miércoles, 17 de marzo de 2010

HACIA UNA LECTURA ÉTICA DE LA CARTA A LOS DIRECTORES DE MANICOMIOS DE ANTONIN ARTAUD por DENNIS PÁEZ

3/17/2010 05:29:00 p. m.

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LAS ÚLTIMAS DEFENSAS DEL ENFERMO:

HACIA UNA LECTURA ÉTICA DE LA CARTA A LOS DIRECTORES DE MANICOMIOS DE ANTONIN ARTAUD

POR DENNIS PÁEZ

El siguiente trabajo se propone 1)realizar una lectura crítica del texto “carta los directores de manicomios” de Antonin Artaud a la luz de datos biográficos, literarios y contextuales que sean pertinentes para abordar el texto.2) presentar una reflexión sistemática de cómo Artaud, loco de por vida, realiza esta reflexión sobre los manicomios en la escritura, internándose hasta los trasfondos más éticos de abordar en asociación al tema de la locura y las instituciones psiquiatricas.3) reparar en los aspectos éticos que Artaud cuestiona, realizando asociaciones con propuestas éticas contemporáneas y con pensadores de relevancia como Rorty y Habermas.

La realización de este trabajo tuvo como tópico general el abordar las dimensiones éticas implicadas en las instituciones que tratan a los denominados enfermos mentales, los hospitales psiquiátricos, y el examen de las relaciones e interacciones que se dan al interior del organismo y sus respectivas consecuencias. Por cuestiones de espacio este trabajo ha sido reducido para su publicación, por lo que se presenta como un somero análisis introductorio y exploratorio en la temática.

Quiero ir a un manicomio para ver

Si la profundidad de la locura

Me explica el enigma de la vida

Soren Kierkegaard


I- Artaud y la escritura

Fácil es decir que Artaud fue un poeta, dramaturgo, ensayista, novelista, director escénico y actor francés, aparte de loco. Sin embargo, no es fácil dar un primer acercamiento a la obra de Artaud (1896-1948, Francia), tanto por su complejidad como por su fragmentada escritura. No obstante nos convoca el deseo de dirigirnos hacia un texto en particular, asociado estrechamente con la vida del autor, quien experimentó la locura y los diversos modos que la sociedad impone para remediarla y corregirla.

La obra de Artaud, fragmentaria e inconexa en muchos casos, esta constituida en la parte importante por cartas. Esto nos sugiere ya un primer acercamiento a la ética en literatura o a lo ético-literario: ¿Es debida la publicación de material no destinado al público, material privado, construido con otros fines? La pregunta se plantea abierta ya que la respuesta no será parte de este trabajo por motivos de pertinencia y extensión. Sin embargo, saber que son cartas y no otro tipo de texto es ya bastante. Con ello se nos dice que Artaud escribe para alguien, para un destinatario real, al cual considera como lector involucrado, a diferencia de escritos de naturaleza literaria, como la poesía o la novela, en los cuales el lector es pasivo y solo interactúa en razón de cultura u/o entretención. En este caso no, el lector que tuvo en mente Artaud al iniciar el acto de escritura no es un sujeto neutral, sino por el contrario, alguien considerado capaz de entender tan complejo motivo que originó la escritura.

II- Artaud y la locura

Antonin Artaud se da a conocer en un comienzo por la publicación de poemas, artículos de arte y de teatro en diversas revistas. Luego será catalogado como un escritor que compartió con los surrealistas franceses, que hizo teatro, y entre otras cosas consume opio y láudano para curarse de dolores físicos (e inevitablemente psíquicos) que lo atormentan.

Internado mas de alguna vez, Artaud es un personaje caótico, con enfermedades que lo persiguen desde pequeño, como el ataque de meningitis a los cuatro años, y la paranoia que lo acompañara de por vida. Aparte están sus deseos y ansias de irrefrenable búsqueda, indefinida y contradictoria, que lo llevará a ser internado en muchas ocasiones y en diversos centros como en Ville-Évrard, Le Havre y Rodez, Cobh, Dublín, etc.

