Barcelona (1): un sitio más o menos emblemático se textualiza al ser objeto de una cierta mediación discursiva cruzada por niveles de lenguaje muy heterogéneos que acotan dicho sitio simultáneamente; desde ya el nivel de la lengua particular de un poeta, enseguida el de los modos retóricos que identifican la lengua literaria, o la de la prensa, o la de las instituciones, además del nivel de los sesgos, guiños y giros de un repertorio coloquial en donde se conjugan contradictoriamente las exigencias de dos pulsiones instintivas: el prurito irreverente y la conservación de la integridad física. Lenguaje, pues, este último, hecho de disimulos y eufemismos. Esos niveles de lenguaje refractan la percepción inmediata de la experiencia vívida, re-semantizándola en otros planos, desamarrándola de las circunstancias de origen, haciendo de ella un revelador en profundidad de la condición de un pueblo, de un país.

Texto complejo en sus articulaciones significativas, inseparable quizás de su consumo en vivo, El Paseo Ahumada remite, tanto por su textualidad como por su soporte material vuelto él mismo un significante (calidad del papel, formato, tipografía, etc.), a dos dimensiones por lo menos, allí concluyentes. Una, la de la memoria reciente o historia inmediata: la calle Ahumada remodelada en pomposo paseo peatonal. La otra, inserta ya en la memoria cultural, representada por la tradición intermitente de la Lira Popular.

Antigua calle de bancos y de comercios prestigiosos, calle de la Catedral y de la Plaza de Armas, arteria dorsal del "centro" urbano, con sus aglomeraciones humanas y sus atochamientos automovilísticos, el abigarramiento social y el smog sofocador, la calle Ahumada fue un lugar de encuentros y arena de ajetreos de la mundanidad capitalina. Su nombre evoca, dicho sea de paso, la persona de un rector de la dieciochesca Universidad de San Felipe, visto por sus contemporáneos como el hombre más docto de la América española. Su transmutación en paseo peatonal según modelo supuesto venido de las grandes urbes occidentales, es una de aquellas realizaciones mediocremente pretenciosas en materia de Grandes Trabajos de Interés Público que suelen emprender las dictaduras en búsqueda de prestigio o a manera de exorcismo. Reemplazo, de hecho, de una entidad viva que en la memoria colectiva connotaba el sentido de la "libre circulación", por un simulacro artificioso a imagen del margen de movimiento que el nuevo orden impone o permite a sus sujetos. En ese decorado de un insoslayable rastacuerismo monumental, "El Pingüino" es la figura emblemática y encarnación semi-vidente del pueblo chileno bajo la tiranía. Personaje patético en su desproveimiento y en la tenacidad de su sobrevivencia picaresca, él ejerce allí, como el oficiante de un rito ignoto, su comercio mendicante, en tolerada semi-clandestinidad. Es en ese protagonista e interlocutor retórico del hablante lírico del poema que el poeta se reencarna y reconoce. Como él y desde esa ontología minusválida, el poeta es transfigurado en testigo, espectador, actor, víctima propiciatoria de otra descomunal puesta en escena, en otra escala mayusculada, sangrientamente artificiosa: la de los "juegos naturales", cara sombría de los "fuegos artificiales".

Menos aparente para un lector desprevenido, la referencia a la Lira Popular calza naturalmente con el correlato precitado. Hoja impresa de circulación exclusivamente callejera, la Lira Popular. Nació hacia comienzos del siglo anónimamente y como por generación espontánea o excrescencia del mundo populoso de la ciudad capital. Fruto del ingenio popular y nada ajena a la picaresca de la sobrevivencia, ella estaba destinada en principio a un público apenas letrado y esposaba los pliegues de su espíritu y gustos. Precursora ignorada de la prensa de sensación, la Lira informaba en versainas más o menos rengueantes sobre el acontecer más bullente de en la superficie de la actualidad: crímenes sonados, desastres naturales, accidentes nefandos, inmoralidades públicas, etc. Y ello pulsando con mano romanceril todas las cuerdas del alma popular, desde la chispa ingeniosa y las astucias verbales descomedidas hasta la irrisión irónica rayana en la insurgencia, pasando, claro está, por sensiblerías varias y otras complacencias populistas. Discontinua en sus apariciones o desapariciones, la Lira conoció paternidades tan múltiples como efímeras, ritmadas por los sobresaltos del acontecer, las veleidades de la opinión pública o la cambiante salud de la democracia. En su forma original desapareció con el desarrollo del periodismo de masas; documento de época, es hoy día un botín preciado de coleccionistas y filólogos. Pero su modelo ha vuelto a servir en ulteriores oportunidades, durante coyunturas especiales, en beneficio de la causa de publicistas o editores ya menos populares que buscaban así conmutar un medio popular, él mismo también de nueva fisionomía, a propósito de cuestiones candentes de orden público o político. En su presentación exterior, El Paseo Ahumada es un pastiche voluntario de dicha hoja popular y apela sin duda a sus implicaciones culturales.

