lunes, 27 de octubre de 2014

El poeta como médium; sobre Paralogismos de La Sombra Sin Mundo de Fabián Burgos.

10/27/2014 04:29:00 p. m.
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Efe Be (Fabián Burgos; 1987) Profesor de filosofía y poeta, actualmente cursa el magister de Estudios culturales en Universidad Arcis. Ha integrado los colectivos de poesía "Operaciones Secretas" y "Mal de Ojo". "Paralogismos de la Sombra sin Mundo" es su primera obra publicada. 

El poeta como médium; sobre Paralogismos de La Sombra Sin Mundo de Fabián Burgos.

Paralogismos de la Sombra sin Mundo es un libro que nos desafía. No sólo a pensar, como lo hacen la mayoría de los libros, sino a algo más. Tiene que ver desde mi perspectiva con la memoria histórica, lo cual me parece fundamental para entender - en parte - el sentido del oficio poético.

A mi juicio, la gracia del poeta y de la poesía es ser siempre una voz molestosa que desafíe y joda la paciencia del orden, poniendo en evidencia la injusticia y el egoísmo de quienes han construido el mundo desde un imaginario burgués y consumista, del cual Chile es uno de los ejemplos más evidentes y vulgares del planeta.

El oficio entonces se relaciona desde nuestra mirada, con un compromiso social y artístico con aquellos que no han tenido voz en las páginas de la historia oficial. Con aquellos que no participaron en la construcción de este mundo cuyo ritmo actual de producción de deshechos y radiación nos está llevando directamente al apocalipsis. Y la memoria histórica, como decía al principio, aterrizando ahora el discurso en nuestra aldea, es molesta para el poder precisamente porque ahí encontramos el origen de todos los atropellos a los derechos básicos que ha venido sufriendo el pueblo chileno en pos de la “libertad económica” que la élite enarbola como fin último de la existencia.

En la presentación del libro La Plata Spoon River, antología poética sobre la inundación de la ciudad de La Plata acontecida en abril de 2013 - dejando un saldo de casi 100 fallecidos -, el poeta argentino Julián Axat decía que como en el romanticismo, los poetas suelen convertirse en médiums, es decir, hablan por los muertos que quedan rondando, antes de irse a un más allá. Los poetas traen el mensaje velado hacia el más acá, y susurrando a los vivos tratan de poner ciertas cosas en su lugar. Es en algún punto que los poemas pierden aquello que los diferencia, y no son más que una sola voz.

De eso se trata la memoria histórica, y en lo personal, la poesía como oficio. El poeta cuando habla, no habla solamente por él, sino por otros. Por una infinidad de otros. Y ahí está uno de los grandes problemas de Chile: ¿quiénes son los otros? El otro es el que me puede robar, el que me puede quitar el trabajo, el que es más exitoso que yo. No es mi amigo, no es mi comunidad, no es mi pueblo que tiene una historia común. No. Nos tenemos más miedo que amor. Nos tenemos más bronca que buena onda.

Paralogismos de la Sombra sin Mundo contiene en su poesía esa carga simbólica, ese clamor por un mundo acechado por sombras, sombras como cuchillas o como fantasmas cuyas intenciones nos resultan sospechosamente conocidas. Un mundo que quiere recuperar las verdades que nos sirven para entender el porqué del hoy, el porqué de esta poesía y el porqué de estas condiciones sociales.

Como señaló el mismo autor en una entrevista publicada en la Revista Cavila: ”Acá Mundo se identifica con la verdad, la verdad que se pide a gritos, una verdad que no sabemos qué es, sin embargo, hay una certeza, una única certeza y es que todo esto es un gran teatro de apariencias, ¿la pugna infinita, no? Algo que nos hace sentir incómodos todo el rato, que nos acorrala, que a algunos los manda a hospitales psiquiátricos, a escribir poesía, al vagabundaje, etc.  Esto es pura sombra, la única certeza. ¿Hay algo más, qué es lo verdadero? No tengo idea, nunca nadie ha tenido idea. Entonces el libro se instala desde esa impotencia, desde esa impotencia que llegó al límite de tener que suplicarle al Mundo porque se muestre, un Mundo del que se sospecha que no es otra cosa que todas las vidas de los seres que han pertenecido a este planeta diluidas las unas con las otras”.

Creo que Paralogismos de la Sombra sin Mundo llega en un momento preciso donde muchos poetas - me incluyo - empezamos a desenterrar las banderas de la épica social americana que pregonaba el tatarabuelo Pablo de Rokha - otro de los ninguneados por la historia oficial -, en cuyos versos se encuentran muchas de las verdades que los pueblos del mundo deben encontrar para empezar a reconocerse a sí mismos, superando el alma de la dominación.

Por eso este libro, junto a otros que están apareciendo en el precioso océano de las editoriales independientes de Chile, está aquí para remecernos; porque, como decía al comienzo, la gracia del poeta no es sólo hacernos pensar, sino también sentir, comprender, dimensionar la magnitud de la historia de la cual tenemos que hacernos cargo, buscando siempre ese poema semi-absoluto que hable de nosotros y nuestras heridas, apuntando a lo colectivo como concepto cargado de pólvora.

Aquí, vuelvo a citar al autor y entrevista con Revista Cavila de Valparaíso: “Quizás en algún momento no existirá la poesía, habrá conciliación (en todo lo que abarca este concepto), no habrá desgarro, todo habrá sido dicho, y se habrá terminado el último poema, el absoluto”.
Mientras llega ese momento, el llamado de libros como “Paralogismos de la Sombra sin Mundo” es a seguir escribiendo, a seguir en guerra frontal contra los privatizadores del universo, a seguir reventando las burbujas neoliberales del país-negocio. A seguir siendo los convidados de piedra de esta fiesta, recitadores delirantes de nuestra propia memoria histórica.

                                                                                    
Absalón Opazo