Fruto de estos encierros, es que Artaud empeorará su estado, volviéndose cada vez mas demente, violento, antisocial, peligroso para el orden público y a la seguridad de las personas que lo circundan. Esta incomprensión de la cual es victima en estos diversos centros, será la causa decisiva en el trastorno de su actitud.

III. Sobre “Carta a los directores de manicomios”: análisis de extractos.

Por medio de esta carta* (publicada en la Pág. 37-38, la otra locura, Laura Forti)

Artaud a dejado su lúcido testimonio sobre la enfermedad que ha sufrido y sobre lo que piensa acerca de los manicomios, los psiquiatras y las instituciones de rehabilitación. Es un documento de inacabable valor dado que fue uno de los más inauditos reclusos de dichas instituciones durante largos periodos, por lo que podemos decir que realmente las conoció en su interior, en su diario funcionamiento y actividad. Poseedor del genio bipolar típico del artista, éste se irá transformado en un sin fin de contradicciones e inconexiones que ya no podrá tolerar su lucidez. Aquejado por dolores corporales, que según él constituyen señales del espíritu al cuerpo, se medicaba con opio para refrenar aquellos achaques.

Pese a todo ello, subsistió la carta que escribió, y conservamos el escrito hasta nuestros días y a la vez tenemos el privilegio de analizarlo pausadamente, develando en primer lugar la lucidez desde la cual se aborda el tema, y en segundo lugar, el sentido crítico del autor frente al tema tratado.

A continuación revisaremos fragmentos de la carta, deteniéndonos en el examen de lo ético que se desprende de ella al final de este apartado.

I-.Señores:

Las leyes y las costumbres les conceden el derecho de valorar el espíritu humano.

Ustedes ejercitan esta jurisdicción soberana e indiscutible a vuestra discreción”

Con estas palabras se inicia el documento. La carta como tal, va expresamente dirigida a los psiquiatras, directores de manicomios rotulados en el tajante y distante Señores que da inicio al texto. El peso de la afirmación con la cual se inicia el documento marca de inmediato la lucidez y claridad con la cual se ejercerá la crítica:

Las leyes y las costumbres les conceden el derecho de valorar el espíritu humano.

Esta primera aproximación alude específicamente a la autoridad del especialista, en este caso, el psiquiatra, de quien se dice que ejerce esta facultad de valorar el espíritu humano según sea su discreción. Por una parte, la frase articula la crítica de inmediato, aludiendo a que los psiquiatras valoran el espíritu del hombre según ellos lo decidan, guiados por sus propios patrones y reglas, según como su disciplina lo ha concensuado.

II.-Cada cien clasificaciones, las mas vagas de las cuales son aun las únicas que puedan utilizarse ,¿Cuántas nobles tentativas se han realizado para aproximarse al mundo cerebral donde viven tantos de vuestros prisioneros?

En esta segunda cita, Artaud se introduce de pleno en lo que constituye las clasificaciones de las enfermedades mentales por un lado y la acentuación en la pregunta sobre la verdadera acción que se ejerce para adentrarse en el mundo del paciente. De este modo, se nos expresa como el enfermo concibe a sus sanadores: Una sarta de psiquiatras que estereotipan y clasifican en tal o cual enfermedad a partir de rasgos observados. Sin embargo, es posible inferir del texto que el personal que atiende al paciente no hace ni siquiera intentos por aproximarse a los pensamientos del paciente. No hay un acercamiento hacia el mundo mental en el cual están insertos los pacientes, sino una clasificación y un tratamiento que en el fondo omite al paciente, reduciéndolo a un conjunto de síntomas abordables de tal o cual manera.

III-. Se sabe –y todavía no lo suficiente- que los hospitales, lejos de ser hospitales,

son prisiones espantosas, en las que los detenidos proporcionan mano de obra gratuita y útil, en las que la brutalidad es la regla y esto es tolerado por ustedes. El instituto para alienados, bajo la apariencia de la ciencia y la justicia, es comparable al cuartel, a la cárcel, al penal.

