El escritor burgués
«Los únicos escritores viables» dice Bolaño en 2666
«son los que provienen del lumpen y de la aristocracia. El escritor proletario
y el escritor burgués, son sólo figuras decorativas» leí el otro día y me quede
pensando. Dando por descontado a escritores proletariados en estas cumbres del
neoliberalismo que habitamos, no puedo negar que efectivamente gran parte de los
escritores que conozco pertenecen a la burguesía. Escritores siempre preocupados
por tener la mesa correctamente servida, y que suelen mostrarse incapaces de
imaginar una literatura diferente a aquella que les de las utilidades
necesarias para mantener el nivel de vida en el que nacieron y en el que
posiblemente quieren morir. En ese sentido, el escritor burgués parece siempre atento
a una escritura que elogie la sociedad de la que él es parte y en la que tan
cómodo se siente, por lo que su obra parece condenada, de antemano, a cumplir
la función de mostrar y aceptar el mundo que lo rodea. Así, el escritor burgués
parece demasiado alejado de aquellos escritores que no tienen nada (los lumpen)
o que lo tienen todo (los aristócratas) y donde la escritura se convierte en una
apuesta a ciegas, que reniega de la propia cuna y que busca ir más allá de las
fronteras de lo convencional, en un viaje incomprensible y enigmático en el
cual, tras una jornada llena de peligros y dificultades, se pueda al fin arribar
a los mares lejanos, donde vive siempre, secreta y obstinada, la verdadera
literatura.
Andrés Olave