lunes, 11 de mayo de 2009

Semblanzas Profundas: Recordando a Mahfúd Massís

5/11/2009 06:06:00 a. m.

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Semblanzas Profundas: Recordando a Mahfúd Massís

Entonces espantaos, queridos burgueses: un día el arte no será ya necesario señalo profético el Poeta nacional Mahfúd Massís; simbolista, esperpéntico, Rokhiano constructor de letrados Apocalipsis. Massís nació el año 1916 en Iquique.

De origen árabe, de padre palestino y madre libanesa, su obra y vida, enraíza la visión occidental y el mundo de oriente sin dilaciones, sin prejuicios, nutriendo el arte con una discursividad multicultural.

La cosmogonía de espectros poetizados, construye realidades que se hilvanan con la potencia del lirismo, la musicalidad y la imagen grotesca como en un bello cuadro de Rubens.

“Soy Mahfúd Massís, el Esclavo,
el heresiarca de piel negra,
el loco, el desertor, el papanatas helado bajo la nieve.
Escondo mis dientes de cabro, mi cola de rey babilónico,
mientras camino por la ciudad, junto al angosto río.
Entre lívido aceite, mi vieja sombra atrabiliaria
atraviesa las ciénagas,
ladrando a la majestad lunar
con su obscura casaca de muerto”.

(Fragmento. Poema 3 de Elegía bajo la tierra...)


Plagado de barroquismo carnavalesco, el carácter Rabelesiano no consume y agota la obra de Massís, este no vacila y sucumbe ante lo culterano, sepultando lo social. Cruzado por una ambivalencia ética y estética, el escritor supo equilibrar, su quehacer, prueba de ello es su labor como director de la revista Polémica.

El nombre deja establecido de antemano la línea editorial de la publicación. De formato breve, sus páginas eran tributarias de artículos relativos a la contingencia política y cultural. Sociedad y ámbito literario por delante. Preocupaciones que siempre estuvieron sin tapujos, asentados en la intelectualidad que promulgaba Massis. Mente comprometida hasta la medula, visión fuerte, crítica y sin concesiones.

Algunas líneas de su prosa dura pero veraz

Es una gran desgracia que ciertas ideas no puedan reducirse a vulgares hechos de policía para encerrar a su autor en el panóptico de los delincuentes comunes, o arrastrarlo hasta el banquillo por el delito de genocidio intelectual (…) Maldición bíblica para quien exprime en sus bocas el zumo de la vid envenenada, para el negrero que impulsa la prostitución y la muerte construyendo conventillos o incita al crimen, levantando presidios, en lugar de edificios escolares. (De Asesinos de la opinión pública)

polemica.JPG En Polémica, muchos genios plasmaron su inquietud, los nombres saltan con prominencia de las páginas por ser legendarios en nuestro devenir cultural: : Carlos de Rokha, Julio Tagle, Raquel Jodorowsky, Olga Acevedo, Luisa Anabalón Sanderson mejor conocida como Winett de Rokha, Teófilo Cid y el amigo piedra, Pablo de Rokha. La relación con este último no fue sólo de amistad y laboral, Massís estuvo casado con Lukó de Rokha, pintora destacadísima, recientemente fallecida e hija del gran poeta de Licantén.

LUKÓ: En este gran drama gregario de la vida,
cuando el espanto deposita en mi corazón su huevo obscuro,
levanto los ojos hacia ti,
como una bestia que busca algo
por encima de su condición, flor extranjera.
En este mundo solitario por el
que andamos, caminas junto a
mi por un favor de los dioses
y te seguirá mi pisada negra,
ineluctablemente, aún más allá del
Gran Pantano.


Importante miembro del clan, la obra de Massís maduró al interior de la Editorial llamada Multitud, y en innumerables ocasiones la pluma debió ser defensora de esa estirpe de artistas malditos y denostados por un país que tiende al silencio sepulcral y proselitismo literario. Massís a punto de retornar a su hogar, luego de un largo exilio, falleció en Venezuela, el año 1990.

Oficiando como agregado cultural en la tierra de Bolívar, le fue dada a conocer, la noticia de su exoneración e imposibilidad de retorno. Desde aquella patria adoptiva difundió el arte nacional y denunció como en los tiempos de Polémica, los abusos en contra de sus pares. Lo cual demuestra como en todo su crear, ya sea cultural o político, hay algo de aleccionador, de apelativo y remecedor de consciencias. Sin el burdo tamiz panfletario, Massís reconoce su actitud general contra lo establecido y el deseo de crear un libro que sirviese de bandera a su pueblo. Atravesado por el fracaso y el sino maldito de la humanidad que decae en pasión inútil y fragmentada, añade. (…)Mas sólo fui capaz de producir fragmentos salobres cargados de mi propia humanidad despedazada

Piezas que podemos reconocer desde 1942 cuando publicó Las bestias del duelo y Ojo de tormenta. Luego vendría Los sueños de Caín (Cuentos, 1953), con el obtuvo el Premio Renovación de Ministerio de Educación Pública de Chile ese mismo año prolífico para su carrera fue favorecido con el Premio de la Sociedad de Escritores de Chile por su ensayo Walt Whitman, el visionario de Long Island.