En otro orden de referencias indispensables, no es difícil descubrir en la presentación tipográfica de los textos interiores del Paseo, una evocación del Quebrantahuesos, obra colectiva y happening gráfico debido a Jodorowsky, Nicanor Parra y el mismo Lihn. Especie de diario mural expuesto diariamente en un muro de un café céntrico de Santiago, confeccionado con la técnica del collage a partir de titulares, fotos y fragmentos de prensa, El Quebrantahuesos fue hacia los años 50 un tipo de humorada intelectual nada inocente, versión local y energuménica de similares juegos surrealistas y patafísicos europeos. Hoy en día la historia literaria chilena mejor informada se acuerda en ver allí el terreno de ensayo de los primeros escarceos de la anti-poesía chilena.

El Paseo Ahumada de Lihn es, pues, la otra cara del lugar conocido en Santiago como el Paseo Ahumada, y que debió ser para los militares gobernantes la cara presentable del milagro económico chileno, si no la contrapartida publicitaria del costo social de la epopeya instauradora del nuevo orden: un canto celebratorio, en suma, de la gesta militar. El poema de Lihn, trabajo poético de zapa, socava en su fundamento discursivo esa realidad: "canto particular", anti-épica de un mundo degradado, lastrado de lobregueces insidiosas y de mal encubierta sordidez. Es la épica pedestre del paseo peatonal, ese retablo ostentatorio de un milagro sin maravillas.

Waldo Rojas
París, julio de 1985

nota _______
1. "Apología y condenación de las Ramblas", en Antología de la poesía hispanoamericana (1915-1980), se lección y estudio preliminar de Jorge Rodríguez Padrón, Espasa-Calpe, Selecciones Austral, Madrid, 1984. Del mismo autor, una presentación aguda y eficaz de los rasgos dominantes de la obra de E. Lihn, en "La obra poética de Enrique Lihn: notas de acceso, Hora de Poesía n° 16/17, Julio-Octubre (sin año), p. 107-108.



viernes, 10 de julio de 2009

ACTA DE RESULTADOS PREMIO LAGAR CONCURSO NACIONAL DE LITERATURA GABRIELA MISTRAL MENCIONES ENSAYO

7/10/2009 11:03:00 a. m.


DESCARGAR ACTA DE PREMIACIÓN LAGAR.pdf


ACTA DE RESULTADOS

PREMIO LAGAR

CONCURSO NACIONAL DE LITERATURA GABRIELA MISTRAL

MENCIONES ENSAYO Y POESÍA


En La Serena, a 10 de Julio de 2009, damos a conocer a la comunidad los resultados del Concurso Nacional de Literatura, en Homenaje a Gabriela Mistral, en el ámbito de Ensayo y de Poesía, PREMIO LAGAR, convocado el día 16 de enero, con la Presencia de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet Jeria, por la Sociedad de Creación y Acciones Literarias Región de Coquimbo (SALC.), con el Patrocinio del CNCA. Región de Coquimbo y el Financiamiento del Gobierno Regional de la Región de Coquimbo.

La comisión organizadora de este certamen estuvo constituida por los escritores Alicia Mondaca, Dina Moreno, Oriana Mondaca y Arturo Volantines, en calidad de Ministro de fe.

