miércoles, 29 de octubre de 2014

SOBRE METALENGUAJE: EL METAL UN MOVIMIENTO ALARMANTE Por René Silva Catalán

10/29/2014 11:14:00 a. m.
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EL METAL: UN MOVIMIENTO ALARMANTE
ANTOLOGÍA METALENGIAJE Co Edición Ajiaco Ediciones – Andesgraund Ediciones, Agosto de 2014, Por René Silva Catalán (Antologador)

“Creo que es por eso que los niños admiran a las bandas de metal. Por lo menos éstas son honestas y sus padres saben quiénes somos. En cambio los políticos se esconden de todos y son ciudadanos deshonestos”
Dee Snider, vocalista de Twister Sister.

El metal como la literatura surge de una voz de intransigencia a las inconformidades y colmos en los tiempos donde les toca nacer. Tal vez el metal tuvo su origen tardío, pero brota en el tiempo justo, por lo tanto, es aquí donde entro y salgo de lo que comúnmente es un comentario a una obra literaria como la Antología poética METALENGUAJE, poesía y narrativa.
Como metalero de toda la vida, puedo decir sensatamente que mi estilo musical es el metal, entendiendo que no es y no lo será, una moda sino más bien un movimiento social y cultural, rebelde en su definición. Irrumpe en los barrios proletarios de Inglaterra, con la bronca existente entre los hijos de mineros, cargadores de puertos y otros, fastidiados con las escasas oportunidades de progreso y desarrollo, en fin, jóvenes que entendían que generar cambios, igualmente los alcanzarían a través de la música. Así también fue en la década de los 80 en Chile, surgen los thrasher en determinados sectores como Gran Avenida, barrio de empleados públicos, obreros y jornales, descontentos y desanimados con la dictadura militar imperante en el país. Debido a estos sucesos históricos el metal under en Chile, se transforma en poco tiempo en una sub-cultura o más bien en el movimiento músico-social, que actúa desde la contracultura, lo mismo sucedió en su tiempo en Europa, cuando los jóvenes buscan generar cambios radicales y necesarios para acabar con la revolución de las flores, corriente que intentaba transformar el mundo empleando armas como la música rock, el arte pop y el amor libre, pero que no logró finalizar sus objetivos, gracias al letargo juvenil en las décadas del 60 y 70, producto de la psicodelia y huir del mundo a través de drogas.
 Los jóvenes de esa época necesitaban un movimiento franco, fundamental y representativo en cualquier metrópoli del mundo, con su propio lenguaje y color de piel; tipos duros sin pelos en la lengua y/o vergüenza a que los bajaran de un escenario, dispuestos a luchar por sus radicalismos extremos, es decir, a sucumbir literalmente por sus convicciones e ideales, tal cual lo harán luego en sus letras, discos, entrevistas, conciertos y en su literatura metalera. Resulta que el metalero promedio, es un tipo docto que no cree en los modismos que duran 3 a 7 años -estadística de tiempo entre una moda y la siguiente-, ya que funcionan como un mecanismo regulador de estereotipos, realizados en función de criterios subjetivos asociados al gusto colectivo, ciclos tan cortos y normalizados por sistemas mercantiles y de marketing, que maniobran a través de intereses políticos, económicos y de mercado, que desaparecen tan pronto como afloran, hábitos no comunes en el mundo del metal, por lo tanto no perder de vista y poner en duda la vigencia por décadas de bandas como Venom, Black Sabbath o Slayer-.