En este último fragmento extraído de la carta, el autor lanza sus dardos directos y sin eufemismos de lenguaje para expresar ácidamente su apreciación. Denuncia por medio de estas palabras -explicitando que aun no es totalmente difundido pero que ya se sabe-como el interior del manicomio se convierte en una empresa en la cual hay jerarquía determinada, en la cual el rango mas bajo lo ocupan los pacientes, en la que hay abuso y ostención en contra de los enfermos, quienes acatan a golpes cada mandato de seres supuestamente especialistas que no han aprendido jamás como tratar con humanos de tales condiciones, acudiendo a las reglas y la subordinación para la represión de los individuos y de su comportamiento.

Existe en este fragmento también, un recurso abordable desde dos direcciones:

Por un lado se puede decir que Artaud utiliza el ustedes para dirigirse a los directores, y es lo más probable que así haya sido. Sin embargo aquel ustedes puede servir como un apelativo para implícitamente nombrar a los lectores actuales de la obra, o en otros términos más generales, a la sociedad en si: Somos nosotros los que hemos permitido sucedan estas perversiones en las instituciones de nuestras naciones frente a nuestros ojos. Nosotros hemos tolerado un trato indigno de aquellas personas. Hemos dejado que se perviertan las funciones básicas por las cuales cobran sentido las instituciones, somos nosotros, en el fondo, con nuestro silencio, quienes permitimos estos hechos ocurran.

IV-.Sin entrar a insistir en sobre el carácter de perfecta genialidad de las manifestaciones de ciertos locos, en la medida en que podemos apreciarlas, afirmamos la absoluta legitimidad de sus concepciones de la realidad, y de todas las acciones que derivan de ella.

Artaud menciona la genialidad en este fragmento, por que, desde su perspectiva y experiencia, ha convivido y compartido con muchos sujetos que son catalogados como locos o enfermos mentales, sin siquiera ver las manifestaciones artísticas o expresivas que pueden llegar a producir. Sin embargo, la parte mas aguda de este segmento de la carta, esta en la afirmación de la absoluta legitimidad de sus concepciones de la realidad y de todas las acciones que derivan de ella.

Tener que llegar a escribir una carta-denuncia contra lo que pasa en los manicomios

un loco, me parece que es bastante. Pero, encima de esto, que sea un sujeto catalogado de enfermo mental quien nos enrostre que no hemos legitimado todas las posibles concepciones de la realidad ya es demasiado.

Lo que Artaud nos dice en el fondo con estas palabras, es que hemos sido uniformados mentalmente a aceptar ciertas cosas y rechazar otras. Que se nos ha impuesto una realidad ante nuestro vivir, se nos ha entregado una concepción de la vida que nos es ajena y la cual no hemos experimentado por nuestra cuenta.

Artaud desde su locura, es capaz de demostrar lucidamente como la sociedad a desviado el rumbo, a perdido el control, ha dejado en los brazos de otros su responsabilidad última. Desde su enfermedad, nos dice sutilmente, que hemos sido criados al alero de un sistema que nos ha impuesto la realidad que vivimos según su conveniencia, la cual es bastante distinta de la que nosotros creemos existe en razón de bien supremo y común, que nos encontramos gobernados por una lógica ajena a nuestro espíritu.

IV-.Conjeturas en torno a la carta: Aspectos éticos presentes en la carta.

El documento que analizamos es en si un llamado urgente hacia una ética de los enfermos;

Por medio del documento que hemos estado analizando, hemos visto que no existe una congruencia entre los avances científicos en la materia con las prácticas en determinados contextos. Hemos percibido del mismo modo, como el psiquiatra no tiene un real compromiso con su paciente, no hay una intención verdadera que se intente ejecutar de cualquier modo por ayudar al paciente, sino situaciones comunicativas delimitadas, fragmentarias, mediante las cuales es imposible establecer un vinculo fuerte de confianza para conocer al paciente y buscar el método por el cual será posible brindarle ayuda.