Como Sociedad de Creación y Acciones Literarias, agradecemos la oportunidad que el CNCA, región de Coquimbo, que dirige don Pablo Nicolai nos dio, de organizar y dirigir este tributo a Gabriela Mistral, y al Gobierno Regional, en la persona del Intendente Regional, don Ricardo Cifuentes y de los Consejeros Regionales, que con su financiamiento hicieron posible esta iniciativa.

Señalamos también nuestra inmensa gratitud a los jurados del Concurso Premio Lagar, por su arduo y cuidadoso trabajo de selección de las ganadoras entre las más de seiscientas obras participantes. De una amplia gama de alternativas elegimos para esta labor a estos profesionales de connotada experticia literaria, rigurosidad y probidad.

El Jurado del Concurso Premio Lagar, nombrado por acuerdo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de la Región de Coquimbo y la Sociedad de Creación y Acciones Literarias estuvo integrado en cada una de las áreas por los siguientes escritores:


GÉNERO ENSAYO:

  • Jaime Quezada, en calidad de presidente del jurado

Escritor y presidente de la Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral

  • Fernando Moraga

Escritor y periodista de la Región de Coquimbo

  • José Casas

Escritor, sociólogo y académico de la U. Nacional San Juan, Argentina


GÉNERO POESÍA

  • Elvira Hernández, en calidad de presidenta del jurado

Destacada escritora, primerísima figura femenina de la neo-vanguardia literaria chilena

  • Juan García Ro

Escritor, poeta y premio regional de Literatura 2005

  • Daniel Rojas Pachas

Poeta y Profesor de literatura de la U.T.A, director de Revista Cinosargo, Perú


El acta de resultados emitida por los cada uno de los jurados es la que se adjunta a continuación.

ROCIO ALCAYAGA MONDACA

SECRETARIA EJECUTIVA

CONCURSO PREMIO LAGAR




ACTA DE RESULTADOS

GÉNERO ENSAYO

PREMIO LAGAR

Concurso Nacional de Literatura Gabriela Mistral

El Jurado del “Premio Lagar”, género de Ensayo, integrado por los académicos y escritores José Casas (San Juan, República Argentina), Fernando Moraga (La Serena, Chile) y Jaime Quezada (Santiago, Chile) ha acordado, y de acuerdo a sus respectivos listados de selección, listados nominación de preferencias y listados de votación final, otorgar el Premio Lagar y Menciones Honrosas a los siguientes trabajos ensayísticos:


MENCIONES (en igual mérito)

(Diploma de honor)

El Jurado estima y recomienda, en mérito e importancia de los trabajos ensayísticos que se mencionan y a las características propias del Concurso, otorgar en esta oportunidad cuatro (4) Menciones Honrosas:


Mención

Folio 184

Título: El país de la infancia.

Seudónimo: Elquina

Nombre: Ehurodice de Jesús Rivera Oyarce

Ciudad: Vicuña


Mención

Folio 250

Título: Gabriela, el paisaje verdadero.

Seudónimo: Capablanca

Nombre: Fernando Miranda Beltrán

Ciudad: Ñuñoa, Santiago


Mención

Folio 417

Título: Un cielo de tinta viva

Seudónimo: Úrsulo Buenaventura

Nombre: Rodrigo Iván Silva Améstica

Ciudad: Puente Alto, Santiago


Mención

Folio 302

Título: Vosotras/os también matadla. Ensayo dirigido a la nueva generación de lectores.

Seudónimo: Reinaldo Asís.

Nombre: Héctor Véliz Gatica

Ciudad: La Serena.



PREMIO JOVEN

CATEGORÍA ENSAYO MENOR DE 18 AÑOS

(Diploma de honor, Estatuilla Premio Lagar y $500.000)

Folio 497

Título: Naturaleza de una región.

Seudónimo: Dmitri

Nombre: Fabián Figueroa Jaramillo

Ciudad: Valdivia


PREMIOS


Tercer Lugar

(Diploma de honor, Estatuilla Premio Lagar y $300.000)

Folio 579

Título: El Valle de Elqui como microcosmos. Algunas ideas sobre identidad desde la poética mistraliana.