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 Insisto el metal no es una moda, el pelo largo, la cerveza o Satanás en la camiseta, la actitud dura, solo es cincelar su runa en la cara de la sociedad, tal cual lo haría un maestro masón al sugerir a sus discípulos, actuar de la misma forma “afuera”, en el trabajo, con sus amigos, al instruir o enseñar a su familia a vivir en el mundo profano. Pero a la vez el metal, busca consolidarse como un movimiento universal, por lo tanto cultural y social, el individuo metalero empieza a mirar su mundo y su distancia de acuerdo al lugar que le tocó vivir, su cosmogonía local, su mitología, sus luchas sociales, mitos y leyendas, entre otras cosas y motivos. Por lo tanto, el sujeto metalero-escritor personifica tal cual como el músico, llegar a representar en su escritura a su pueblo, a sus ires y venires, con lo más sustancial de sus letras, verso y curva dramática, sus propias vivencias narradas en sus escalas musicales o versos, habitualmente no son desesperanzadoras y amorales, sino más bien como una aguja en el ojo a sus pares fuera de su tribu. El metalero- escritor, le dedica horas a su intelectualidad, se siente superior en todo sentido a quien le roza el hombro en la calle, se convierte entonces asiduo visitante a bibliotecas, a sectas, mítines políticos, crea blogs con crónicas surrealistas y de escritores ocultistas y/ o satánicos, muy comunes relacionados con Alister Crowley o Annie Besant, estudia el arte religioso, arte poética de San Juan de la Cruz, participa en talleres literarios, lee a Jorge Adoum, padre e hijo, el primero gran maestro ocultista y escritor rosacruz; el segundo uno de los más importantes poetas de Latinoamérica o sencillamente toma algunas doctrinas de personajes como Nietzsche y nativos de nuestro país como Miguel Serrano. Entonces este chascón marihuanero y vago, como tilda la sociedad a estas ovejas negras y acá me maravillo en gratitud con los escritores seleccionados para la antología METALENGUAJE, todos hispanohablantes de nuestra América morena, se transforma en un corto periodo, en el movimiento musical formativo e intelectual para las nuevas juventudes, incluso en algunos países como en el nuestro, algunos metaleros llegan a ser elegidos por votación ciudadana, para representar a la comunidad que ya no cree en los “políticos de la vieja escuela”, en el congreso nacional y como personificar a su gran hermandad metalera, que no juzga a sus hermanos por su procedencia social ni estudios o marca de sus jeans desteñidos. Es tanto así que el metal tras su maquillaje y postura desenfrenada, consigue dar una mirada filosófica y humana a los conflictos surgidos en las distintas sociedades, lucha contra los grandes manipuladores de los mercados y las libertades. En USA se crea en la década de los 80, la Parental Advisory: Explicit Content, sigla en inglés para el Centro de Recursos Musicales de Padres o PMRC, comité formado por las esposas de diputados como Tipper Gore, esposa del senador Al Gore, que se convertiría incluso en vicepresidente de ese país, cuya misión era educar a los padres sobre “las modas alarmantes”, asegurando que el metal apoyaba la violencia, el consumo de drogas, el suicidio, las actividades criminales, entre otras cosas, organización que defendía entonces la censura y acabar con todas las bandas que ingresaban en una larga lista negra, vigiladas incluso con agentes encubiertos del FBI. Debido a esto en 1988 Megadeth publicó su tercer álbum de estudio So Far, So Good... So What!, el que incluye la canción Hook In Mouth, que habla en contra de la PMRC y de la censura a la música metal. Otro ejemplo de ataque de la PMRC, sucede el año 1990, cuando acusa a la banda Judas Priest, de la muerte de dos jóvenes, drogadictos y con problemas familiares, que deciden suicidarse después de oír la versión de Better By You, Better Than Me, editada en el álbum Stained Class. El caso tuvo gran repercusión social y mediática, llevando a juicio a la banda, luego que la familia de los jóvenes acusó a Judas de incentivar a sus fans a quitarse la vida. Finalmente y tras demostrar lo absurdo de esta acusación, fueron absueltos de todos los cargos. Sobre esto a manera de ejemplo nacional, de ningún modo la masa media chilena se interesaría en la banda Tierra Negra, agrupación de buen tono vocal y quiebres rítmicos, que busca en su interpretación el rescate de sus raíces mapuches y criollas de nuestro sur, reconquistar su tradición histórica y oral, dialogar musicalmente de su conflicto con el chileno-godo, por la malversación de su lengua y tierras, qué mejor forma de lucha pacífica, a través de letras y música metal. También hay otros que han creado su bandera de lucha a través de sus propias publicaciones como revistas y libros, históricamente, no existe un movimiento musical con tanto material impreso, con tantos estilos y variantes musicales, con el valor agregado por no llamarlo plus, del arte final de discos, poleras, tatuajes y libros, ejecutado 100% por artistas visuales y diseñadores metaleros, es el caso de este libro donde participan entusiasmados  y reconocidos ilustradores nacionales, que dejaron una vara muy alta por su calidad profesional y artística, la que pueden encontrar al interior de ambos libros. Así es también que algunos metaleros nos hemos transformados en editores y antologadores de obras como METALENGUAJE, de la cual siento orgullo a pesar del costo que tuvo en llegar a lo que ustedes tendrán en sus manos y me refiero al costo tiempo-emocional y no monetario, ya que algunos no confiaron o sencillamente no creían en el producto final, no importa, ya no participaron, pero cada escritor seleccionado y a quienes quedaron fuera, no por falta de talento literario sino más bien se alejaban de los objetivos básicos de la antología, lograron que nos colmáramos de asombro y de buena lectura, nos recordaron vivencias callejeras o un recital cualquiera, como un estadio Nacional lleno con la actuación de Iron Maiden o en un barrio del sur de San Bernardo, con mi banda de doom metal Dunguve, tocando para una Teletón en los años 90, ése es el espíritu verdadero del metal y el lenguaje, eso es METALENGUAJE. Por lo tanto, escritores metaleros comprometidos y verdaderos como nosotros, fuera de los esnobismos intelectuales, literarios y artísticos, nos hemos transformado en verdaderos gladiadores del arte, escritores creando novelas y poesía, excelentes artistas visuales y diseñadores gráficos, multimediales y porque no decirlo hasta de vestuarios; fotógrafos en conflictos bélicos, en fin, familias, con hijos que ya van en la tercera generación de metaleros, en sus casas con la trinidad divina, la guitarra, el color negro y grandes autores de la literatura mundial, discos y libros compartiendo lugares en la biblioteca familiar, por lo tanto un estilo de vida y no una moda, solo metal rules. Invito a que descubran Literatura y Escena Metalera Metalenguaje tomo narrativa y/o poesía y ojo no creado como un producto de venta como un libro más circulando, sino como un homenaje desde la literatura hacia la música metal.