Al respecto es interesante la opinión de Guattari:

“E l psicoanalista tiene una relación de palabra con su paciente, pero no esta comprometido con la vida social en la institución, en los problemas biológicos, etiológicos, económicos- sociales.”*

Interesante es también mencionar respecto al tema, los intentos que han establecido Guattari junto a Deleuze, quienes propusieron abolir los hospitales psiquiátricos en Italia por medio de la ley 180. En su lugar, han desarrollado una entre comillas “clínica psiquiatrica”-incluso la denominación se resiste- llamada la borde. En ella se propone que los pensionistas-como se les llama a los pacientes- tengan la posibilidad , como lo expresa Guattari, de desarrollar distintas virtualidades de su personalidad por todo tipo de centros subjetivos, esto es, en otros términos, romper con el clásico dialogismo entre paciente-medico, y dar pie para que el pensionista pueda entablar todo tipo de relaciones interpersonales con los otros pensionistas, o con el personal a cargo, organizando su propia existencia en el lugar.

Es indudable, luego de haber comentado parte importante del testimonio de Artaud, que han sido sobrepasados todos los derechos éticos que cualquier persona posee: ha sufrido una violación constante de su derecho a la salud, ya que no es atendido como debiese, ha sido atacado el principio de sociabilidad, su libertad se encuentra impedida, todos sus valores como persona han sido inhabilitados por su condición, derivándosele a una categoría inferior donde no es mas que un subordinado que debe obedecer ordenes y mandatos, impedido de decisión, de libertad y de acción.

En definitiva, podemos decir que la carta en si es manifiesto de la necesidad de una ética que garantice las relaciones al interior de las instituciones. El deber ser Kantiano no es suficiente en esta época ni lo fue en las anteriores. El deber ser debe estar custodiado, guiado, e inclusive controlado por un imperativo mayor capaz de dominar y de evitar estas desviaciones. No queremos llegar al extremo de que sean vigiladas cuidadosamente las acciones de profesionales en áreas tan complejas, pero tampoco dejar que entre cuatro paredes ocurra lo que la voz del especialista se le antoje ocurra. Es necesario aun, establecer una ética superior, fundada en nuestra necesidad de fraternidad para con el otro, ese otro tan yo como cualquier humano, que siente y vive, y por ello, necesita también de la mano de un hermano de su especie que le brinde lo necesario para seguir su camino.

V-. Aproximaciones de Artaud a Rorty:

El teatro de la crueldad y la experiencia subjetiva radical.

Antonin Artaud, como dijimos en alguna parte de este trabajo, fue en su momento actor y dramaturgo. Esta empresa que emprendió en sus mejores años, culminaría con una idea radical que rondaba la cabeza del artista, y que mas tarde, el filosofo estadounidense Richard Rorty tomaría como argumento para proponer uno de los postulados éticos contemporáneos mas radicales y llamativos, conocido hoy como el liberalismo neo-pragmático de Richard Rorty.

¿Qué tienen en común estos dos personajes? ¿Qué los vincula tan estrechamente como para figurar juntos en un apartado de este trabajo? La respuesta a continuación:

Artaud es el creador una invención teatral, un modelo o tipo de dramatización denominada el teatro de la crueldad. Dicho movimiento teatral, es expuesto en su totalidad en su obra El teatro y su doble que data del año 1938. Por medio de esta forma o modalidad teatral, se busca sorprender e impresionar a los espectadores, mediante situaciones impactantes e inesperadas. Con esto se pretende dejar una huella en el espectador, en otras palabras, se busca que la obra lo marque. De este modo Artaud buscará el impacto, con escenas trágicas de profundo dolor y desgarramiento, apelará al auditorio por medio de la crueldad de las representaciones.