Seudónimo: Rosa de Alejandría

Nombre: Cecilia del Carmen Pérez Matus

Ciudad: Osorno


Segundo Lugar

(Diploma de honor, Estatuilla Premio Lagar y $500.000)

Folio 308

Título: Nadie es profeta en su tierra o Gabriela Mistral la ilustre desconocida del Valle de Elqui.

Seudónimo: Pedro Álvarez

Nombre: Cristian Geisse Navarro

Ciudad: Vicuña


Primer Lugar

(Diploma de honor, Estatuilla Premio Lagar y $1.000.000)

Folio 574

Título: La identidad inabarcable.

Seudónimo: Mistraliano del sur

Nombre: Iván Carrasco Muñoz

Ciudad: Valdivia


Jurado:

José Casas (San Juan, Rep. Argentina)

Fernando Moraga (La Serena, Chile)

Jaime Quezada (Santiago, Chile)

5. julio. 2009




ACTA DE RESULTADOS

GÉNERO POESÍA

PREMIO LAGAR

Concurso Nacional de Literatura Gabriela Mistral

El Jurado ha coincidido - por diversas razones – establecer una especial MENCIÓN REGIONAL, otorgado a tres textos que desarrollan una poesía ligada a algunas regiones del país y, que considera, debe llamar la atención:


TERCERA MENCIÓN REGIONAL

(Diploma de honor)

Folio Nº 85

Título: Por las entrañas del Huasco

Seudónimo: Eva Costa

Nombre: Alicia Magdalena Tapia Pizarro

Ciudad: Freirina


SEGUNDA MENCIÓN REGIONAL

(Diploma de honor)

Folio Nº 443

Título: Cuna de Piedra

Seudónimo: Arnaldo Livares

Nombre: Guillermo Díaz Céspedes

Ciudad: Copiapó


PRIMERA MENCIÓN REGIONAL

(Diploma de honor)

Folio Nº 93

Título: Memoranda

Seudónimo: Federico José Xamist

Nombre: Federico Aguirre Romero

Ciudad: Atenas, Grecia


EL Jurado, en la categoría MENCIÓN, y en votación por mayoría, ha acordado distinguir cuatro textos por la configuración particular que alcanzan cada una de esas propuestas poéticas:


MENCIÓN JOVEN

(Diploma de honor)

Folio Nº 438

Título: Lidia

Seudónimo: A. Domela

Nombre: David Alejandro Inostroza Álvarez

Ciudad: La Florida, Santiago


TERCERA MENCIÓN

(Diploma de honor)

Folio Nº 49

Título: Bocamuerte

Seudónimo: Fernando Montt

Nombre: Aldo Fernando González Vilches

Ciudad: Renca, Santiago


SEGUNDA MENCIÓN

(Diploma de honor)

Folio Nº 122

Título: Abecedario

Seudónimo: Jofré Rueca

Nombre: José Pablo Jofré Jofré

Ciudad: Pedro Aguirre Cerda, Santiago


PRIMERA MENCIÓN

(Diploma de honor)

Folio Nº 517

Título: Los habitantes del fuego

Seudónimo: Fernando Navarro Geisse

Nombre: Cristian Geisse Navarro

Ciudad: Vicuña


El Jurado del “Premio Lagar”, género en Poesía, en votación final y por mayoría, ha decidido distinguir en la categoría de PREMIOS a los siguientes textos, por considerarlos los mejores exponentes en su género en cuanto a forma poética, imaginario y arte del lenguaje, exhibidos en sus propuestas.


PREMIO JOVEN

(Diploma de honor, estatuilla Premio Lagar y $500.000)

Folio Nº 278

Título: Bicicleta a vapor

Seudónimo: Elizabeth Boim

Nombre: Camila Marcela Mardones Vergara

Ciudad: Puerto Montt


TERCER LUGAR

(Diploma de honor, estatuilla Premio Lagar y $300.000)

Folio Nº 374

Título: El curioso caso de don Chico Malilla

Seudónimo: Oscar Petrel

Nombre: Oscar Orlando Burgos Belmar

Ciudad: Valparaíso


SEGUNDO LUGAR

(Diploma de honor, estatuilla Premio Lagar y $500.000)