El cristo de las ratones

En esta piel salvaje de llama y rocío,
de arsénico y perros de Pomeriana,
esta cabeza doliente, oscurecida por la niebla,
es la testa del Rey de los Judíos.
Desde el costado, una piedra escarlata
invade el aire fúnebre del ropero,
la noche húmeda, la noche en que caí en Versalles,
en el fondo de esta estancia como la oreja de un muerto.
Cristo pálido, pudriéndote en la alcoba,
Cristo con el espinazo quebrado,
las ratas te roen con sus verdes espadas,
con sus guadañas de ancestrales tribus.
En el desván, tus huesos desparramados,
tus muslos recogidos como el topacio oscuro,
entre frascos de creta y belladona.
Eres la increíble señal, el duelo irreconocible de los mundos,
Soy una rata más sobre tus tristes ojos,
sobre tu lengua empapada en vinagre ;
rompe por una vez tu orfebrería negra, corre al monte,
y al ácido bagual derriba entre tus patas.
Cristo de la Ratones, Cristo sangriento de la terrible capa,
desciende sobre este fariseo, bebe conmigo una alegre copa,
la copa que romperán mañana tus arcabuces,
esta copa amarilla
en la que bebo hace cuarenta años.


También debemos mencionar Elegía bajo la tierra (1955); Sonatas del gallo negro (1958); El libro de los astros apagados (1965), que obtuvo el Premio Alerce en 1964; Las leyendas del Cristo negro (1967); Testamento sobre la piedra (1971); Llanto del exiliado (1986); Este modo de morir (1988); Antología: poemas (1942-1988) publicado por la Editorial Venezolana Dialit (1990) y Papeles quemados (2001), publicado póstumamente.

Una basta producción literaria que abarcó, fundamentalmente, la poesía y el ensayo crítico, al respecto el investigador literario Nain Nomez, señala “La obra poética de Massis se desarrolla desde una raigambre existencial que privilegia temas relacionados con la muerte, el horror y la angustia, a partir de imágenes y símbolos que aluden a la oscuridad y lo demoníaco. Vinculado a una clara estirpe simbolista, sus metáforas se remontan a los pensadores presocráticos, al Libro de los muertos y a la voz profética de poetas mesiánicos como Dante, Hölderlin, Poe, Rimbaud y Kafka. Retornan también en su obra, los orígenes orientales, palestinos y libaneses, reproducidos en la violencia de las imágenes, la profusión de seres milenarios que atraviesan sus poemas y las reminiscencias ditirámbicas de su verbo. La muerte es el eje del tono angustioso de sus textos”.

Sobre su trabajo el jurista y poeta venezolano, Marco Ramírez Murzi, considerado uno de los grandes de ese país, agrega en el prologo de la antología publicada en 1990 Su poesía, que se levanta ante nosotros como una mano destructora, no es más que una Firme actitud reivindicadora de los principios esenciales del ser humano.

Dejando en claro la figuración trascendente y cósmica que hace el poeta al detallar el caos y la ruinosa condición del ser.

Mahfúd Massís gran escritor nacional que nunca debemos olvidar por la maravilla de sus metáforas y la lucidez crítica de su afilado verbo. Por ello a él este reconocimiento, pues su nombre corona esta segunda temporada de Semblanzas Profundas que cumple con esta nota, 24 ediciones y seis meses de trabajo ininterrumpido en la difusión Literaria y que mejor conclusión, que un fragmento de Palabras en el Muro, prólogo que Massís nos legó, en su libro, Elegía bajo la tierra

Autor: Daniel Rojas Pachas

Publicado en: Cinosargo.

Palabras en el Muro

Cuando el ángel terrible embiste al poeta con su cornamenta obscura, entre la yedra y la sangre, asoma un rostro de asesino pálido, que aplica a la obra de arte su melancólico ojo de vidrio.

Al anochecer se cubre la calva; sueña con los ejemplos “olvidados” del arte de antaño y tiembla su diminuto corazón entre la manada de críticos literarios, ultramontanos y feroces.

!Animales de sangre fría! En su lecho de condenados tosen y espectoran, como muertos a quienes se olvidó enterrar, lampiños e inconclusos, pero severos, como empresarios funerales.

Apiadaos entonces del poeta, “del desarreglo de sus sentidos” (que no es sino una nueva organización de los sentidos), que preconizara un día aquel fascinante piojoso de Las Ardennas, al que nunca pudieron perdonar esos bribones!


Para un mayor conocimiento de las obra del escritor Mahfúd Massís visitar este vínculo.

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