René Silva Catalán
Escritor y metalero
Febrero de 2014 

lunes, 27 de octubre de 2014

El poeta como médium; sobre Paralogismos de La Sombra Sin Mundo de Fabián Burgos.

10/27/2014 04:29:00 p. m.
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Efe Be (Fabián Burgos; 1987) Profesor de filosofía y poeta, actualmente cursa el magister de Estudios culturales en Universidad Arcis. Ha integrado los colectivos de poesía "Operaciones Secretas" y "Mal de Ojo". "Paralogismos de la Sombra sin Mundo" es su primera obra publicada. 

El poeta como médium; sobre Paralogismos de La Sombra Sin Mundo de Fabián Burgos.

Paralogismos de la Sombra sin Mundo es un libro que nos desafía. No sólo a pensar, como lo hacen la mayoría de los libros, sino a algo más. Tiene que ver desde mi perspectiva con la memoria histórica, lo cual me parece fundamental para entender - en parte - el sentido del oficio poético.

A mi juicio, la gracia del poeta y de la poesía es ser siempre una voz molestosa que desafíe y joda la paciencia del orden, poniendo en evidencia la injusticia y el egoísmo de quienes han construido el mundo desde un imaginario burgués y consumista, del cual Chile es uno de los ejemplos más evidentes y vulgares del planeta.

El oficio entonces se relaciona desde nuestra mirada, con un compromiso social y artístico con aquellos que no han tenido voz en las páginas de la historia oficial. Con aquellos que no participaron en la construcción de este mundo cuyo ritmo actual de producción de deshechos y radiación nos está llevando directamente al apocalipsis. Y la memoria histórica, como decía al principio, aterrizando ahora el discurso en nuestra aldea, es molesta para el poder precisamente porque ahí encontramos el origen de todos los atropellos a los derechos básicos que ha venido sufriendo el pueblo chileno en pos de la “libertad económica” que la élite enarbola como fin último de la existencia.