Folio Nº 289

Título: Chicha Mundial

Seudónimo: Colorado

Nombre: Rolando Andrés Martínez Trabucco

Ciudad: La Serena


PRIMER LUGAR

(Diploma de honor, estatuilla Premio Lagar y $1.000.000)

Folio Nº 372

Título: Colonos

Seudónimo: Lautaro Freire

Nombre: Leonardo Sanhueza

Ciudad: Providencia, Santiago


Jurado:

Elvira Hernández (Santiago, Chile)

Daniel Rojas Pachas (Lima, Perú)

Juan García Ro (Vallenar, Chile)

8 de julio, 2009





jueves, 9 de julio de 2009

La anti-poeta: Nana Gutiérrez Bonelli

7/09/2009 10:33:00 p. m.
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A Nana Gutiérrez Bonelli, este nana-artículo que busca rescatar de los anaqueles la imagen y genio de una destacada mujer, valiente poeta, irreverente e irónica, locuaz y profunda. Rupturista, orgullo de Arica y las letras nacionales.

Nana, anti-poeta de Arica contribuyó arduamente a la cultura de nuestra ciudad, motivó a otros artistas, participó en congresos logrando reconocimiento internacional, publicó junto a destacados escritores de Latinoamérica y el mundo y logró que su obra fuese traducida y publicada en más de seis idiomas.


Tenia un particular concepto de si misma y se mostraba frente a sus pares creadores, tal como lo señala en su trabajo “medida de la soledad” lo cual reafirma Andrés Sabella en el prólogo que hiciera al poemario de la escritora, titulado “Manos Arriba”: alta y larga como un árbol con ansias de llenarse de relámpagos, un metro setenta para medir la soledad, delgadísima con lectura y cultura. El fragor de Nana, sus ideas de humor negro e imágenes nuevas, foráneas a lo que se tendía a considerar como el catálogo poético, rompió con cuanto molesto punto común y frase hecha se topó en su camino, y en el fluir de su desacramentalizado lirismo, no dejó poetisa con cabeza.

En el concepto de Nana, a veces duro pero no por ello menos justo, había que dar crédito y descrédito a quien se lo merecía, y en ese devenir, resulta justo hacer la distinción entre mujer poeta y poetisa, siendo esta última una parodia light de la primera, una impostura o figura a la moda que podía pasar desde la gruppy a go go de los premios nacionales de literatura a la niñita bien, discutiendo de arte en un salón de té. De tal manera que el problema del género, el rol atribuido a la mujer por una sociedad falocéntrica y el complejo ambiente literario no menos condicionado por esa lógica que va del machismo a la misoginia, fue otro punto de lucha en que Nana demostró junto a otras poetas como Rosario Orrego de Uribe, María Monvel, Gabriela Mistral, Olga Acevedo, Alicia Galaz Vivar y Aída Moreno Lagos, entre otras destacadas; que el poder creativo y literario, no es patrimonio exclusivo otorgado por la diferencia de un cromosoma.


Actitud trágica y desafiante, sonrisa esplendida, plena de soledad y reflexión ante la comedia humana, condición que sus compañeros en los avatares del lirismo y la prosa debieron reconocer, Lafourcade la incluyó en su polémica y dispar antología del nuevo cuento chileno, lo cual la ubica en la generación de 1950 junto a autores de inmensa trayectoria como José Donoso, Jorge Edwards y Guillermo Blanco entre otros.la Antología de la Poesía nortina de Mario Bahamonde, fechada en 1966 También formó parte de


Por otra parte, Coloane, nuestro Jack London dijo -ha nacido el nana-poema, una autora disparando contra los prejuicios y Nicanor Parra, el consagrado maestro de los artefactos dramáticos, en su afán deconstruccionista, le regaló el título de su obra que vió la luz en 1968. En esta, Nana despliega con intenciones catárticas, el cinismo de Diógenes y la contratextualidad bulle con anhelo de bajar de las mechas a los poetas del Partenón. No se extraña en cada una de las páginas en que sus nana-poemas revientan al mundo, la sátira amarga a la elegía, al rito pulcro de la confesión, a la loa gratuita y homilía fúnebre. Asistimos al fin de los discursos oficiales, el descreimiento ante la comunicación esteriotipada, los tropos añejos y esos grandes ídolos de barro. Como señalara Sabella con acierto, Cruel ante aquellos que sin verdad vital, intentan verdad poética.