Años más tarde, el norteamericano aplicará estos postulados a su pensamiento, los cuales se pueden rastrear en el planteamiento sobre la experiencia subjetiva radical. Dicha experiencia, es la que nos unifica –dice Rorty- y nos constituye como género humano. Por medio de esta experiencia subjetiva radical que nos ofrece el miedo a la agresión, a ser atacados, ofendidos y al sufrimiento, es que nos construimos como un solo cuerpo, una sola raza que siente su debilidad y se organiza con fraternidad frente al medio ofensivo como especie.

De este modo, Rorty propone que mientras mayor sean estas experiencias subjetivas radicales, mientras mayor densidad y agresividad nos sugieran, mayor será el sentimiento fraternal de solidaridad que iremos construyendo. En base a ello se construirá una ética a partir del impacto de lo aberrante que nos puede ocurrir.

VI-. Aproximaciones desde Artaud a Habermas:

La crítica como instrumento de emancipación.

El texto que analizamos, como hemos dicho anteriormente, se construye como una poderosa crítica a las instituciones psiquiatricas. La forma en como se elabora esta crítica, posee ciertos rasgos que nos hacen situarla en un paralelo frente la actitud crítica revelada por medio de los textos de Habermas.

Habermas encontrará la desviación o el error, en la subordinación de la dimensión social a la técnica, imposibilitándose así la praxis liberadora. A raíz de esto, comienza aparecer en sus diversos textos la concepción de filosofía crítica, la cual se propone nada menos que desarrollar a fondo el interés emancipativo que debe estar bajo las dos dimensiones señaladas. Este interés emancipativo-nos confiesa Habermas- ha sido extraído luego de una extensa lectura de Freud, por la que llegamos finalmente apreciar la coincidencia que se da en el psicoanálisis entre el conocimiento y el interés, la cual parece no darse en nuestra teoría de la sociedad y del conocimiento.

A partir de estas ideas base, es posible establecer la siguiente relación entre las ideas habermasianas y las de Artaud:

Artaud realiza por medio de la carta una crítica a las instituciones psiquiátricas y sus directores. La crítica se elabora poniendo especial énfasis en que las instituciones no están realizando el trabajo que debiesen y es aquí donde podemos percibir el primer paralelo entre ambos autores:

1.-Tal como Habermas critica que la teoría del conocimiento y la de la sociedad no han abordado la que debiera ser su misión impulsora que es la emancipación del hombre, Artaud revelará que las instituciones psiquiatricas tampoco han servido para lo que se han propuesto, que es brindar ayuda y apoyo a los enfermos mentales.

2.-Artaud da cuenta de como no existe coherencia entre interés - conocimiento y aplicación, ya que, si bien existen innumerables avances en el área de la psiquiatría,

su aplicación práctica no se ha concretizado en las instituciones, habiendo un vacío inmenso entre las teoría y la práctica psiquiátrica.

Además de lo anterior, existe otro factor importante. Recordemos que Artaud esta viviendo un periodo donde la modernidad se ha impuesto en la sociedad. Este cambio, traerá problemas también para el hombre, en su intento de adaptación a dichos cambios. Artaud es la evidencia de como el desarrollo de la sociedad industrializada del que habla Habermas, repercute directamente en los individuos, quienes ante la incomprensión por parte del sistema es tildado de loco pese a su genialidad y su lucidez de pensamiento, apartándosele a la periferia, donde sus ideas no tengan relevancia.

En conclusión, Artaud articula una crítica en sentido similar a la que Habermas postularía la suya: Artaud critica esta institución, a los psiquiatras y a la psiquiatría en si , en tanto no se han ocupado del problema en si mismo, sino de organizar clasificaciones de los problemas que presentan los individuos; de modo semejante lo hizo Habermas al demostrar que hemos errado en centrarnos solo en la dimensión técnica e ignorar la dimensión social en la cual se dan las relaciones entre los hombres, la verdadera dimensión emancipatoria, y hemos pecado creyendo que nuestra emancipación depende de esa dimensión que explota y domina la naturaleza , por sobre la dimensión humana.