En la presentación del libro La Plata Spoon River, antología poética sobre la inundación de la ciudad de La Plata acontecida en abril de 2013 - dejando un saldo de casi 100 fallecidos -, el poeta argentino Julián Axat decía que como en el romanticismo, los poetas suelen convertirse en médiums, es decir, hablan por los muertos que quedan rondando, antes de irse a un más allá. Los poetas traen el mensaje velado hacia el más acá, y susurrando a los vivos tratan de poner ciertas cosas en su lugar. Es en algún punto que los poemas pierden aquello que los diferencia, y no son más que una sola voz.

De eso se trata la memoria histórica, y en lo personal, la poesía como oficio. El poeta cuando habla, no habla solamente por él, sino por otros. Por una infinidad de otros. Y ahí está uno de los grandes problemas de Chile: ¿quiénes son los otros? El otro es el que me puede robar, el que me puede quitar el trabajo, el que es más exitoso que yo. No es mi amigo, no es mi comunidad, no es mi pueblo que tiene una historia común. No. Nos tenemos más miedo que amor. Nos tenemos más bronca que buena onda.

Paralogismos de la Sombra sin Mundo contiene en su poesía esa carga simbólica, ese clamor por un mundo acechado por sombras, sombras como cuchillas o como fantasmas cuyas intenciones nos resultan sospechosamente conocidas. Un mundo que quiere recuperar las verdades que nos sirven para entender el porqué del hoy, el porqué de esta poesía y el porqué de estas condiciones sociales.

Como señaló el mismo autor en una entrevista publicada en la Revista Cavila: ”Acá Mundo se identifica con la verdad, la verdad que se pide a gritos, una verdad que no sabemos qué es, sin embargo, hay una certeza, una única certeza y es que todo esto es un gran teatro de apariencias, ¿la pugna infinita, no? Algo que nos hace sentir incómodos todo el rato, que nos acorrala, que a algunos los manda a hospitales psiquiátricos, a escribir poesía, al vagabundaje, etc.  Esto es pura sombra, la única certeza. ¿Hay algo más, qué es lo verdadero? No tengo idea, nunca nadie ha tenido idea. Entonces el libro se instala desde esa impotencia, desde esa impotencia que llegó al límite de tener que suplicarle al Mundo porque se muestre, un Mundo del que se sospecha que no es otra cosa que todas las vidas de los seres que han pertenecido a este planeta diluidas las unas con las otras”.

Creo que Paralogismos de la Sombra sin Mundo llega en un momento preciso donde muchos poetas - me incluyo - empezamos a desenterrar las banderas de la épica social americana que pregonaba el tatarabuelo Pablo de Rokha - otro de los ninguneados por la historia oficial -, en cuyos versos se encuentran muchas de las verdades que los pueblos del mundo deben encontrar para empezar a reconocerse a sí mismos, superando el alma de la dominación.

Por eso este libro, junto a otros que están apareciendo en el precioso océano de las editoriales independientes de Chile, está aquí para remecernos; porque, como decía al comienzo, la gracia del poeta no es sólo hacernos pensar, sino también sentir, comprender, dimensionar la magnitud de la historia de la cual tenemos que hacernos cargo, buscando siempre ese poema semi-absoluto que hable de nosotros y nuestras heridas, apuntando a lo colectivo como concepto cargado de pólvora.

Aquí, vuelvo a citar al autor y entrevista con Revista Cavila de Valparaíso: “Quizás en algún momento no existirá la poesía, habrá conciliación (en todo lo que abarca este concepto), no habrá desgarro, todo habrá sido dicho, y se habrá terminado el último poema, el absoluto”.
Mientras llega ese momento, el llamado de libros como “Paralogismos de la Sombra sin Mundo” es a seguir escribiendo, a seguir en guerra frontal contra los privatizadores del universo, a seguir reventando las burbujas neoliberales del país-negocio. A seguir siendo los convidados de piedra de esta fiesta, recitadores delirantes de nuestra propia memoria histórica.

                                                                                    
Absalón Opazo