sábado, 13 de noviembre de 2010

DISFRUTO COLECCIONANDO NOVELITAS MALAS DE CIENCIA FICCIÓN [Por Roberto Anki]

11/13/2010 09:43:00 a. m.


Pablo Rumel Espinoza, Ganador del Premio de Novela Mago.

“DISFRUTO COLECCIONANDO NOVELITAS MALAS DE CIENCIA FICCIÓN”

Por Roberto Anki

Pablo Rumel Espinoza, debutará este viernes 12 en la Feria del Libro de Santiago, con EL SECUESTRO, ganadora del Premio Mago de Novela 2010.

El libro se construye sobre la historia de una extraña organización de asesinos y psíquicos, que buscan aniquilar bajo cualquier costo a Robles Martínez, novelista desaparecido y presuntamente secuestrado.

Le preguntamos sobre la extraña naturaleza de ciencia ficción – policial de la novela y sus motivaciones.

- ¿Qué buscas destacar por sobre la trama “negro” de la novela?
- Me interesa de sobremanera la memoria, tanto individual como colectiva. Esto también implica su contrario, que es el olvido. Y su visión distorsionada, borderline si se quiere: la locura. Creo que este interés ha ido surgiendo a medida que he ido creciendo, al ir estudiando cómo ha sido el juego de inclusiones y exclusiones dentro de la memoria histórica, cómo ciertos individuos han sido relegados a un oscuro lugar de la historia, o simplemente han sido tarjados de la historia oficial, mientras otros han salido a flote, considerándolos los mejores o más brillantes en ciertas áreas humanas. Yo creo que por eso me acomoda en cierta parte la ciencia-ficción, que tiene que ver mucho con los dispositivos culturales dominantes, y cómo se pueden controlar diversas variables en una determinada población, y en otra gran parte la novela negra, que entre otras cosas, trata sobre la reconstrucción de la memoria, del hecho delictivo: ese rompecabezas armado sutil o groseramente por el detective en cuestión, el personaje de la obra.

- Cómo fue estructurado El Secuestro.
- Está dividido en dos partes. La primera hace referencia a una extraña organización que opera fuera de los márgenes de la ley. Esta organización tortura y asesina a ciertos individuos que son considerados una pieza clave para sus propósitos. Hay un cierto delirio conspirativo, pero no se queda sólo en eso. Pienso que todo funciona mejor como metáfora que como una lectura literal del delirio conspiranoico. La obsesión final de esta organización es capturar a Robles Martínez, un escritor de novelitas realistas que es perseguido por saber demasiado. La segunda parte es nada más y nada menos que el diario de Robles Martínez, escrito en terribles circunstancias.

- ¿Cómo surge una ficción como esta?
- Me pareció de pronto que esto de escribir ciencia-ficción y hacer literatura sobre literatura se puso tan de moda, que quise crear mi propia versión de estos delirios colectivos, mi propia parodia de ciertos escritores snobistas y oportunistas que han concebido una manera de hacer literatura a partir de ciertos discursos que se han ido validando en el campo cultural. Escribir sobre literatura hace treinta o cuarenta años atrás era todo un riesgo, una novedad. Aunque me excedo un poco. Si tomas el Quijote, ya están ahí casi todos los juegos metaliterarios trabajados y/o esbozados.

Por otra parte, escribir ciencia-ficción hace unos cuarenta años significaba no ser nadie en el ámbito literario. Ahora no. Ahora es una actividad seria, respetable. Por supuesto, el segundo libro que publique no tendrá nada que ver con ciencia-ficción ni con literatura sobre literatura.

- ¿Será un fenómeno nacional? ¿Qué ocurre con Huxley, Orwell y Asimov? A tu parecer. Ellos fueron respetados escritores de ciencia-ficción.
- Tú lo has dicho, en su campo. De los que mencionas, sólo Huxley y Orwell fueron valorados fuera del circuito de ficción científica, o literatura de anticipación, como le llamaban en aquel entonces. Pero dentro de la literatura seria, la que era avalada por la academia, en general veía con muy malos ojos a los escritores de ciencia-ficción, salvo honrosas excepciones, las que tú comentas. Lo que se escribía en ese tiempo era considerado casi como paraliteratura. Por esos años muchos escritores oportunistas hicieron ciencia-ficción barata, pues se comercializaba bien en ediciones de bolsillo o en algunas revistas especializadas. Eran historias malísimas, improvisadas, con personajes y situaciones de opereta. Por eso las adoro, y siempre estoy tratando de armar colecciones enteras en mi biblioteca, de malas novelitas de ciencia-ficción. Disfruto mucho leyendo obras así.

- ¿Cuales crees que son las virtudes y defectos del libro?
- No tengo ni idea. De seguro que tiene muchos más defectos que virtudes. De hecho, detesto a la literatura -y cualquier desarrollo artístico- que funcione como un evento deportivo. En un evento deportivo el público busca que su equipo meta goles, se lleve la victoria. Para eso se debe jugar de la manera adecuada, establecida. Un arte deportivo debe ser correcto, con personajes bien construidos, psicologizados, con historias redonditas, con una trama legible y plana. A mí eso me cansa. Prefiero decepcionar a ese lector deportivo, que ya sabe de antemano cómo se debe construir una historia.

- ¿Habías ganado algún otro concurso antes?
- Por ahí, un parcito.

- ¿Significan algo para ti?
- Bueno, no más ni menos que andar perdido en la ciudad, muerto de hambre y de sed, y encontrar una mano caritativa, que injustamente te tendió un plato de comida y un vaso de agua. Uno come, bebe, siente un alivio, y luego pasa a otra cosa.