Sobre la obra de Nana


Nana, cuenta entre sus títulos, Calendario, obra que realizó junto al peruano Winston Orrillo, Correspondencia que también la llevo a trabajar en diada, en este caso, con Marco Denevi, novelista argentino, no hay que olvidar funeral del poeta, donde colaboró con Selden Rodman, historiador y traductor al ingles de Neruda y Borges. Finalmente su poemario más conocido, Manos Arriba, es el que nos ocupa en esta ocasión.

En Manos arriba, desde un principio, Nana nos provee de una visión intimista que nos empuja de bruces a la melancolía, pérdida y arrebato. En medida de la soledad, el hablante lírico se confunde con la poeta y su perspectiva del dolor. La dosis exacta del abandono y quien busque una respuesta de quién fue o estuvo tras las palabras, hallará en esos pasajes, los más privado del ser, su desamparo. A manera de autoconfesión, el poema inaugural de la obra, ahonda en un intuitivismo precioso y de gran calidad humana, allí subyace el afán de comunicarse con uno mismo y con un memorable anticlímax que apacigua toda expectación del lector, un tímido “amen” nos remite al requiescat in peace del solipsismo.


Viudo melancólico, otro poema de los veintidós que componen esta producción, nos pone de cabeza ante la alteridad y la añoranza, como Bolaño decía al referirse a su poeta predilecto Nicanor Parra, en él hay mucho tumba, mucho cementerio y luego más tumba, en Nana también percibimos esa oscuridad, pero no en un sentido moral o gravado por una visión maniqueísta del mundo y sus relaciones, sino como lo más normal, lo propio ante nuestra precaria condición. Es una medida de soledad pero del otro, la necesidad de ese cuerpo, ese aliento que desnuda un abismo de costumbre y paridad, ante quien fuese compañero del alma. Este viudo melancólico, posee imágenes sugerentes que revelan lo infantil del miedo y la ternura del dolor en pasajes como:

A veces se ríe y se tapa la boca. Le avergüenza que descubran que en los dientes lleva el nombre de la muerta o En la frente, lleva un letrero que dice: "—ayúdeme! Tengo miedo a la oscuridad"—


Los Nana-Poemas por su parte, forman en "Manos Arriba" una trinidad del absurdo, parecen casi pequeños diálogos de Ionesco y cada uno, curiosamente apunta a satirizar un punto común del arte y el circuito de la comunicación, en Nanapoema lunar, el blanco es el mensaje poético, la forma en que a lo largo del tiempo se ha construido estéticamente la lírica, la inspiración y los elementos que son materia prima y loa del vate; el mar, el desierto, los bosques y la luna alba y cristalina, que Nana, como buena abjuradora desfigura, valiéndose de su propia imagen. Su autoconcepto abofetea a la tradición al señalar que Selene no es más que una mueca infernal de su rostro, postrada ante la ingenuidad de los que se cobijan bajo esa luz. Luego, en nanapoema para un pintor surrealista, ajusta su mira y acribilla al artista, al emisor de esa digresión poética. Sin tapujos ataca a los movimientos y sus excentricidades, los manifiestos y existencias erráticas que paren la cultura, dioses de limo tras el papel y lienzo, finalmente en nanapoema para un recién presentado, el caído en sus letras es el remitente, el público mismo, acostumbrado a la pasividad, con expectativas formales y una estructura tacita que guía sus pasos en la comunicación al punto de volverlo algo tedioso y resabido, aquí también se vislumbra una postura crítica ante las relaciones humanas permeadas por los códigos de la cortesía


Finalmente un gran poema titulado Para Dios 1967 simula un diálogo distendido con la última figura piadosa, en ella se temporaliza el stress del eje inmóvil a la luz del desasosiego mundano, la mejor forma de mostrar lo burdo cotidiano e inane de nuestro proceder, en una especie de confesión inversa, la poeta se vuelve el hombro fraterno y comprensivo de quien todo debiera sintetizar y comprender,