VII-.Reflexiones y conclusiones finales

Como hemos visto por medio de la carta de Artaud a los directores de manicomios,

los pacientes, representados por Artaud en el escrito, sufren no solo su enfermedad, sino por si fuera poco, un trato indigno justificado por un errado concepto del paciente enfermo mental. Como lo explica el autor, los enfermos que permanecen en dichos centros de “ayuda” son explotados y tratados de manera infrahumana por quienes debieran procurar su pronta mejora.

Los hospitales, y tanto mas los psiquiátricos, desde siempre han sido centro de debate y cuestionamiento ético y bioético. Sin embargo, pese a los muchos años que han pasado desde la carta de nuestro autor y la revelación de los sucesos que ocurren en estas instituciones, las condiciones pareciesen no mejorar.

al respecto Morton Schotzman nos dice: “si trabaja en un hospital psiquiátrico impone reglas a los pacientes: premia la obediencia, castiga la desobediencia y define estas actividades como

Paralelamente, pero desde otra óptica, Foucault afirma: “la practica psiquiatrica producida en hospitales psiquiátricos es una táctica moral, disfrazada de verdad científica”

En el interior de la institución psiquiatrica se produce la reverberación del modelo de autoridad que se da en organismos como la familia: se reproduce un padre-castigador y un hijo-desobediente. Esta lógica se articula mediante una moral convencional, la cual define lo que esta bien y es correcto, de lo que desborda dichos limites.

En tales circunstancias, las palabras de Foucault cobran inusitada relevancia, al analizar como esta incerteza que se tiene frente a la locura demostrada en los pacientes, obliga a los especialistas a mermar dichas conductas consideradas irracionales desde su perspectiva; al respecto Schotzman nos aclara como funciona este no saber científico y como es encubierto bajo la capa de ciencia medica:

`para encuadrar sus actividades en el interior de un modelo médico llama al proceso; al juicio; a la sentencia; a la corrección. Si sus pacientes afirman que no están enfermos se trata de un desafío a sus juicios”

En conclusión, son muchas las cosas que son necesarias revisar en la psiquiatría, desde la teoría misma hasta la práctica misma en un lugar determinado. Guattari, en su paso por Chile, visitó los psiquiátricos, de los cuales aparte de decir que no eran tan brillantes materialmente pero que si había voluntad de hacer cosas, sentencio:

“Al examinar la agenda, comprobé que aparecía una seria de actividades interesantes-talleres, terapias grupales- con los pacientes…de lunes a viernes. Sábado y domingo nada.

Este es el servicio público: un trabajo de funcionarios, muchas veces mal pagado que se ciñe exclusivamente a horarios y actividades prefijadas”

Finalizando, solo cabe agregar que sino cambia el modo de abordar a los pacientes, todo seguirá en las mismas condiciones. Solo si se considera el humano como humano en su integridad, tal vez, tengamos una minima señal esperanzadora de cambio.


REFERENCIAS:

Forti Laura (), la otra locura; mapa antológico de la psiquiatría alternativa. Barcelona, 1982, Tusquets editores.

Foucault Michel () el nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica. México,1997, siglo XX1 ed.

Guattari Félix (), el devenir de la subjetividad, Santiago de Chile, 1998, Dolmen editores.

Jaspers Karl () esencia y critica de la psicoterapia, Buenos aires, 1959, Fabril editora.


Denn Ray Páez (Rancagua, 1986-) escritor radicado hace buen tiempo en la ciudad de La Serena. En la actualidad se encuentra concluyendo sus estudios de pregrado en lengua castellana y filosofía en la Universidad de La Serena. Ha publicado algunos textos en revistas literarias del país, destacando los aportes realizados de poesía visual. Ha participado y organizado diversos encuentros de poesía, como también ha asistido a los últimos congresos de literatura en calidad de expositor. Sus principales intereses escriturales van desde la poesía hermética a la poesía visual. En la actualidad trabaja dirigiendo la revista de literatura y artes visuales “Vomitiva”,(www.vomitiva.blogspot.com) y se encuentra en proceso de edición de las que serán sus dos primeras obras: antología prematura y preámbulo al óxido.