En medio de sus repetidas manifestaciones ambiciosas o hipócritas, sonara tu voz fuerte y segura y les dijeras: "—jNo les doy nada; nada les concedo!Ingénienselas, rebúsquenselas, arréglenselas como puedan.Yo apenas soy DIOS, no soy un mago! Y por ultimo, bájenme de esta cruzMe canse de estar colgado"—


Claro que hay mucho más, en la literatura de esta autora, en “Manos arriba” tenemos por qué escribo, el par para divorciados y divorciadas, colegial contemporáneo, Los poetas, las poetisas y denuncia, entre otros. Todos anti-poemas bastante actuales, capaces de resumir la lucha diaria del chileno y en forma cabal, del latinoamericano postmoderno, atravesado por multiplicidad de discursos asesinado por el cielo y los códigos. Otras obras recomendadas de la autora son: Insectario y el libro "por el rabo del ojo" elogiado en Italia por Pablo Neruda.


Para ser justos, sólo queda señalar que la obra de Nana resuma versatilidad, coraje y desparpajo lo cual la hace doblemente arriesgada y fértil, no se queda en la formula archiconocida y tampoco en el escándalo, escarnio o gratuidad del recurso que sorprende quizá una o dos veces al lector para luego volverse otra receta y tedio más. Nana apuesta a un distanciamiento estético, no entregar de buenas a primeras todo la potencia del contenido y para ello usa como primer aliado lo conocido, la retórica popular y lo que todos pensamos en algún momento pero no tuvimos el acierto o valor de espetar. De esa forma, tras la familiaridad y reconocimiento propio en la voz de la poeta, surgen las lecturas postreras, pues sus textos amenos y jocosos, dotados de melancolía y ternura, invitan a seguir siendo leídos y pensados, de manera que su sensibilidad penetre en cada anhelo, miedo, duda y por que no, rabieta sincera y burla justificada, lo cual privilegia el trabajo de esta autora, su dimensión aún vigente, capacitada para madurar y seguir abriendo puertas a una conciencia que se rehúsa a creer de buenas a primeras, en la mediocridad de las formas impuestas y los canones vetustos.



Autor: Daniel Rojas Pachas.


Las Poetisas. (Poema Completo de “Manos Arriba”)


OJO!
Han de saber Ustedes


que no hay nada mas deplorable
nada mas fastidioso
que las Señoritas Poetisas!
Estas Señoritas han invadido el mundo
han invadido los Círculos Literarios
han hecho morir del corazón,
a varios catedráticos!
Las hay de todos colores
y de todas tallas:
Poetisas de bigote
Poetisas sin escrúpulos
Poetisas con dientes postizos
Poetisas con faltas de ortografía
Poetisas flacas como
agujas de costureras tristes.
Poetisas en busca de un marido
Poetisas terror de Editoriales!
Poetisas que persiguen
a los Premios Nacionales.
Poetisas madres de familia.
Poetisas que van por las calles
ubicando a sus victimas.
Y las hay peores:
Poetisas Lolitas
Poetisas beatniks
Poetisas con pantalones
Saint Tropez
(capaces de volver loco a
cualquier Poeta del gremio)
Poetisas que escriben con el dedo.
Poetisas que sueñan con ser hombres
Poetisas recién dadas de alta
del Hospital Psiquiátrico.
Poetisas en tratamiento perpetuo.
Poetisas de provincia
Poetisas de la Antártida
Poetisas
capaces de odiosos recitales.
Poetisas a punto de suicidarse
Poetisas de vuelta del suicidio.
Poetisas para bautizos
Poetisas adictas
a tomar Coca Cola.
Poetisas de pelo en pecho.
Poetisas picadas de viruela
Poetisas Beatles.
Pero, Ojo! Señores, todas ellas
terminaran con esta
maquiavélica invasión
con esta lluvia
con este vendaval
con este azote
con esta nueva especie atómica
acabaran os digo
Con todos los Géneros Literarios!
¡Dios Mío!